"Hay un diálogo pendiente entre el Gobierno Regional y las universidades"
El exintendente aborda los desafíos de la corporación y los objetivos que debe asumir la Región para retomar el desarrollo.
Como primer desafío desde que asumió la cabeza de Corbiobío, en marzo de 2023, el exintendente Martín Zilic menciona la tarea de poner a la corporación "en el sitial en que debía estar en la Región". Asegura que pasó un largo tiempo, "de capa caída", que estuvo marcado por la pandemia y pocas actividades, por lo que el eje prioritario fue consolidar el directorio y estar presente en los temas regionales: se hizo un catastro de los proyectos emblemáticos para el Biobío, se realizó un diálogo con los rectores de las universidades de la zona y se redactó carta de acuerdo que fue firmada por seis de los siete candidatos al Gobierno Regional.
Dentro de las metas que hay para este año, proyecta la necesidad de fortalecer las alianzas para generar construcción en madera, "la única sustentable y que nos permitirá llegara a carbono neutralidad en 2050". De inmediato, eso sí, reconoce que el sector forestal del Biobío no ha tenido un desarrollo armónico con las comunidades: "Ha habido una política no muy de buenos vecinos, desgraciadamente, pero eso las dos grandes forestales, más las forestales chicas, lo han entendido y tratan de buscar un equilibrio".
-¿De verdad se está resolviendo?
-Absolutamente.
-¿Dónde estará puesto el foco de Corbiobío para lo urgente de este 2025? La Región implementa un plan de fortalecimiento industrial y acaba de asumir un nuevo gobernador.
-Me alegro que el actual gobernador y los candidatos firmaran este documento (carta de acuerdo) de Corbiobío, donde están los lineamientos básicos que nosotros planteamos. Hay un problema de infraestructura que es fundamental y también hemos visto la presencia permanente del gobernador del Neuquén y de otras dos provincias del sur argentino, porque esas tres provincias necesitan salir al Pacífico y nosotros del gas y del petróleo. Si queremos un desarrollo mucho mejor, tenemos que vincularnos con Argentina y ellos con nosotros (...) El tren a Neuquén, a Vaca Muerta, es relevante, así como fortalecer nuestros puertos y nuestra plataforma portuaria.
Zilic indica que hay que apurar el tranco, "porque Santiago no puede seguir viendo al Biobío como el patio trasero de Chile", que no puede ser que en la zona se construya un puente que aún demora 14 años y que urge dejar el atraso de proyectos a causa de estudios de impacto ambiental o la excesiva permisología.
-¿En todo esto, la falta de desarrollo, existe una autocrítica desde la Región?
-También tenemos que reconocer nuestra falta. Elegimos a nuestro primer gobernador, quien llegó con una marraqueta extraordinariamente grande. Si comparamos los $14 mil millones que tenía yo como intendente a los que tuvo Rodrigo Díaz, son $160 mil millones. Ese es el nivel y ahí es donde tenemos que discutir no solamente cuáles son los proyectos, sino que cómo se hacen, quién los hace, en qué tiempo se hacen y para qué sirven, cómo impactan en el desarrollo regional. Siempre recuerdo que Singapur dio el salto al futuro con US$ 500 millones, y en el último período gubernamental del Gobierno Regional se recibieron $160 millones por año, por cuatro años. A mí me encanta el REC y el Mundial de Rally, pero me encantaría mucho más ver cómo metemos recursos para desarrollar la zona.
-¿A quién habría que responsabilizar por la situación actual que enfrenta Biobío?
-Es pésimo echarle la culpa a alguien y en Chile estamos acostumbrados a culpabilizar. Aquí hay un problema grave de cómo se ha generado la descentralización y desde el comienzo dije que la ley de gobiernos regionales es pésima, mala, y mis amigos y no tan amigos me dijeron que esto era mejor de lo que teníamos, pero no. El Consejo Regional no tiene, por ejemplo, el mismo contrapeso que tenía el Consejo Regional en la época de los intendentes. Yo tenía que entrar a discutir con cada uno de los consejeros regionales en qué gastábamos e invertíamos la plata, también con los alcaldes.
-¿Y eso no se hace hoy?
-Eso no se hizo en el último tiempo. Probablemente, en este último año un poco más, pero la caída de obras físicas en los últimos tres años impresionante.
-¿Hay alguna forma de retomar la senda del desarrollo, de hacer que Biobío lidere en generación de proyectos?
-Ahí hay un diálogo pendiente entre el Gobierno Regional y las universidades de la zona. Hay que cambiar el sentido de los proyectos, porque el tema no es decirle a las universidades que compitan entre ellas para darles recursos, sino que decirles que compitan para que solucionen el problema tal. El gobernador tiene que decirles que se pagará para que solucionen el problema y que no se pagará si no hay solución, y que para que lo solucionen deben asociarse. Pero seguimos en la misma lógica de antes de la década de 1990, haciendo competir a las universidades.
En esta línea, el presidente de Corbiobío propone crear una macrozona sur y evitar la competencia entre regiones como Ñuble, Biobío o La Araucanía, "algo que planteó el gobernador Giacaman en su discurso".
-¿Sergio Giacaman es el llamado a establecer este ambiente de colaboración?
-Hoy diría que sí, porque tiene varias ventajas: el 72% de los votos y respaldo popular.
-El Presidente Gabriel Boric llegó al gobierno con la idea de fortalecer la descentralización. ¿Cuánto ha cumplido de esa meta?
-Nada. Incluso, se produjo un error garrafal cuando el Presidente y Hacienda le dijeron a los gobernadores 'ustedes tienen hasta $400 millones para entregar', pero sin contraparte y contrapeso alguno. Ese fue el escándalo de los convenios (...) Hay una necesidad de fortalecer los gobiernos regionales y la autoridad de los consejeros regionales para que realmente sean contraparte del poder, pero también la contraloría de las regiones. Con la digitalización se puede tener un control perfecto.
Plan industrial
-Para este año se proyectan varios avances asociados al Plan de Fortalecimiento Industrial. ¿Cuál será el rol de Corbiobío en todo este trabajo?
-El ministro Nicolás Grau (Economía) me ha invitado dos veces a conversar sobre el tema y lo que pusimos como Corbiobío está todo en el plan. Es un plan ambicioso y que toma los desafíos de la Región en su conjunto, pero en la Estrategia Regional de Desarrollo también hay muchas de esas cosas, es decir, es como un avión gigantesco y maravilloso, sin tren de aterrizaje.
-¿Cree que pasa lo mismo con este nuevo plan?
-Las preguntas que le sigo haciendo a Grau son cuándo, qué y para qué, algo que es fundamental, porque este gobierno no tiene plata para hacer todo lo que dice el plan. El ministro dice 'esto es lo que hay que hacer', pero desde el 'hay que' al 'tenemos que' existe un paso gigantesco. Se plantea el tema con Argentina, la construcción en madera o el distrito de innovación, lo que comparto plenamente, pero lo importante es cuándo y dónde. Para el distrito necesitamos empresas anclas que vayan y se instalen para que construyan edificios ahora, hay que dar las facilidades (...) El mundo no se juega como algunos parlamentarios nuestros que se dedicaron a hacer canchas de rayuela. El salto al futuro no es con menudencias.