Murió el Papa Francisco, primer sumo pontífice latinoamericano
El líder de la Iglesia Católica, de 88 años, falleció a causa de un accidente cerebrovascular, menos de un mes después de haber sido dado de alta de una larga hospitalización. Ahora comienza el proceso para su sucesión.
Al mediodía de ayer en Italia (6 de la madrugada en Chile) las campanas de la basílica de San Pedro en El Vaticano anunciaron al mundo la muerte del Papa Francisco, a los 88 años, quien había dado su último respiro a las 7:35 de la mañana, tras sufrir un accidente cerebrovascular ACV). Minutos después, el camarlengo de la Santa Iglesia Romana, cardenal Joseph Farrel, confirmó el deceso.
Fue el desenlace de una serie de enfermedades que afectaron al sumo pontífice desde principios de año y que lo mantuvieron hospitalizado desde el 14 de febrero hasta el 23 de marzo, periodo en el que más de una vez estuvo cerca de la muerte, según los médicos que lo atendieron en la clínica Gemelli de Roma.
En esas semanas, Francisco sufrió una infección a las vías respiratorias, una infección polimicrobiana, una crisis respiratoria asmática prolongada, una crisis por broncoespasmo, episodios de insuficiencia respiratoria, entre otros males. Incluso uno de los médicos que lo atendieron, Sergio Alfieri, reconoció que "tuvimos que elegir entre parar (los tratamientos) y dejarlo partir o forzarlo con todas las terapias disponibles y eso decidimos".
El deceso del argentino Jorge Bergoglio puso fin a 12 años como líder de la iglesia católica, cargo al que llegó el 13 de marzo de 2013 tras la renuncia de su antecesor, Benedicto XVI, el alemán Josep Ratzinger.
En el informe sobre la causa de la muerte, firmado por el director de Salud e Higiene del Estado de la Ciudad del Vaticano, Andrea Arcangeli, se certificó que sufrió un ACV que le causó un coma y un fallo cardiocirculatorio irreversible, lo que generó su deceso en su departamento en la residencia de Santa Marta.
último mensaje
Francisco murió cuando se acababa de celebrar la Pascua de Resurrección, que para el mundo católico conmemora la resurrección de Cristo tras su muerte en la cruz. Y el papa participó activamente se los actos de Semana Santa en el Vaticano.
Horas antes de su fallecimiento, ante los fieles reunidos en la plaza de San Pedro, hizo un llamado a todas las partes para que "cese el fuego en Gaza", en un mensaje leído por el maestro de ceremonias, Diego Ravelli.
"Me siento cercano al sufrimiento de los cristianos en Palestina y en Israel, así como a todo el pueblo israelí y a todo el pueblo palestino", escribió Francisco. "Quisiera que volviéramos a creer en que la paz es posible. Que desde el Santo Sepulcro, donde este año la Pascua será celebrada el mismo día por los católicos y los ortodoxos, se irradie la luz de la paz sobre toda Tierra Santa y sobre el mundo entero", añadió.
También expresó su preocupación por "el creciente clima de antisemitismo que se está difundiendo por todo el mundo" y por "la comunidad cristiana de Gaza, donde el terrible conflicto sigue llevando muerte y destrucción, y provocando una dramática e indigna crisis humanitaria". Y apeló "a las partes beligerantes: que cese el fuego, que se liberen los rehenes y se preste ayuda a la gente que tiene hambre y que aspira a un futuro de paz".
El cónclave
La muerte de Francisco abre ahora un proceso para elegir a su sucesor, en el que deben intervenir todos los cardenales del mundo menores de 80 años, quienes además de tener derecho a voto son elegibles como nuevo sumo pontífice.
El vaticanista español José Manuel Vidal, director del medio Religión Digital, detalló a radio Cooperativa que el proceso comienza con las congregaciones o precónclave, donde se reúnen todos los cardenales. Posteriormente, entre 12 y 15 días después de la muerte del papa, los cardenales menores de 80 años ingresan al cónclave, aislados del mundo exterior. En este espacio de recogimiento, dedican su tiempo a la oración, invocando la guía del Espíritu Santo para la elección del nuevo pontífice.
Actualmente, 138 cardenales son elegibles, de los cuales 110 fueron designados por el papa Francisco. Las votaciones se realizan dos veces por la mañana y dos por la tarde, hasta que un candidato obtiene el consenso de dos tercios de los votos, lo que equivale a 92 en este caso.
La elección se anuncia con la "fumata blanca", el humo blanco que emana de la Capilla Sixtina, indicando que hay acuerdo.
Si no se logra una mayoría suficiente, se queman las papeletas, y la "fumata negra" señala que la elección continúa abierta. El nuevo papa, tras ser proclamado, se retira a la Estancia de las Lágrimas y luego se presenta ante los feligreses desde el balcón de la Logia Pontificia.
Entre los electores estará el arzobispo de Santiago, Fernando Chomalí, quien ayer, poco antes de celebrar una misa en homenaje al papa Francisco, confirmó que ya fue convocado.
Funeral y testamento
Mientras eso se prepara, también se alistan las ceremonias fúnebres para el papa fallecido, de acuerdo con los protocolos de la Santa Sede y al testamento que dejó Francisco con sus últimos deseos, que ayer fue publicado, pero estaba escrito y firmado desde el 29 de junio de 2022.
Su voluntad fue ser enterrado en una capilla en la basílica romana de Santa María la Mayor, cerca del terminal de trenes de Roma, y en una tumba sencilla.
"Solicito que mi sepulcro sea preparado en el nicho de la nave lateral entre la Capilla Paulina (Capilla de la Salus Populi Romani) y la Capilla Sforza de la citada Basílica Papal como se indica en el documento adjunto. El sepulcro debe estar en la tierra; sencillo, sin decoración particular y con la única inscripción: Franciscus", se lee en el testamento.
Antes de ello, y en medio de un duelo de nueve días, desde ayer el papa es velado en la capilla de la residencia vaticana donde vivía y se espera que mañana sus restos sean trasladados a la basílica de San Pedro para recibir el adiós de los fieles. Aunque por decisión del propio Francisco no habrá un funeral ostentoso.