"Se están quemando los cerros": la obra que siempre está vigente
Daniela Ortiz, actriz protagónica, cuenta que con los siniestros en Estados Unidos ha vuelto a sentir las angustias que tuvo cuando se embarcó en la pieza que ahora llega al Teatro Biobío.
Cuando Daniela Ortiz, protagonista de "Se están quemando los cerros", se interna en la trama de esta obra, que llega por primera vez al Teatro Biobío; fluye una emoción que parece imposible de contener.
Lo anterior, motivado por un hecho que pareciera anecdótico, pero que en el contexto de esta pieza dramática de 55 minutos, se transforma en uno de esos imposibles que uno quisiera hacer posible: rescatar un árbol en medio de un voraz incendio.
Un salvamento más relevante aún, si éste viene acompañando al personaje interpretado por la actriz penquista desde siempre, en el cotidiano de una vida rural afectada por un siniestro de proporciones y que arrasa con todo.
Más o menos por ahí va la trama de este montaje, el sexto de La Fanfarrona Teatro, escrito y dirigido por Carolina Henríquez, con dos funciones agendadas este viernes y sábado -20 horas- en la Sala de Cámara del TBB.
La obra cobró vida, una vez que Ortiz y Henríquez se encontraron con la idea de hacer algo en colaboración. "Cuando lo pensamos (marzo de 2023) justo habían ocurrido los incendios forestales en Santa Juana y Biobío, en enero y febrero de ese mismo año", recuerda la actriz quien ya había trabajado con su colega en los días de La Otra Zapatilla, compañía de la que fueron parte entre los años 2005 y 2016.
Como detalle narrativo, cuentan, en ese momento estaban buscan en torno a una temática de alta inspiración. "Algo que nos resonara a las dos, por lo que decidimos investigar y profundizar en lo que estaba pasando con los incendios en ese momento", anota Ortiz, fundadora de La Fanfarrona Teatro en 2017.
Siempre vigente
De alguna manera "Se están quemando los cerros" parece una propuesta siempre vigente frente al peligro que resulta de los siniestros de gran magnitud como los que hemos presenciado en nuestro país o en otras latitudes.
"Sin duda es una obra que hoy está muy vigente. En este momento, percibo como la misma sensación de cuando empezamos a investigar la obra, cuando los incendios habían pasado recién acá y estábamos sensibilizadas por el tema. Bueno, hoy pasa que esto está ocurriendo en otro lado del continente, en Estados Unidos, un país emblemático. Los Angeles es, también, una ciudad donde hay personas ligadas a las artes que están siendo afectadas, como muchas otras también por la tremenda dimensión que ha tenido el incendio allá. Como que, de alguna manera, todo se conecta, finalmente, somos un todo y a todos nos puede pasar", concluye la actriz de 38 años.
- Ciertamente, podríamos trasladar la historia a Estados Unidos.
- Y eso la hace más potente, porque llevar las vivencias testimoniales a escena siempre es potente.
Inspirada en una vivencia de infancia de Carolina, la propuesta escénica cuenta la historia de una mujer que vive sola en el campo (no tiene nombre en la obra).
"Ella está muy ligada a la naturaleza, a la vida de campo y mantiene una estrecha relación de afecto y contención emocional con un árbol. Por este incendio se verá enfrentada a tener que escapar de las llamas y dejar su casa", cuenta Ortiz.
- Momento muy dramático...
- Ahí la vemos en esta disyuntiva de querer escapar, pero también ahí están sus cosas y este árbol, su casa, sus plantas, sus animales, siendo una persona muy apegada a la naturaleza.
- Siento que ésta es una propuesta que apunta a la reconstrucción personal.
- Claro apunta para allá y, también, está eso de desarmarse frente a algo catastrófico, frente a una situación particular o de duelo, donde a una le toca recoger sus propios pedazos para volver a armarse.
Público presente
Uno de los momentos escénicos interesantes de "Se están quemando los cerros", emerge cuando el público es invitado a participar de la trama en pleno desarrollo escénico.
"Parte de la obra es con participación del público, que lo puede hacer en forma voluntaria y que tiene relación con esa invitación que se hace a reconstruir", señala la protagonista.
- ¿En qué sentido?
- En la obra aparecen materialidades, es decir, elementos y objetos que no se queman y que fueron parte de una inspiración -de ambas- a partir de una fotografía de una casa quemada en Santa Juana.
- En ese sentido, tu personaje debe pasar por algunas etapas.
- Justamente. Al principio siento que ella es muy ejecutiva en su actuar, porque arma y desarma. Luego, en algunos momentos siento que soy la actriz y en otros soy el personaje, y en cuanto al viaje emocional es súper variado y diverso porque acá hay miedo angustia, desolación, anhelo, cariño, ternura y amor.