La microbiota intestinal puede reducir la eficacia de la vacuna contra la neumonía
Estudio establece importancia de la presencia de la inmunoglobulina A.
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Un estudio del Instituto de Investigación del Hospital del Mar, en Barcelo,a España, evidencia que la microbiota intestinal puede disminuir la eficacia de la vacuna contra la neumonía en determinadas personas, y que este problema podría quedar resuelto con una terapia de anticuerpos de la inmunogloblulina A.
Este estudio, publicado en la revista Science Advance, establece la importancia de la inmunoglobulina A, un anticuerpo que forma parte del sistema inmunitario, en la generación de respuesta a las vacunas contra la neumonía.
Los científicos comprobaron cómo la falta de este anticuerpo provoca una proliferación de la microbiota intestinal que produce una respuesta excesiva y continuada del sistema inmunitario, que queda agotado y no es capaz de responder de forma eficaz frente a las vacunas.
El trabajo abre la puerta a estudiar la posibilidad de administrar terapia con inmunoglobulinas de forma precoz para evitar este proceso y potenciales infecciones peligrosas, también en personas de colectivos de riesgo sin inmunodeficiencia diagnosticada.
La investigación se inició al comprobar que determinadas personas no responden bien ante la vacuna contra el neumococo, bacteria que puede provocar diversas enfermedades, como la neumonía.
Los investigadores analizaron, a partir de modelos de ratones modificados, la respuesta a dos de los tipos de vacunas más utilizados con el neumococo, una más habitual en niños y otra en adultos.
A pesar de tener principios de actuación distintos, ambos presentan una buena cobertura, pero sin embargo, en personas con un tipo concreto de inmunodeficiencia en inmunoglobulina A (IgA) no siempre provocan una respuesta positiva del sistema inmunitario.
Esto puede dar lugar a la aparición de infecciones respiratorias que pueden derivar en complicaciones graves.
Mala regulación
La inmunoglobulina A tiene como función el control de la microbiota intestinal. Regula su funcionamiento y garantiza que su presencia sea beneficiosa para el cuerpo. Pero su ausencia puede provocar una proliferación y expansión fuera de los intestinos de las bacterias que la conforman.
Este hecho dispara la respuesta del sistema inmunitario para su control, una respuesta que se mantiene a lo largo del tiempo, agotando a las células encargadas de las defensas.
El doctor Andrea Cerutti, del Hospital del Mar, confirma que "la vacuna puede tener una eficacia menor en ausencia de la inmunoglobulina A".
Esto, concreta, se debe a que se produce una respuesta muy alta contra las bacterias procedentes del intestino, provocada por otros anticuerpos generados por los linfocitos B, la inmunoglobulina G (IgG).