Javiera Mena vuelve a Chile a presentar su sexto disco: "Tenía ganas de hacer algo diferente"
"Inmersión" será presentado el 31 de mayo en el Teatro Caupolicán.
El sexto disco de estudio de Javiera Mena, "Inmersión", ya está disponible en todas las plataformas digitales y contiene diez temas que compartirá, junto a su repertorio de probados hits, el 31 de mayo en el Teatro Caupolicán.
"El disco anterior, 'Nocturna', tenía una onda así como de atardecer-anochecer y con harto beats, technopop y midtempo; este nuevo disco es de canciones con muchas guitarras y, a pesar de ser bien profundo y de harta reflexión, tiene cierta liviandad como acuática", cuenta desde Madrid y agrega que casi todas las canciones las trabajó con el guitarrista español Luis Sansó, de la banda Cupido. "Es un disco que nació mucho de la melodía y de la armonía, es un disco bien baladístico".
-¿Cuándo te diste cuenta que la guitarra iba a ser tan preponderante?
-Tenía ganas de hacer algo diferente y también en ese momento estaba escuchando mucha música de los 60, de los 50, como Julie London, como Lesley Gore, y esa música viene mucho de la guitarra, del piano, y me dejé llevar un poco por esa dirección armónica. Fue algo que andaba buscando, era la música que estaba escuchando y lo que me apetecía hacer, porque ya venía un poquito con el oído cansado de tanto beat también. Yo soy bien niña rata, bien niña de internet, así que siempre ando investigando nueva música.
-En "Absurda" hay harta tristeza y humor a la vez.
-Me morí de la risa haciendo esa canción porque habla de los celos, de sentir celos, de ponerte a llorar de celos, que es un sentimiento tan humano y tan animal también a la vez, y de estar así de intensa y de repente mirar para el lado y ver a tu gato mirándote como diciendo "¿qué importa?"; y reírse un poco de esa situación que puede ser tan intensa y oscura. Es una canción para lidiar un poco con los celos.
-¿Cómo fue la colaboración con Santiago Motorizado en "Mar de coral"?
-Esa canción es un himno a las relaciones a distancia que hoy en día cada vez pasan más. Hay gente que lleva años pololeando a distancia y tenemos -yo lo vivo también- como un tamagochi, como un pololo virtual al que le hablas a distancia y lo guardas en el bolsillo. La canción habla de vivir en diferentes hemisferios, tú bailando, yo almorzando, y quería que hubiera una tesitura vocal de hombre, como lo hice con Gepe en "Sol de invierno", y estuve dándole vueltas y caché que Santi me podía ayudar y con su voz quedó muy bien.
-El videoclip de "Inmersión" parece que fue todo un reto.
-Sí, lo grabé debajo del agua, fue una experiencia súper difícil. Cuando íbamos a empezar a grabar fue como ¿en qué me metí?, porque al principio me molestaban mucho los oídos y en un momento me tuve que salir, porque estaba llorando por el dolor. Y estaba con esa especie de armadura que no pesaba tanto, pero sí tenía un lastre para mantenerme abajo y era como medio angustiante, porque igual me sentía atrapada. Llegué a estar como 40 minutos abajo, tomando oxígeno, y después me empecé a acostumbrar y terminé tan fascinada que no me quería salir.
-Y "Entropía" claramente alude a los ciclos de la vida.
-Sí, y lo caótica que es la vida, pero que se ordena también a la vez, los sistemas que se destruyen, el hielo que se hace agua, nuestras mentes tan caóticas, nuestra neurosis, esa tendencia al desorden, pero al final hay un gran orden un poco. Mi hermano, que es matemático, me habló sobre la entropía desde la ciencia y yo vi que hay un paralelo hacia la psicología.
-"Reina de la selva" como que rompe un poco la atmósfera del disco y tira otros ritmos.
-Sí, es la única más de dancing, estuve a punto de no ponerla, pero todos me dijeron "ponla, ponla", y la puse. Es como el momento en que todo se relaja y se viene un poco de dancing. Tiene que ver con decirle a alguien, básicamente, "relájate un poquito".