Rubro de piscinas prevé buen verano y advierte sobre recintos irregulares
Hay emprendimientos de la Región del Biobío que esperan aumentar su demanda hasta en 30% respecto a la temporada anterior.
A las 06:20 horas de este sábado 21 de diciembre comenzó el verano, una temporada esperada largamente por los amantes del sol. Son meses en los que además las familias se acostumbran a visitar las piscinas y complejos recreativos instalados en la Región del Biobío. Todo sea por un chapuzón que refresque en esas intensas horas de calor.
En miras de esta nueva temporada, emprendedores asociados al rubro "piscinero" proyectan el negocio. Dicen que diciembre se ha convertido en un mes clave por el arribo de grupos escolares, laborales y de adulto mayor, y que lo mismo se espera para lo que será enero y febrero, aunque se muestran inquietos por algunos factores asociados a los posibles incendios forestales y al negocio irregular de piscinas, que les genera una competencia desleal.
Más inversión
Claudio Romero, propietario de Floriland, complejo ubicado en la comuna de Florida que cuenta con una piscina de 1.400 metros cuadrados y una playa artificial, cuenta que para reforzar lo que será este verano compraron un tobogán e incorporaron una cancha de baby fútbol con pasto sintético para mejorar el servicio, así como otros elementos de seguridad.
"Hay mucho paseo de curso contratado, sobre todo durante diciembre (...) Creo, además, que si todo sale bien este verano podemos aumentar la demanda en un 30%, lo que se ve plasmado también en recursos", proyecta el emprendedor , quien gráfica que en un sólo día de verano pueden recibir alrededor de 400 personas, todo bajo un valor de fin de semana que hasta diciembre costará $8.000 para los adultos y $6.000 para los niños. Se espera que a contar de enero los precios se suban en $1.000, al igual que lo que se cobra de lunes a viernes.
En el caso de Piscinas Kupal, recinto instalado en el sector tomecino de Rafael, plantean que este mes ya está, de alguna forma, asegurado gracias a las visitas realizadas por grupos de adulto mayor, laborales y escolares. Para lo que será enero y febrero, cuando se trabaja más abierto a todo público, prevén un rendimiento positivo dada la publicidad hecha a la fecha y las inversiones realizadas.
Aunque su superficie no es tan grande como otros complejos de la zona, Lester Fabián Altamirano, socio y administrador del espacio, se muestra confiado en el servicio que entrega su emprendimiento, por lo que espera, incluso, incrementar hasta en 25% la demanda de febrero, el mes más débil de la temporada. Dentro de las inversiones, detalla que ya cuentan con una nueva piscina y que hoy se mejora el sistema de los quinchos y las áreas verdes.
"Es un poco complejo este último tema por el sol fuerte, con temperaturas que llegan a los 27 °C o 28 °C. En las áreas verdes hay que hacer una inversión potente con respecto a sistemas automáticos de riego, pero todo eso tratamos de mejorarlo año a año", sostiene el socio y administrador de este establecimiento que diariamente puede recibir cerca de 250 visitantes.
Irregularidad
El dueño de Piscinas Las Tinajas, Patricio Veloso, cree que el panorama veraniego será positivo, aunque señala que todo está en veremos porque aún no sale la gente de vacaciones. Su preocupación, sin embargo, va más allá: reconoce que este año estuvo a punto de no abrir y que gran parte de ese problema está asociado a la proliferación de piscinas clandestinas, que en Hualqui, su comuna, llegan a unas 75, según calcula.
De inmediato precisa que los emprendimientos piscineros formales que hay en su ciudad son sólo ocho. "Hay muchos clandestinos que no tienen permisos municipales ni permisos del Servicio de Salud. Tampoco dan boletas ni ninguna cuestión, y funcionan a puertas cerradas, lo que hace que se me vaya gran parte de los visitantes. Este es un problema que vemos, incluso, antes de la pandemia", asegura.
El emprendedor agrega que a raíz de lo anterior se dio aviso al municipio, aunque desde ahí se les comunicó que no hay recursos para fiscalizar, según cuenta. Suma que el Servicio de Salud sabe que hay particulares informales que abren piscinas al público, "pero sus inspectores no pueden llegar e interrumpir, porque al haber en una casa 100 o 200 personas se dice que ellos son familiares".