Por Diana Aros Aros

Un total de 1.275 personas fueron certificadas por ChileValora en la Región del Biobío en el año 2024, en un proceso en el cual se les reconoció sus conocimientos, experiencias y habilidades laborales, buscando favorecer así su empleabilidad y la productividad de las empresas en las que se desempeñan. Entre los perfiles ocupacionales que concentraron los certificados entregados por el organismo estatal, se encuentran manipuladores del Programa de Alimentación Escolar, instaladores eléctricos clase D, gestores de inclusión laboral, manipuladores de alimentos e instaladores de gas clase 3.

De las certificaciones entregadas en Biobío por ChileValora en 2024, el 49% corresponde a la verificación de competencias de mujeres, quienes mayoritariamente se certificaron en los perfiles de cuidador primario, gestor de inclusión laboral, administrativo logístico, ayudante de cocina y cajera.

La seremi del Trabajo, Sandra Quintana, destacó el proceso realizado en Biobío y sostuvo que la cantidad de trabajadores cuyas competencias fueron reconocidas se relaciona directamente con el alto interés que existen en organizaciones y trabajadores de la Región por participar. "El reconocimiento del Estado a los saberes adquiridos por las personas en sus trayectorias laborales, permite a trabajadores y empleadores ver el desarrollo personal y económico con perspectiva de futuro, pues se abren posibilidades de mejores empleos y, por otro lado, mayor productividad para las empresas", agregó.

Participación laboral

En relación a la importancia del proceso de ChileValora, la seremi del Trabajo puntualizó que también se avanza en materias como inclusión laboral de personas en situación de discapacidad y la participación femenina en el mundo del trabajo.

Para lograr lo anterior, el proceso incluye una verificación de la experiencia y conocimiento de una persona en determinada labor, donde se le evalúan distintas unidades de competencias presentes en una ocupación, las que son definidas de manera previa y tripartita por un sector productivo y validadas por ChileValora. La evaluación también contempla etapas teóricas y prácticas que, en promedio, duran dos meses, donde se miden conocimientos, habilidades, destrezas y aptitudes para ejercer un puesto de trabajo determinado.

La directora ejecutiva de ChileValora, Ximena Rivillo, reiteró que "la evaluación se realiza en base a un perfil ocupacional que es el estándar que indica cuáles son las competencias que una persona debe tener para ejercer adecuadamente un oficio u ocupación. Ese perfil ha sido levantado entre los empleadores, trabajadores y representantes del Estado de Chile, de acuerdo al sector productivo. Por lo tanto, la certificación está estrechamente ligada a la productividad y competitividad en las empresas".

A nivel regional, desde su creación en 2008, ChileValora ha certificado a 15.587 personas en la Región del Biobío, en más de 17.000 procesos de evaluación, destacando sectores productivos como gastronomía, hotelería y turismo, transporte y logística, construcción, comercio, educación y administración pública. A nivel nacional, la cifra asciende a 201.000 certificados.

Modernización

Ximena Rivillo también se refirió al proceso de modernización de ChileValora bajo una nueva ley que fue promulgada durante abril de 2024. Con este nuevo cuerpo legal, que entra en vigencia en enero de este año, el servicio podrá modernizar y fortalecer su estructura en aspectos como un presupuesto propio a través de la Ley de Presupuesto y no mediante transferencias del Sence o del Ministerio de Trabajo como operó hasta 2024. Además, podrá incrementar de forma gradual la cobertura nacional a través de la apertura de nuevas oficinas.

"La nueva ley de ChileValora permitirá impulsar localmente procesos certificación de competencias laborales, no sólo en las tres regiones en las que se instalará una oficina regional, sino que en cada región del país, poniendo acento en la pertinencia de las necesidades productivas locales y con ello favorecer la empleabilidad y productividad de cada zona. Desde el año 2025 el financiamiento de la institución será asignado a través de la Ley de Presupuesto", sostuvo Rivillo.

A lo anterior, la directora ejecutiva de ChileValora añadió que podrán otorgar subsidios de manera directa para la evaluación y certificación de competencias laborales a trabajadores independientes, cesantes, grupos de la población sin conocimientos reconocidos para ingresar al mundo laboral, además de las empresas que no tengan derecho a la franquicia tributaria.

