Casas de emprendimiento apuntan a impulsar sector pyme de Concepción
Cuatro emprendedores detallaron los desafíos y estrategias que han llevado a cabo para potenciar estas propuestas, que cada vez han ido tomando más fuerza en la capital regional.
Los espacios colaborativos de emprendimientos se han ido consolidando en el centro de Concepción. Se trata de un modelo que consiste en el arriendo de casas, departamentos o locales cuyas dependencias a su vez son arrendadas a pymes de diversos rubros, entre ellos vestuario, maquillaje, accesorios e incluso servicios, y que contempla un exhaustivo control de las operaciones que se llevan a cabo en estos recintos.
Estas iniciativas nacen desde la propia experiencia de sus dueños, quienes buscan responder a determinadas necesidades del mercado, aunque acorde a la estrategia personal de cada uno. No obstante, comparten el propósito de impulsar a los negocios que ahí se emplazan -sean o no formalizados-, e incluso algunos los han potenciado, generando como consecuencia su instalación definitiva en otros sectores del centro, como galerías y recintos comerciales.
Dicha inversión, eso sí, no ha estado exenta de riesgos, pues muchas veces la rentabilidad puede no ser tan alta. En ello inciden factores como el tipo de rubro, las estrategias de difusión y la motivación por trascender el factor económico, priorizando los valores colaborativos.
Casos locales
Maritza Quiroga, creadora de Mantra Kubera y emprendedora, aseguró que este espacio ha sido un gran semillero para otras pymes que hoy se ubican independientemente en galerías y otros puntos del Gran Concepción. Los bajos valores de arriendo (entre $18 mil y $30 mil mensuales) apuntan a ofrecer una oportunidad a variados tipos de negocios, combinándolos además con arte y cultura. Sin embargo, tras las contingencias de los últimos años, la rentabilidad ha bajado, por lo cual se encuentra diseñando estrategias para repuntar.
Más allá del vestuario, "hay mucha joyería artesanal, perfumes, papelería de manufactura propia, gafas, una diversidad de productos y emprendedoras de distintas edades. Algunos están sin trabajo y de lo único que están sobreviviendo es de sus negocios", dijo.
Para Sofía Catalán, dueña de La Monarca -que además consolidó el área gastronómica- la confianza y el trabajo colaborativo, pero sin perder la identidad de cada emprendimiento, son la llave para el éxito de su modelo. Este comenzó en Paseo Augurio, una iniciativa similar de la cual formó parte como emprendedora durante cuatro años. En este período, dijo, "descubrimos que nuestro negocio son arriendos comerciales no amoblados y quienes los realizan son inmobiliarias".
Reconoce también que a veces no se obtienen las ganancias esperadas. "Si alguien sabe cobrar, podría ser altamente rentable; nosotros buscamos tener valores acordes al mercado, pero accesibles para un emprendedor. Depende de la ubicación, del uso del espacio del rubro", precisó.
Alejandro Máximo, presidente de la cooperativa Kleemarket, cuya primera sucursal penquista abrió recientemente, cuenta que la finalidad de esta propuesta es similar. "Somos una empresa cuyo objetivo es potenciar a los socios que son emprendedores y pymes, y uno de los beneficios más requeridos son los puntos de comercio colaborativo", indicó.
Agregó que por el esquema que manejan se disminuyen todos los costos: "Diría que es nuestra clave del éxito. Esto va de la mano con la estrategia, que es la colaboratividad, donde los socios se apoyan entre sí". Asimismo, agregó que "se ha dado que los que más piden nuestros servicios, o los productos que mejor están rotando, son los que tiene que ver con productos como bisutería y artículos de artesanía, mientras que en Santiago son artículos más tecnológicos".
Uno de los espacios que también ha tomado fuerza es Casa W, aunque apunta a un segmento más acotado. María Jesús Lagos, dueña de esta propuesta y de la marca Bandolera, detalló que mientras realizaba su práctica profesional en Santiago, el año pasado, percibió que "en Concepción lo que había no abarcaba algo que estuviera enfocado sólo en ropa. Entonces, encontré que se debía abrir algo que le diera enfoque a lo que era mi marca y así dar la posibilidad a otras de tener un lugar físico". Hoy, apuntan a un público joven, y se centra fundamentalmente en vestuario para fiestas y accesorios.
"Se cobra un arriendo fijo; eso incluye servicio de venta, inventario, nos responsabilizamos por cualquier tipo de pérdida, involucra que uno pueda ir viendo las ventas cada 48 horas", precisó. Entre los factores más estratégicos destaca el manejo en gestión de redes sociales y la selección rigurosa de marcas que tengan cierta connotación local. Esto, "porque no estamos ubicados en la calle, por ende se llega a nuestros showroom por el boca a boca o alguna red social", expresó.