Por Sebastián Grant Del Río

Con la idea de aprovechar el tiempo libre de jóvenes provenientes de colegios y escuelas públicas de la zona, como parte del programa Big Band Juvenil Concepción, del Servicio Local de Educación Pública (Slep) Andalién Sur, y para profundizar en los temas del jazz, la lectura musical, ejecución y apreciación de la misma; es que se está desarrollando el Taller Verano Jazz, en su primera versión oficial.

Organizado por la Fundación JazzlabChile y el Slep Andalién Sur, apunta a que, efectivamente, muchos estudiantes en comienzo de verano se quedan en la casa sin actividad. "Esto, porque los padres están aun trabajando, por lo que ésta es una actividad formativa y entretenida que entrega a los alumnos la posibilidad de crecer musicalmente y crear vínculos de amistad", explica Ignacio González, director de estudios de la iniciativa asociada a los que puede ser un "summer camp" en torno a un tema artístico que les interese.

Con sesiones diarias, realizadas desde el 2 de enero pasado, en el espacio de ensayo de la Big Band del Liceo Enrique Molina Garmendia de Concepción; en esta ocasión la iniciativa congregó a 38 jóvenes -seis niñas y 32 niños- con edades entre los 12 y 18 años.

En un plazo de 10 días, que finalizan hoy, han participado en ensayos, clases de instrumento, charlas con profesores invitados y sesiones de apreciación e historia del jazz, en un horario extendido entre las 10 de la mañana y 17 horas.

Los resultados de lo aprendido se apreciarán mañana, a las 19 horas, en un concierto abierto a todo público, en el patio gastronómico La Monarca (Aníbal Pinto 143, interior).

Crear una comunidad

En esta primera versión, y por limitaciones de espacio, fueron invitados los alumnos que ya participan del programa jazzístico del Slep Andalién Sur Concepción. "De ahí ampliamos según nuestras posibilidades a la Big Band Semillero de Chiguayante y a otros programas asociados. Hicimos correr la voz entre los alumnos y la respuesta fue inmediata con inscripciones completas llenando los cupos", destacó González respecto a los 38 del taller, acotando que en enero de 2024 realizaron un programa piloto que tuvo buenos resultados.

"Este año pudimos ampliar la cobertura a otros proyectos asociados para entregar un programa de actividades más variado con visitas de profesores y charlas relacionadas", explicó el también saxofonista, sobre la apuesta 2025 que tuvo como profesores a César Arriagada (sección rítmica), Eduardo Espinoza (Brass, en alusión a los instrumentos de viento), Jorge Arriagada (batería) y González en la dirección y saxo.

El jueves pasado se sumó la visita de Raphael Klemm (Alemania), quien planteó la historia de las Big Band en Alemania y su historia con trombón, realizando "un taller específico para trombones y trompetas en base a los temas que estábamos ensayando".

Nathalie Backit, artista y profesional del movimiento, hizo un taller de conexión de cuerpo y ritmo, mientras que Paolo Vergara, joven pianista egresado de la primera generación de la Big Band del Enrique Molina, acercó a los presentes al piano tradicional del jazz. "Finalmente, Claudia Arriagada nos aceró a conectar con la voz como instrumento y como medio para tocar mejor", ilustró González, también encargado de la fundación organizadora creada el año pasado.

"La idea de todo esto es crear circuitos virtuosos que nos proyecten como comunidad", indicó, señalando que el concierto programado para mañana contará con la presencia de todos los alumnos del taller estival. "En la música, ésta irá desde el jazz tradicional al funk futurista de Herbie Hancock", adelantó González.

38 jóvenes, 32 hombres y seis mujeres, fueron parte de la primera versión oficial del taller musical.

En una jornada llena de emoción y excelencia, 53 pianistas de todo el país compitieron en la primera versión del Concurso Nacional de Piano Laurencia Contreras, en el Colegio Médico, el viernes último, en una larga jornada.

Desde niños hasta jóvenes y adultos, cada nota fue un tributo al arte, marcando un logro en la historia musical de la región, a partir del certamen organizado por el Conservatorio Laurencia Contreras. El evento rindió homenaje a la maestra fundadora de la entidad que lleva su nombre hace 85 años.

El concursó se planteó en cuatro niveles según las edades de los participantes, desde los más pequeños -10 años-, hasta jóvenes de 24 como límite de edad.

Cada nivel incluyó la interpretación de una obra común de un compositor chileno, destacándose figuras como Enrique Soro y Alfonso Leng, además de piezas seleccionadas de repertorios clásicos y modernos.

Según las bases esta estructura buscó no sólo evaluar la técnica y la interpretación, sino también promover el conocimiento del patrimonio chileno.

La organización de esta primera edición fue una labor conjunta entre los cuatro profesores del Laurencia Contreras liderados por Giselle Mainet.

La coordinadora destacó la participación como un éxito rotundo, considerando que por su gran magnitud debieron gestionar los tiempos de la competencia en una jornada. "Tuvimos que pedir a los participantes del tercer y cuarto nivel (16 y 24 años, respectivamente) que eliminaran una obra, porque con este gran número de inscritos, nos faltaban horas del día para escucharlos a todos", explicó Mainet, coordinadora del conservatorio desde 2023.

Expresó su deseo de que el concurso se convierta en una tradición anual de dos días, para que no sea una jornada tan larga y, eventualmente, alcance reconocimiento internacional.

En esta primera versión, los ganadores fueron Aurora Montero (nivel 1), Sofía Romero (2), Diego Fernández (3) y Bárbara Sanhueza en el cuarto nivel. Recibieron diplomas, medallas y becas de estudio para el año académico 2025 en el conservatorio.

Bárbara Sanhueza (18) obtuvo el primer lugar en el nivel más avanzado (16 a 24 años). "Llevaba cinco años sin ir a un concurso y es mucho mayor el nivel de estrés que en un concierto, por ejemplo, pero fue grato volver a sentir esa sensación", señaló la música proveniente de Santiago, quien interpretó la pieza "Sugestión diabolique Op. 4 N° 4" de Prokofiev.

Eugenio Urrutia-Borlando, parte del jurado, destacó el nivel de los más jóvenes. "Mostraron mucho desplante escénico, por lo que fue maravilloso", resumió el pianista penquista con más de 25 años de carrera artística.