Los riesgos del aumento de la temperatura global
Los efectos del calentamiento global están a la vista, y en esta Región se han manifestado en un permanente cambio en las condiciones climáticas, desastres naturales y una geografía que lentamente se va modificando, según dan cuenta decenas de estudios de profesionales de la zona y de distintas partes del mundo.
El último de estos reportes corresponde al reciente informe levantado por el CityLab Biobío, laboratorio de ciudades que trabaja al alero del Instituto Tecnológico de Massachusetts, que da cuenta de que un eventual incremento de la temperatura global en un sólo grado Celsius al año podría impactar directamente en 55 mil habitantes de siete comunas costeras del Gran Concepción debido al aumento del nivel del mar. Dicha cifra que podría alcanzar a 220 mil personas afectadas si el alza llega a los 2°C.
Los datos del informe también apuntan que con un aumento de 2°C la afectación podría alcanzar el 30% de las áreas pobladas de las comunas de Talcahuano, Hualpén, Penco, San Pedro de la Paz, Tomé, Coronel y Lota, abordando más de 4.707 hectáreas.
Un caso especial es el de Talcahuano, el que según datos de documento podría verse afectado significativamente en el número de hectáreas involucradas con el aumento del nivel del mar así como también los habitantes afectados, alcanzando hasta el 55% de la población chorera en una extensión hasta de casi dos mil hectáreas, que involucraría la afectación a servicios esenciales y hasta 28 mil viviendas si el aumento de la temperatura media máxima supera los dos grados Celsius por año.
Por esta razón, desde el laboratorio advierten que resulta fundamental abordar aspectos como la vulnerabilidad a la que están expuestas las comunidades que habitan los sectores costeros, y analizar a mediano y largo plazo la localización de futuros asentamientos, con miras a la elaboración de un nuevo plan regulador metropolitano, hoy en desarrollo.
Todo ello, junto con "llevar a cabo con prontitud el Plan de Acción Regional de Cambio Climático (PARCC) de la Región del Biobío, que corresponde a un instrumento regional que establece medidas junto a objetivos y acciones concretas para abordar y adaptarse a los impactos del cambio climático en nuestra región, involucrando a actores públicos y privados para promover la resiliencia y el desarrollo sostenible, el cual inició su proceso en julio de 2024", señala el informe.
"Debemos tener una mirada de prepararnos para ver que medidas podemos planificar de una manera adaptada, que nos permita enfrentar mejor estos cambios", explicó el director del CityLab Biobío Fernando Pérez, que también puso el foco de atención en el resguardo de la infraestructura esencial ante los posibles efectos del aumento de la temperatura global, en colegios o recintos sanitarios, así como también el Puerto de Talcahuano o el aeropuerto Carriel Sur.
En esa planificación resulta también valioso tener presentes las conclusiones y reflexiones recogidas tras el terremoto de febrero de 2010, del cual se cumplirán quince años en unas pocas semanas. En dicha ocasión, aspectos como la delimitación de las zonas de evacuación, el trabajo en el borde costero con muros de contención y parques fluviales fueron vitales para resolver una problemática a la que estamos permanentemente atados debido a las condiciones geográficas de la Región del Biobío, privilegiadas en relación al panorama nacional por la diversidad de ecosistemas pero que también llaman a tomar mayores resguardo frente a peligros latentes como son las altas temperaturas o el aumento del nivel del mar.
Desde el laboratorio advierten que resulta fundamental abordar aspectos como la vulnerabilidad a la que están expuestas las comunidades que habitan los sectores costeros