El cuidado de los recursos hídricos
La Organización de las Naciones Unidas (ONU) ha llamado a celebrar hoy 22 de marzo el Día Mundial del Agua, actividad que se realiza desde 1993, con el fin de destacar la importancia de ese elemento en el desarrollo sostenible, incentivando a las personas a hacer un uso responsable, tanto en las empresas como en los hogares.
Los recursos hídricos y la gama de servicios que prestan juegan un papel clave en la reducción de la pobreza, el crecimiento económico y la sostenibilidad ambiental. El agua propicia el bienestar de la población, el crecimiento y tiene un impacto positivo en la vida de las personas, al incidir en cuestiones que afectan a la seguridad alimentaria y energética, la salud humana y al medio ambiente.
Es importante esta celebración si se considera que nuestro país ha enfrentado en los últimos años una sequía que afecta los cultivos del agro y la ganadería en varias regiones. Desde 2010, las napas subterráneas, vertientes y ríos se han estado secando. En las comunas rurales de la región, las familias deben en verano racionar el agua en acciones cotidianas. En la Región del Biobío, más de 23 mil personas son abastecidas de agua potable por camiones aljibe de forma regular. Las autoridades han informado que 27 de las 33 comunas requieren de ese suministro. Las mayores carencias están en la provincia de Biobío, donde más de 11 mil hogares deben recurrir a esa forma de abastecimiento. También en la provincia de Arauco requieren de esa ayuda, mientras en la provincia de Concepción ocho comunas reciben este apoyo.
Pese a las lluvias y la nieve caída en el invierno de 2024 en la zona centro sur de Chile, hay zonas con déficit de agua, ya que no alcanzaron a mantener un buen abastecimiento en embalses y ríos. La sequía de más de una década ha generado una situación complicada, especialmente en las zonas agrícolas. En el invierno, los caudales de los ríos no se recuperaron totalmente respecto de lo que se consideran años normales. Sus efectos se notan con más fuerza en verano y en especial en las comunas rurales. Es probable que los habitantes de los centros urbanos no alcancen a dimensionar esta situación, a menos que vean cómo se estrechan los caudales de los ríos y esteros. Sin embargo, en las localidades rurales esto se traduce en que las napas se están secando paulatinamente, lo que afecta a miles de personas, que no cuentan con un buen suministro de agua para enfrentar sus necesidades diarias y para regar sus cultivos en verano.
También ha habido un cambio en el régimen de lluvias, porque cuando caen precipitaciones fuertes, se concentran en muy poco tiempo, por lo que el agua escurre superficialmente y no se infiltra para recargar los acuíferos. Eso parece explicar los problemas que hay en la captación de aguas subterráneas, especialmente cada verano. Hay que considerar también que los procesos de urbanización han ido modificando los patrones de drenaje de los terrenos, lo que reduce la infiltración, el agua no se absorbe y -por el contrario- hay más posibilidades de desbordes de los ríos en invierno.
El cambio climático es una realidad innegable. Y mientras nuestra zona enfrenta el déficit de lluvias desde hace casi una década, en el norte de Chile, la desertificación avanza sin cesar. Son situaciones que deben llevarnos a enfrentar esta realidad. Es un trabajo que puede tener muchas dimensiones. Primero, la comunidad científica y académica, a través de propuestas tecnológicas que impulsen una agricultura sustentable y capaz de enfrentar el cambio climático, mientras el Estado busca asegurar estándares ambientales y entregar el apoyo necesario para mejores prácticas que hagan sostenible la conservación y recuperación de suelos.
El cuidado del agua nos compete a todos y debe partir desde la base, en cada hogar. Dependemos de ese elemento para la salud pública y el progreso; es esencial para la seguridad alimentaria y energética, y sustenta el funcionamiento de las industrias.
En zonas rurales de nuestra Regióno, más de 23 mil personas son abastecidas de agua potable por camiones aljibe de forma regular. Son 27 de las 33 comunas que requieren de ese suministro.