Altas temperaturas e incendios merman el sector agrícola del Biobío
Maduración temprana y pérdida de producción e insumos han sido los principales efectos. La directriz común ha sido reforzar la comunicación a través de teléfonos e incluso radios.
Temperaturas elevadas, olas de calor e incendios forestales son algunas de las condiciones que han caracterizado la temporada estival, y que se han intensificado sobre todo las últimas semanas.
Esto ha provocado una serie de perjuicios para el sector agrícola, entre ellos la maduración temprana de ciertas frutas e daños a cultivos e insumos a raíz de los siniestros, provocando un importante impacto económico a los agricultores.
Ante una eventual emergencia, los productores detallaron parte de las medidas preventivas que están implementando, donde la comunicación efectiva con la comunidad es la que más se reitera, principalmente a través de grupos de WhatsApp e incluso señal de radio, con el fin de alertar posibles emergencias.
Asimismo, se ha reforzado la coordinación con autoridades regionales, como las delegaciones presidenciales, la Corporación Nacional Forestal (Conaf) y empresas forestales.
Impactos locales
El presidente de la Sociedad Agrícola del Biobío (Socabío), José Miguel Stegmeier, mencionó que no se han constatado mayores complicaciones más allá de la maduración temprana de algunos frutales, aunque advirtió que en los cultivos de riego es fundamental intensificar los riegos, garantizar la disponibilidad de agua y disponer de sombreaderos.
En ese sentido, son los incendios forestales generados en comunas como Mulchén y Arauco los que han generado importantes mermas económicas.
"Hemos tenido pérdidas de 20 hectáreas de Cebada; de maquinaria, una automotriz que se encendió en Mulchén a comienzos de enero, también de trigo, avena, y bosque que están en manos de agricultores", relató el representante gremial.
Por ejemplo, "la pérdida por una hectárea de cebada son más o menos $2 millones. Una máquina vale $120 millones, y con 20 hectáreas de cualquier cultivo de cereal estamos hablando de $40 millones", calculó. Eso sí, aseguró que los daños a productos agrícolas no es tan crítica como para incidir en los precios de venta.
Filomena Ascencio, agricultora y ganadera del sector Paso Hondo, de Yumbel, expresó que la situación climática "nos han afectado harto, las napas de los pozos bajan, porque acá hay puros pozos y punteras, entonces disminuye el agua".
En relación con el impacto productivo, precisó que "el capi del poroto no creció mucho este año, quedó chico y mucha plantas se secaron en la flor. Y a los frutales les pasó lo mismo, hay muy poca producción de fruta".
Por su parte, Osvaldo Martínez, agricultor de Santa Juana y presidente de la junta vecinal de Chacay, explicó que la zona de los cerros concentra las afectaciones debido a que sus terrenos son menos húmedos. Algunas variedades de berries, como frutillas, frambuesas y arándanos; y hortalizas como la lechuga y el cilantro han visto perjudicada su producción, que no habría alcanzado un cuarto de lo que se generó la temporada anterior.
"Nosotros dejamos de cultivar los invernaderos por alrededor de un mes, porque por la altas temperaturas las verduras se florecían, se pasaban y no las pudimos vender. Ahora estamos por comenzar a activarlos de nuevo", reveló, asegurando además que en paralelo a esta reactivación productiva se han desempeñado en otras actividades económicas.
"Hay que seguir intentando, no nos podemos quedar de brazos cruzados esperando a ver si nos llega algo, aunque no vamos a tener la misma variedad de productos", declaró.
Medidas de resguardo
Una de las acciones que comparten los emprendedores es la coordinación con vecinos para alertar sobre emergencias climáticas, debido a que algunos de ellos ya han presentado importantes pérdidas en siniestros de años anteriores.
"Tenemos grupos de WhatsApp de la junta vecinal y tenemos la posta como punto de referencia en caso de emergencias grandes de incendios. El año pasado se nos quemó un huerto frutal, la viña y pastizal", sostuvo Filomena Ascencio. En su terreno, agregó que este año se gestionó la protección para la puntera, la recolección de agua en tambores y la preparación de herramientas, como mangueras y rastrillos.
El presidente de Socabío explicó que mantienen una importante coordinación con autoridades locales, y la comunidad vecinal. "Cuando hay temperaturas muy elevadas o mucho viento damos instrucciones a nuestros agricultores para que faenas que pueden ser riesgosas no se hagan en las horas de mayor calor; cosecha, trabajo desde labores de suelo, que generan chispas", dijo.
Asimismo, aseguró que se dispone de un plan de acción junto a Conaf, las empresas forestales y las delegaciones presidenciales de la región.
En tanto, en Santa Juana las fallas de señal telefónica obligaron a implementar la comunicación por radio ante contingencias. "En cada sector tenemos una y ahí los vecinos avisan si es que hay algún humo, por ejemplo", señaló Osvaldo Martínez.