Café Isidora instala en el centro de Lota un trozo del esplendor parisino
Joven emprendedora Marina Sáez quiso que la ciudad luz se experimentara en la comuna minera cuidando detalles de ambiente y sabores.
Cuando Martina Sáez le dio forma al Café Isidora, en el corazón de Lota, tenía en su mente a esos escritores norteamericanos de la llamada "Generación perdida" en París al tono de Ernest Hemingway o Francis Scott Fizgerald, como también otros que hicieron de estos espacios uno de inspiración para sus letras.
"Generaciones de escritores han encontrado en los cafés parisinos sus oficinas improvisadas, incluso, sus segundas residencias. Entre mesas redondas con delicados adornos dorados, nacieron novelas, relatos y ensayos que marcaron épocas. Esta tradición ha sido parte del alma de París durante décadas, mucho antes de que existiera el concepto moderno de Coworking", señala esta joven emprendedora de 18 años, respecto al café que acaba de abrir en la esquina de las calles Caupolicán y Carrera, en la ciudad patrimonial.
Dice que una de las cosas que busca con el "Isidora" es que una vez que el público cruce el umbral, dejen el bullicio urbano para "adentrarse en una atmósfera parisina que despierta los sentidos".
Del pasado al presente
Martina Sáez cuenta que en sus viajes a París, exploró algunos de estos emblemáticos cafés, de los cuales recogió detalles para hacerlos sentir en Lota. "Además de ricas recetas como los macarons, éclairs y tostadas francesas, en cuanto a la propuesta gastronómica buscamos recrear esa magia, ofreciendo a quienes nos visitan un pedacito de París en cada café o bocado", argumenta, esperando que durante estos meses de verano, el lugar inaugurado el 27 de diciembre pasado, se convierta en un epicentro de experiencias.
- ¿De qué tipo?
- Tendremos encuentros especiales con empresas de café, donde los amantes de esta bebida podrán descubrir nuevas variedades y aprender sobre su origen y proceso. Además, organizaremos tertulias literarias, donde la palabra será la protagonista, creando un espacio para el intercambio de ideas, relatos y sueños. También tendremos exposiciones de arte que darán cabida a la creatividad de nuestros artistas, mientras que las degustaciones serán una invitación a explorar sabores y texturas que cuentan historias.
Junto a los equipos de cocina, baristas y garzones, contando un total de 12 personas; la gestora espera contar con música en vivo.
"Formará parte esencial de nuestras jornadas, con distintas presentaciones. Todo esto lo combinaremos para ofrecer un espacio lleno de arte, cultura y momentos memorables (también lo esperan realizar en el año).
- Por su naturaleza, asumo que la música, efectivamente, tendrá un lugar destacado en el café.
- Así es, este tipo de presentaciones se repetirán constantemente en Café Isidora. Contaremos con presencia musical de época, conciertos y eventos especiales con nuestros baristas, quienes compartirán su arte y pasión por el café. Queremos que éste sea un lugar donde se encuentren múltiples panoramas, donde historia, arte, gastronomía y música se fusionen, creando un espacio al que siempre querrán regresar.
- Llama la atención la decoración y la puesta en escena.
- Me he conectado con colaboradores que han creído en la visión para llevarla a nuevas alturas. Por ejemplo, le propuse la idea arquitectónica a un primo, quien, fue capaz de traducir esa idea inicial en un diseño concreto. Siento que cada rincón refleja esa conexión: desde los azulejos del piso, que evocan una elegancia atemporal, hasta las forjas que adornan la terraza, aportando un toque distintivo. El revestimiento interior resalta la calidez del espacio, y una gran lámpara de época corona el centro del salón principal: irradia una luz clásica que dialoga con la modernidad.