Obra propone una experiencia inmersiva en torno al espiral
"Entre el cielo y la tierra existo" de Lorna Riveros aborda la relación de esta particular forma en la ciencia, la espiritualidad y la naturaleza.
En la naturaleza la figura del espiral resulta recurrente, por ejemplo, en las conchas de diversos moluscos. Lo mismo sucede en el cosmos, con la característica forma que tienen las galaxias y en diversos organismos vivos.
Todo esto, a través de la relación entre ciencia, arte y espiritualidad, es lo que se aborda en la creación interdisciplinaria "Entre el cielo y la tierra existo".
La obra de danza contemporánea de Incerteza, creada por Lorna Riveros, da cuenta de un largo proceso de investigación.
De acuerdo a la creadora, "estoy en esto desde 2022, donde hice una formación e diseño escénico, en 2023 realicé el diseño de vestuario y este año trabajamos juntos los investigadores en la base teórica del proyecto".
"Se hicieron mesas de trabajo con un antropólogo, una geóloga y una chica que estudió Ciencias Marinas, para desarrollar toda la base teórica", señaló.
Y es que, precisamente, este proyecto explora cómo estas formas han resistido los cambios climáticos y ecológicos, abriendo una reflexión sobre la resiliencia y los mecanismos de supervivencia de la vida frente a los constantes desafíos del planeta.
Sumergirse
La obra vivirá su estreno el miércoles y jueves, desde las 19.30 horas, en la Sala Principal del Teatro Biobío. Con entradas disponibles en ticketplus.cl.
Con un amplio equipo detrás, con Riveros como directora genera y diseñadora de vestuario, el proyecto cuenta también con la asesoría en dramaturgia de Leyla Selman.
Mezclando las artes escénicas con tecnologías, se utilizó el software Touchdesigner, que permitió enriquecer la investigación, a través de proyecciones dinámicas y visualidades complementarias. Esta integración fortaleció la relación entre la corporalidad y el entorno escénico, creando una composición multidimensional.
Todo con la idea de generar una experiencia inmersiva que busca aprovechar la espacialidad de la Sala Principal del teatro.
De acuerdo a Riveros, "esto nace del ámbito personal y luego, través de la investigación que hice en un minuto, se empezaron a cruzar elementos de forma natural".
"Trabajo desde el arte escénico en diseño de vestuario, tuve una formación en nuevos medios y encontré que la mejor forma forma de incorporar todo eso era con esta obra", destacó.
Con una duración de una hora, "Entre el cielo y la tierra existo" cimenta también su experiencia en el trabajo sonoro de Valentina Villarroel y también en el violoncello de Lisette Navarrete, quien también es intérprete junto a Natalia Jorquera.
Cristóbal Parra y Ari Aurora hacen lo propio creando una experiencia visual, gracias a las artes mediales.
"Vamos a poder sentir, observar y activar toda la sensorialidad del cuerpo, tanto desde lo sonoro como desde lo visual. Por eso se invita al público a vivir una experiencia desde estos elementos en escena. Estaremos todos sobre el escenario, sumergiéndonos en esa gran pecera que es la Sala Principal del Teatro Biobío", valoró Riveros.
El proyecto, originado en el Diseño de Vestuario, se desarrolló en el marco del Programa Regional de Diseño Escénico 2022-2023.
Este destaca el aporte del territorio de la Región del Biobío como fuente de inspiración, tomando referencias de lugares como Cocholgüe, donde se han hallado vestigios de amonitas, símbolo de los orígenes de la vida en la Tierra y que sigue-precisamente- un patrón en espiral.
La obra será documentada en un microdocumental que se lanzará en enero de 2025, acompañado de un fanzine que sistematiza los procesos y reflexiones surgidas durante la investigación.
"Inmersivo es sumergirse en una atmósfera, tirarse a la piscina y estar en un contexto particular. Por eso quisimos darle ese sello al trabajo, sacar al público de las butacas, poder ingresar al escenario, tener una cercanía mayor con los artistas. Con eso se completa la obra, todo se genera en vivo", destacó la creadora del proyecto.