"Mis contrapartes saben lo que yo pienso y no voy a hacer un juego de máscaras"
A pocos días de asumir la presidencia en ejercicio, aborda el año electoral, la agenda legislativa y su visión sobre el panorama actual de la Región del Biobío.
El diputado de la Democracia Cristiana (DC) por el distrito 20 Eric Aedo define el año que recién comienza como uno "desafiante y distinto".
Y lo hace por varias razones: junto con afrontar las tareas habituales de su labor legislativa, a fines de enero asumirá como presidente "en funciones" de la Cámara Baja ante la salida por prenatal de la presidenta Karol Cariola -hoy es vicepresidente segundo, hasta abril cuando se renueve la mesa- y en noviembre deberá revalidar su escaño en las urnas.
"Asumir este año el ejercicio de la presidencia de la Cámara es por sí mismo desafiante e interesante para la Región y su posicionamiento. (José Antonio) Viera Gallo y (Víctor) Barrueto fueron presidentes de la Cámara, en mi caso lo seré en ejercicio, pero las presidencias de ellos ocurrieron hace más de dos décadas", dice a Diario EL SUR, junto con plantear que "voy a estar ejerciendo la presidencia en un año electoral donde uno tiene que centrarse en su reelección. Pero yo ya tomé una decisión respecto a que no lo haré en los términos tradicionales".
-¿Cuál es esa decisión?
-Desde que llegué al Congreso en marzo de 2022 he dicho que no voy a repetir el esquema de clientelismo que se instaló en esta Región por parte de los parlamentarios, dedicando mucha energía no a los temas macro, sino a entregar tortas y premios para bingos, medallitas para los clubes deportivos, casi como animadores sociales. No creo en eso, mucho menos en el escenario del voto obligatorio donde uno debe ser capaz de transmitirle el mensaje a las grandes mayorías, que trabajan y pagan sus impuestos, que quieren más seguridad, tranquilidad en sus espacios y que la economía funcione.
En su análisis, plantea que "el clientelismo dañó profundamente a la Región, eso es el caso Convenios, y es parte de las pérdidas que hubo en los municipios, especialmente para la DC".
-Hablando de la DC, ¿su reelección la afrontará dentro del partido? Usted ha endurecido el tono en sus palabras, con posturas incluso más cercanas a sectores de la derecha.
-Mi domicilio político sigue siendo la DC, que siempre apostó por las transformaciones sociales y por hacerse cargo de los problemas más acuciantes que tenía la sociedad en su minuto, tanto en seguridad como desarrollo económico. Yo me siento en esa tradición, muy cercana a la de Frei Montalva y Frei Ruiz-Tagle, no a una tradición populista que se instaló en los últimos años y por eso nombro lo que ocurrió a nivel electoral. Ese populismo de la canasta familiar y de la medallita no lo comparto.
-Usted podría afrontar la elección en una lista junto a los partidos de Gobierno, a quienes también cuestiona.
-Fui elegido diputado en una lista con la izquierda. Y a mí eso no me genera un problema porque yo creo que, justamente, lo que ha sucedido en la Cámara donde soy vicepresidente y asumiré la presidencia en ejercicio, y todo el mundo conoce lo que yo pienso, lo que soy y cómo me comporto. Pero tengo un valor porque me lo dicen mis propios colegas y el Gobierno con quien soy crítico: "Tú, cuando dices A, es A, cuando dices B, es B, y cuando te comprometes a algo, lo cumples". Ese nivel de confianza que genero en las conversaciones políticas es un valor; puede que alguien no esté de acuerdo conmigo, pero esa contraparte va a saber lo que yo pienso y no voy a estar haciendo un juego de máscaras.
Desde lo que pienso, también he logrado tener el pragmatismo para lograr acuerdos. Recuerdo una frase que nos dijo la ministra del Trabajo, Jeanette Jara (PC), al asumir en 2022, en torno a la reforma previsional, donde nos pidió "no enamorarnos de nuestras ideas", y yo le contesté que le encontraba toda la razón, pero que también valía para ella y el Gobierno. Eso es parte del juego democrático, uno tiene convicción y mirada frente a las cosas, otra parte tiene otra y ahí debemos lograr concordar algún punto de encuentro. Eso es parte de la política, y he dado garantías al mundo político amplio.
-En un escenario electoral tan abierto, ¿se define como un candidato de la moderación?
-Sin duda, soy un candidato de la moderación que llama a las cosas por su nombre. Y perdón la autorreferencia, pero en las urnas se medirá la trayectoria de cada uno: tuviste alcaldes y parlamentarios que en el caso del robo de la madera y crimen organizado guardaron silencio, no dijeron nada considerando que se movieron $100 millones de dólares con el negocio de la droga o la contratación de soldados.
Esa moderación no significa ser neutro o quedarse callado -tampoco ser amarillento-, sino que también es llamar a las cosas por su nombre, porque ahí no había reivindicación de los pueblos originarios, sino que se buscaba hacer un negocio ilícito.
-Lo suyo es la moderación en lo político, pero no en el discurso ni en el tono en que se expresa.
-Uno va madurando, creciendo y aprendiendo cosas institucionales. Cuando se es funcionario de gobierno uno tiene una opinión, pero debe hacer vocería de lo que señala el Ejecutivo, y en lo interno haces tus planteamientos. Pero cuando eres parlamentario tienes una libertad enorme de poder expresar lo que el ciudadano común no puede: mis reflexiones vienen del contacto con otras personas.
Agenda legislativa
Al momento de abordar su preparación para liderar la testera de la Cámara Baja -junto al primer vicepresidente Gaspar Rivas (PDG)- Eric Aedo centra los esfuerzos en mantener su carácter dialogante al interior del Congreso. "He logrado un nivel de conversación política con distintos actores, buena relación con el Socialismo Democrático, converso mucho con Guillermo Ramírez (presidente de la UDI). Antes del receso de las fiestas almorcé con Johannes Kaiser (Republicanos), tengo una relación muy fluida con Karol Cariola o Luis Cuello (PC). Son actores políticos, y debemos conversar y escucharnos para ver cuál es el punto de partida de cada uno", dice.
Entre todas esas conversaciones, añade, hay distintas con la ministra Jara: "Ya es probable que la última semana de enero se logre el acuerdo en pensiones. Creo que va a haber acuerdo, y la que sería una semana distrital la tendremos que suspender para tramitar la reforma en caso de que haya acuerdo. Seguramente, será de las primeras gestiones, y feliz lo haré porque sería una tremenda noticia para toda la gente".
Además, el legislador advierte que quien sea electo como Presidente de la República -entre sus opciones propone a los expresidentes Frei y Bachelet- debe ser una persona que apunte al diálogo.
"Debemos salir de lo que han sido estos últimos diez años de la política chilena, donde gana la centroizquierda y la derecha le niega la sal y el agua, o gana la derecha y la centroizquierda le niega la sal y el agua. Lo único que hemos logrado así es retroceder como país, y otros nos están pasando por arriba", dice.
-En año electoral, se ve muy difícil lograr un diálogo amplio...
-Es difícil, pero si alguien me hubiese dicho que lograría lo que conseguí, nadie lo hubiera creído. Pero si uno pone energía y bien los incentivos, el mío es que la Región logre estar lo mejor posicionada posible, volver a lograr el sitial que nos merecemos, y no está ocurriendo eso porque ocurren cosas a espaldas nuestras, que no sabemos. La Región debe volver a levantar cabeza después de dos años bien complejos.