Chome, el sector ballenero del Biobío que espera un impulso
Actores de la ciencia, el turismo y la gastronomía local repasan el impacto que el lugar ha tenido producto de los reiterados avistamientos. Eso sí, piden mejoras para potenciar la caleta.
nicolas.alvarez@diarioelsur.cl
Los clientes de La Terraza, uno de los pocos locales de comida de caleta Chome, aplauden mientras comen. Tienen una vista privilegiada hacia el Pacífico y desde ahí observan ballenas, un espectáculo clásico a estas alturas en esta pequeña localidad hualpenina. Pese a que para los lugareños los avistamientos de estos enormes mamíferos marinos ya es algo característico, la gente que visita por primera vez el sector igualmente se emociona, y vuelve a aplaudir.
En el siglo pasado, los habitantes de la caleta estaban fuertemente ligados a la caza de estas especies, situación que cambió radicalmente con el tiempo. Hoy, lo que empuja el desarrollo local es la pesca artesanal, el turismo aventura y la gastronomía marina, rubros potenciados por una temporada que, de hecho, ya entró en tierra derecha. "Estoy hablando contigo y justo hay una ballena que está saliendo frente a mi casa. Andan dos, una mamá y su cría, y las hemos visto bastante, por lo bajo hace dos semanas", describe Fernanda Silva, fundadora de Turismo Chome Aventura.
La emprendedora cuenta que, en total, la península registra el avistamiento de unas ocho ballenas en estos últimos días, un espectáculo que al ser compartido en redes sociales potencia la llegada de los turistas, quienes, eso sí, deben apostar a la suerte para ver a las especies. "Tratamos de educar un poco a las personas que vienen y avisarles que andan ballenas (...) Hay que explicarles que ellas salen a respirar, que lo primero que se verá es el 'soplo', que es este chorrito de vapor. Me ha tocado ver turistas llorando de emoción, pero el tema de verlas es cosa de suerte, porque la temporada de avistamiento en Chile va de octubre a abril, que es cuando ellas bajan buscando esta agua más fría, y si se quedan en el sector depende de si hay alimento, la temperatura del mar, entre otros factores", dice.
Uno de los ejemplares que más se deja ver es la ballena sei, un animal en peligro de extinción que asoma sobre todo en esta época. Sin embargo, en invierno la zona tiene la dicha de contar con ballenas fin, la segunda más grande del mundo. A ese espectáculo natural se suman las ballenas jorobada, que pasa por un par de días, y franca austral, que ya registra cuatro avistamientos de una madre y su cría.
Elementos que potenciar
Una entidad clave en el proceso de avistamiento de ballenas es el Centro de Estudios de Mastozoología Marina (CEMM). La investigadora y co-fundadora del centro, Camila Calderón, explica que el trabajo del equipo que representa -que cuenta con cerca de 10 personas- se concentra hoy en la ballena sei debido a que se trata de una especie de la que no se conoce mucho en el Pacífico sur-oriental y que la hipótesis que hay a la fecha apunta a que, además de pasar por esta localidad, este mamífero también se queda y alimenta.
El proceso de investigación lo trabajan, en parte, desde una plataforma terrestre en el cerro Llorón de Chome, desde donde se hace escaneo visual con binoculares, además de un instrumento topográfico llamado teodolito que sirve para calcular la coordinación de la ballena en el agua y saber cómo se mueve. También lo hacen contando los soplos, una técnica sencilla, o a través de la fotografía de las aletas.
Todo este trabajo lo realizan desde abril de 2021 de forma independiente mediante la obtención de fondos internacionales provenientes de National Geographic y Fundación Rufford. "Obtener recursos en Chile es muy difícil y estamos evaluando cómo continuar para que nuestras investigaciones sigan funcionando, ver de qué forma podemos colaborar para recibir fondos y trabajar. Nuestro trabajo, además, es inédito, porque las universidades no lo realizan acá en el maritorio, por lo que somos la única institución que suple esta labor de estudiar a los cetáceos y mamíferos marinos de todo el golfo de Arauco.
A la falta de apoyo en investigación, en Turismo Chome Aventura ponen sobre la mesa otros problemas que, en cierta forma, frenan el desarrollo de un sector clave en el quehacer turístico del Biobío. Una de las mayores demandas son el estado del camino que conecta a Chome, vía de ripio que urge ser pavimentada y que requiere ser limpiada de ramas de pinos y eucaliptos, y la mala señal de internet que traba muchas veces las transacciones que se realizan a los negocios gastronómicos.
"Necesitamos apoyo económicos de las autoridades, en especial del Gobierno Regional, para algún proyecto de turismo como pasamanos, letreros o miradores seguros, porque sólo está los que hacemos nosotros en la caleta con apoyo de amigos y familiares. Ahora, al menos, se implementó una caseta para mantener un control los fines de semana", plantea Fernanda Silva, quien respecto al camino agrega que a veces pasa que turistas que viajan en Uber son dejados a mitad del trayecto, "entonces tenemos que ver la opción de cómo traerlos a la caleta".
En Chome hay alrededor de seis negocios dedicados al área gastronómica y que cuentan con mesas. Loreto Flores, administradora de La Terraza, una cocinería pequeña ubicada a la orilla de la playa y con vista abierta hacia el mar, insiste en que el espectáculo que traen las ballenas representa beneficios grandes para la microeconomía que se forma en la caleta, "porque llegan más turistas que aplauden o gritan cuando las ven saltar o tirar el chorrito de agua. Para una que está en la cocina eso es impactante y bonito".
Lo que más siente la emprendedora es una estrategia de mayor publicidad, algo que vaya más allá de lo que pueda hacer Turismo Chome Aventura y que saque provecho al Santuario. Dice sentirse "bien abandonada", ya que el crecimiento de los locales se ha logrado sólo por el esfuerzo propio y la propaganda que lleva adelante el emprendimiento de Fernanda Silva.
"Faltan más intervenciones al camino, ojalá de forma más periódica. Hay que ver el tema de internet para el caso de los pagos con tarjeta, porque a veces se cae la señal y ya no puedo recibir más pagos. Hay personas que no han podido pagar, se tienen que ir, por lo que no queda más que confiar y esperar el depósito cuando llegan a la ciudad", relata Flores.