Avícolas podrían nivelar producción el segundo semestre tras gripe aviar
Empresas de Florida, que registraron contagios reconocen una lenta reactivación producto de los altos costos. Se intensificó la bioseguridad.
Corría el mes de abril de 2023 cuando la gripe aviar, H5N1, impactó a la industria avícola en la Región del Biobío. Cayó la producción de huevos, con el evidente aumento en los valores, se ordenó el sacrificio masivo de aves, e implicó incluso importantes despidos de trabajadores. Algunas empresas lo perdieron todo.
Fue el caso de la Avícola Chequén, de Florida. "La gripe aviar fue una catástrofe para todas las avícolas. El resultado fue una pérdida total de la línea productiva de las avícolas. Nosotros teníamos 250 mil aves, una de las avícolas más grandes del sur de Chile, y fue una pérdida total", rememoró Tomás Mandich, gerente general de la empresa.
Y el proceso de reactivación ha sido lento, y en la visión de Mandich, también decepcionante. "El gobierno armó un plan de seguro para las avícolas, pero está limitado para un máximo de 20 mil aves. Entonces está pensado en productores pequeños", explicó.
En vista de ello, agregó, "estamos bastante disconformes con las soluciones ofrecidas por el Gobierno, porque al final los grandes demandantes de buscar soluciones, quienes tuvieron las conversaciones y se sentarnos en la mesa fuimos los grandes productores. Fuimos nosotros los representantes de toda la industria, pero irónicamente, fuimos los únicos no beneficiados".
Hacia la recuperación
Con la catástrofe encima, sin respaldo gubernamental y dependiendo solo de la producción de huevos, avícola Chequén debió tomar decisiones drásticas.
"Tuvimos que buscar otro camino, no pudimos reactivarnos por cuenta propia, por toda la inversión que significaba, y por todo el riesgo que se mantenía latente. La decisión fue externalizar esta reactivación con socios estratégicos", explicó el gerente.
Un modelo distinto mediante alianzas indirectas que les permitiría, a partir de marzo, concretar este proceso de externalización y reanudar su producción perdida por la crisis de gripe aviar.
El objetivo, mencionó el gerente, es lograr alcanzar un nivel de producción máxima para el segundo semestre de 2025, recuperando la oferta perdida. Esto significa un promedio de 200 mil huevos diarios.
Bioseguridad
En el caso de otras empresas, como Avícola La Ponedora, aunque no detectaron la enfermedad en sus instalaciones, sí recibieron los efectos de la crisis de manera indirecta.
"Nosotros vendemos pollitas para las avícolas que producen huevos. Y si bien hubo muchas avícolas que tuvieron que dar de baja una gran cantidad de gallinas, eso nos afectó a nosotros porque no estaban cambiando productoras de huevo, lo que incidió en las ventas", explicó el gerente comercial de la empresa, Cristóbal Guzmán.
Aun así, "todo se reactivó mucho más rápido de lo que se esperaba, y hoy ya está llegando a la normalidad", afirmó.
No obstante, la presencia de la gripe aviar les obligó a tomar medidas aún más estrictas en materia de bioseguridad. "Por ejemplo, hoy no puede entrar nadie que sea externo a la avícola, solo tienen acceso a las oficinas. Las oficinas también se alejaron de la avícola para una mayor distancia y prevención, y se intensificaron diversos procesos por la llegada de insumos recurrentes y necesarios para la producción", explicó el gerente.
Sag en alerta
"Chile hoy se encuentra y es reconocido internacionalmente como país libre de gripe aviar. No tenemos casos reportados en aves de traspatio, que son los clásicos gallineros (autoconsumo), tampoco en planteles industriales en postura, huevos o carne, y tampoco tenemos casos de denuncia en fauna silvestre. Por ende, no solo el Biobío está libre, sino también el país", afirmó Roberto Ferrada, director regional SAG.
No obstante, se han registrado casos importantes del virus, altamente patógeno, en Asia, Europa, norte de América y Centroamérica. De hecho, detalló la autoridad, en Canadá, ya hay planteles afectados, con más de un millón de aves sacrificadas. Y en Estados Unidos, más de cien establecimientos han detectado la enfermedad, con más de 16 millones de aves muertas o sacrificadas.
Por tanto, "el SAG está en alerta inicial, que implica que toda la institución y las unidades técnicas, las unidades de protección pecuaria junto con recursos naturales, trabajando coordinadamente, verificando stock necesario de materiales, insumos y equipos técnicos. Y algo muy relevante, la difusión y comunicación del riesgo no solo a los planteles industriales, sino también a la comunidad en general", cerró Ferrada.