Este martes la comisión de Intereses Marítimos, Pesca y Acuicultura del Senado está citada para llevar una nueva sesión y discutir la Ley de Fraccionamiento, la cual busca generar una nueva división de cuotas pesqueras entre el sector industrial y artesanal. El proyecto fue ingresado originalmente por el Ejecutivo y ya fue aprobado por la Cámara de Diputados.

No obstante, la iniciativa legislativa ha sido foco de críticas, principalmente desde el sector industrial por el impacto que podría tener en el empleo, mientras que el sector artesanal ha abogado por la relevancia de promover y proteger su actividad. Y es que durante la discusión en la Cámara Baja se ingresaron diversos cambios al proyecto original del Gobierno, indicaciones que fueron rechazadas por los gremios, alertando por la división de las pesquerías, siendo la merluza y el jurel las más comprometidas a nivel local, y con una incidencia en 6.500 puestos de trabajo en Biobío de llegar a promulgarse.

Durante la discusión, los senadores han recibido a organizaciones de ambos sectores productivos y empresas, por lo que hoy se espera llevar a cabo la votación general por la comisión. Cabe recordar que hasta ayer, tanto los parlamentarios como el Ejecutivo, tenían plazo para ingresar nuevas indicaciones al proyecto.

La reciente visita del Presidente Gabriel Boric a la Región del Biobío dejó una mezcla de esperanza y escepticismo en el aire marino que nos caracteriza. Su compromiso de revisar el proyecto de Ley de Fraccionamiento es entendido como una promesa y, para nosotros, el valor de la palabra empeñada es un principio moral básico. De su palabra dependen las más de 10 mil familias que se sustentan directa e indirectamente de esta actividad económica clave en la Región.

El proyecto de fraccionamiento impulsado por el gobierno, bajo la bandera de una redistribución "más justa", es un golpe mortal directo a la línea de flotación para la industria, que alberga más de 6.500 empleos directos y 4.000 empleos indirectos que estarían en riesgo, esto, sólo en el Biobío. Aquí no hablamos sólo de cifras, sino que de familias completas que se verían forzadas a la precariedad laboral y a la pobreza.

Biobío es la capital pesquera de Chile, y nuestro trabajo no es sólo una actividad económica fundamental; es el motor que sostiene nuestra región. Lamentablemente, la desindustrialización ha ido ganando terreno, amenazando el sustento de miles de personas, sí, personas. Es evidente que el proyecto responde a una lógica ideológica -tal vez en busca de un ausente "legado"- más que a un análisis técnico profundo de las consecuencias sociales y económicas que traería para el Biobío. La pregunta es ¿el gobierno va a priorizar sus principios políticos o el bienestar de los trabajadores?

Es necesario fortalecer la economía de nuestra región, no debilitarla, y el impacto de una ley como esta no sólo sería local, sino que podría remecer a todo el país. Cuando una región clave para la industria como la nuestra tambalea, todo Chile lo resiente. No nos oponemos al progreso, muy por el contrario, pero demandamos que el progreso venga acompañado de medidas inteligentes, técnicas y que protejan a quienes realmente sostenemos la economía: los trabajadores.

Hoy, el Presidente Boric tiene la gran oportunidad de demostrar que su gobierno si escucha a los trabajadores y que trabaja -al igual que nosotros- en función de las reales necesidades de las personas. Darle "otra vuelta" al proyecto de Ley de Fraccionamiento no sólo es una cuestión de coherencia con la palabra empeñada, es un llamado elaborar una norma sobre bases técnicas, y a ponerse del lado de quienes día a día sostenemos el Biobío con esfuerzo, trabajo y convicción.

La pregunta es simple, pero directa: ¿se pondrá el Presidente Boric del lado de los trabajadores, o permitirá que nuestra región continúe hundiéndose en la desindustrialización? Su respuesta marcará el futuro de la pesca industrial y demostraría el honor que implica una promesa y el valor de su palabra. También, su real compromiso con el desarrollo regional y el devenir de miles de familias del Biobío.

Hugo Roa,

presidente Sindicato Interempresas de Tripulantes de la Pesca Industrial del Biobío