"Los esfuerzos tienen que estar puestos necesariamente en la prevención"
El médico y también académico de la UdeC conversó sobre su trabajo a lo largo de los años y evaluó la situación actual de la salud mental.
Por Estefany Cisternas Bastias
Un importante reconocimiento recibió el psiquiatra y doctor en Filosofía, Benjamín Vicente, académico de la Universidad de Concepción. Durante el LXXIX Congreso Chileno de Neurología, Psiquiatría y Neurocirugía, llevado a cabo el 6 de diciembre en Talcahuano, la Sociedad Chilena de Neurología, Psiquiatría y Neurocirugía reconoció a Parada con el premio "Maestro de la Psiquiatría Chilena 2024".
Vicente estudió Medicina en la Universidad de Concepción, donde se tituló de Médico Cirujano en 1979, posteriormente, obtuvo su especialidad en Psiquiatría en 1986. Realizó estudios de posgrado en la Universidad de Sheffield, Inglaterra, obteniendo el Grado de Doctor en Filosofía, mención Epidemiología y Psiquiatría Social, en 1988. Desde entonces ha trabajado en la investigación de las enfermedades mentales, trabajando incansablemente en esta materia que cada vez toma más relevancia en la salud chilena.
"Lo más relevante desde el punto de vista de mi trabajo sin duda ha sido el estudio de población general de trastornos mentales en Chile, que se hizo en la década de los 90's y después en la década del 2000 lo que hicimos fue el estudio de la prevalencia de trastornos mentales en niños, niñas y adolescentes. Posterior a eso, otro gran grupo, que fueron los usuarios del nivel primario de atención, donde se seleccionaron a 3 mil sujetos que hemos seguido durante 25 años y se le ha ido evaluando su salud. Hemos tratado de entender qué produce la enfermedad mental y qué cosas son las que protegen la salud mental", explicó el doctor en entrevista con Diario EL SUR, agregando que estos trabajos lo llevaron a crear en 2008 el primer y único Doctorado en Salud Mental.
-¿Cómo ve actualmente la situación de salud mental?
-En este momento nos parece que la situación no sólo está igual de mal como lo hemos intentado significar hace tiempo, sino que está peor. Y esto es una opinión, no es un dato duro porque no hemos hecho mediciones este último año. Está peor porque han aparecido cosas en nuestra sociedad que han complicado la vida, el consumo de drogas y el consumo de alcohol que en este momento se ha igualado muchísimo entre géneros. Y por otro lado, y este es el segundo componente que a mí me parece más relevante, es la sociedad que hemos decidido crear, una sociedad donde el individualismo es lo más relevante, donde estamos siempre compitiendo a nivel laboral, personal, familiar, y eso nos hace fácilmente quedar solos, nos hace fácilmente perder redes, nos hace fácilmente entrar en un aislamiento personal que evidentemente complica el nivel de salud mental de las personas.
-Usted habla de enfermedades mentales. ¿Hay alguna que preocupe más últimamente?
-Hay tres componentes que son los más prevalentes, que siempre han estado. El primero son los trastornos asociados al consumo de alcohol y drogas, el segundo son los trastornos del ánimo, que la gente normalmente simplifica hablando de depresión. Y el tercer grupo, que en nuestra realidad ocupa el segundo lugar de prevalencia, son los trastornos ansiosos, y esos trastornos son los que tienen que ver con el nivel de vida que estamos llevando.
Panorama actual
-En cuanto al tratamiento de estos trastornos en salud pública, por ejemplo, que es donde la mayoría accede, ¿cómo ve que están trabajando esto?
-Derechamente muy mal, porque en las décadas del 90 al 2000, cuando demostramos las prevalencias altísimas de trastornos mentales en la población, el Ministerio de Salud decidió aumentar el porcentaje del presupuesto de salud que se destina a salud mental. Históricamente esto siempre andaba alrededor del 2%, después de los resultados de esas publicaciones esto subió hasta cerca del 5%, y en este momento tristemente estamos de nuevo en el 2%. Países del mundo desarrollado destinan entre el 10 y el 12% del presupuesto nacional de salud a este tema. Las autoridades dicen la salud mental es prioridad, con un 2%, por favor, no sigan mintiendo. Mientras esa sea la proporción no están demostrando prioridad.
Cuando yo como clínico me siento frente a un paciente al pasar los años fui llegando al convencimiento de que había llegado tarde, esa persona ya está enferma, por lo tanto los esfuerzos tienen que estar puestos necesariamente en la prevención de los trastornos mentales y en la promoción de la salud mental.
-¿Qué es lo que deberían hacer las autoridades para aumentar la prevención?
-La prevención es fundamental, pero también la promoción. En la medida que no tengamos una calidad de vida adecuada, en la medida que haya una pobreza que es alarmante en nuestra sociedad, no estamos haciendo nada realmente por prevenir la enfermedad mental, que es mucho más frecuente en las aquellas personas vulnerables.
Hay un tema macro que no podemos abordar desde la especialidad o desde el mundo académico que es necesario reiterar y mantener en alerta. Sabemos que hay factores que se pueden intervenir para prevenir la ocurrencia de trastornos mentales y en eso estamos muy atrasados. Hay muchas cosas que sí se hacen, no con la suficiente efectividad y conocimiento público.