Para Alejandro Navarro, el balotaje a gobernador regional del próximo domingo es una elección aún abierta. Pese a la diferencia de 51 mil votos bajo Sergio Giacaman en la primera vuelta, el abanderado del pacto Regiones Verdes Liberales y exsenador apuesta por una unidad completa de la izquierda para imponerse en las urnas, la cual se ha plasmado en los apoyos de los excandidatos Javier Sandoval, Camilo Riffo o el diputado Félix González.
"La derecha cree que todo pasa por la propiedad privada, y también cree en la propiedad privada del voto. Puedo decir con orgullo que solito le ganamos a los Republicanos, al partido de mayor crecimiento y que ha liderado a la derecha. Lo hicimos solitos, sin apoyo explícito de los partidos, ganamos en Lota por más de 2 mil votos, en Curanilahue, en Lebu y Tirúa, en una provincia que se decía que se había apoderado la derecha", dice, junto con apuntar que votos como el evangélico y medioambientalista pueden estar tras su candidatura: "Yo he estado en la lucha medioambiental desde otra dimensión, y hay esperanzas de que ese voto se reordene y no se alinee con Giacaman".
-En mayo, cuando usted confirmó su intención de competir al cargo en estas páginas, la gran incógnita respondía a saber si la izquierda llevaría uno o más candidatos. Hoy congregó el apoyo de todo el sector.
-En política electoral, toda acción en campaña es necesaria para ayer. El fin último es proponerse conquistar el futuro, el pasado nos lo cuentan los historiadores, y en el futuro está la esperanza de la gente, siendo el tiempo requerido para resolver los problemas particularmente de la razón más importante de nuestro país, que es liderar todo proceso transformador proveniente de regiones para derrotar el centralismo. Eso sigue siendo el primer elemento de frustración de las capacidades regionales.
La tarea de hoy es lograr la más amplia unidad de la centroizquierda, pero dado el oscuro momento en torno al rol de los partidos políticos y la funcionalidad de la política, esta tarea se vuelve más pesada, más dura, porque el electorado siente frustración, desánimo y miedo.
-¿Qué escogerá la ciudadanía al momento de ir a votar el próximo domingo?
-La ciudadanía está en un estado altamente crítico, se prometió terminar con la delincuencia y solo se fortalece, se prometió trabajar por más empleo y los números solo decaen. También se prometió que si estudiabas y luchabas tenías éxito, pudiendo salir adelante, pero cientos de jóvenes estudian, se preparan y la respuesta del sistema es que los míseros sueldos generarán frustración. Debemos tomar conciencia de ello, no decir que no la vimos venir y que tomemos medidas para corregir esto: la ciudadanía intentará buscar quién resuelva sus problemas.
-¿Cuál es su compromiso con la Región?
-Biobío requiere una profunda transformación estructural, que pasa por determinar una Estrategia Regional de Desarrollo, sacando lecciones de su incumplimiento al ser variante y ante la existencia de la impunidad. Las cosas se hacen y no hay sanción, porque nadie la conoce y a nadie le importa, por lo que se deben explicitar compromisos escuchando a la ciudadanía, determinando consensos de lo realizable e impulsarlo.
Para mí, la Región requiere un nuevo desarrollo científico-tecnológico digital, un desarrollo industrial limpio acorde a las exigencias del futuro y eso requiere de nuestras universidades, del Estado y del sector privado. Más allá de las mesas de trabajo y comisiones permanentes, la propuesta conjunta no sigue gustando a la ciudadanía porque no ha participado, hoy tenemos una profunda crisis de legitimidad, representación y participación.
En ese punto, ahondó en sus diferencias con Sergio Giacaman, apuntando que "no basta con gerenciar a la Región, sino que hay que liderarla. Biobío no es una empresa, sino que un ser vivo que requiere liderar procesos, algo que, si no lo hace con otras regiones, no serán posibles porque el poder se va a oponer a entregar autonomía, recursos y toma decisiones si no se siente amenazado. Eso se hace organizándose, debatiendo sobre qué luchar y luchar por ello, en algo que no ha sido grato para la Región en toda su historia".
"Estas elecciones son de gobernación en el Biobío, tiene un marco territorial, una ciudadanía concreta que elige representantes para poder resolver problemas, e interpretar el modo de resolverlos", retrucó ante la crítica de Giacaman por sus diferencias en torno a la idea de democracia y libertad.