Los peligros de la corrupción
La corrupción es un fenómeno que ataca de preferencia a los países latinoamericanos y a las democracias jóvenes, y que genera un impacto negativo en el desarrollo, por la desconfianza en el sistema institucional y por el mal uso de recursos que podrían utilizarse en áreas deficitarias.
Por años, Chile había sido reconocido como una nación alejada de los excesos y la corrupción, sin embargo, esa imagen se ha ido perdiendo progresivamente, mientras se conocen hechos delictivos en gran parte de la sociedad. Empresarios que se coludieron para ganar más dinero con los medicamentos, con el papel higiénico o que estafan al Fisco; políticos que fueron financiados por poderes económicos; instituciones de las Fuerzas Armadas que cometieron fraudes con recursos públicos; fundaciones que recibieron dineros públicos a cambio de favores políticos, y el más reciente caso "audios", del que cada día aparecen más aristas.
Entendida como el uso de bienes, servicios, recursos públicos y normas legales para favorecer intereses privados, la corrupción es percibida por las personas como un fenómeno preocupante. Las encuestas ofrecen una mirada global a las tendencias en materia de percepción de este fenómeno, así como también de sus denuncias concretas, evaluando las instituciones y el actuar de instrumentos de política y de gobierno en el control de la misma. El tráfico de influencias, los pagos ilícitos y el mal uso de recursos fiscales son, por lo general, los casos más mencionados por la gente, ya sea para ganar una licitación, acelerar un trámite o influir para la entrega de algún permiso.
Un estudio de la consultora Ipsos reveló que el 76% de los chilenos cree que hay un alto nivel de corrupción en el país, en medio del escándalo de aportes estatales a fundaciones ligadas a personeros y partidos afines al gobierno. En el caso del Estado, pese a que un 31% considera que tiene los medios para actuar con probidad y transparencia y fiscalizar, el 56% opina que no fiscaliza su propio actuar. También existe desconfianza sobre las prácticas de las empresas privadas. Los principales cuestionamientos se refieren a que no son transparentes con sus resultados económicos, sus ganancias o en los precios de sus productos y las condiciones de servicio.
Pero el problema no se presenta sólo a nivel de las instituciones, sino también a nivel personal. Hace unos años se conoció que 437 mil chilenos mintieron para obtener un bono estatal para la clase media, entre los cuales había unos 37 mil funcionarios públicos, en un hecho que si bien no es homologable a los casos anteriormente mencionados, parece revelador de la laxitud con que se aborda lo correcto y lo ético.
¿Qué nos ha pasado? En el debate acerca del grado en que este problema se da en el país, predomina la convicción de que tales situaciones son excepcionales, comparadas con otros países. No obstante, es evidente que este problema se va instalando en el país y ya parece que nada nuevo nos asombra. El fenómeno va carcomiendo a las instituciones y la confianza de la gente, porque la corrupción es una especie de cáncer que ataca los fundamentos de la sociedad y la democracia.
También es preocupante la cantidad de personas que no denuncian debido a que perciben que las presentaciones no tienen efecto. Cuando la ciudadanía tiene la percepción de que vive en un país corrupto, no sólo pierden los respectivos gobiernos, sino que se deteriora la confianza y se afecta la credibilidad en la institucionalidad.
Chile transita peligrosamente por una crisis institucional y de confianza, que crea el terreno perfecto para el crecimiento del crimen organizado, que se aprovecha de la falta de control y respuesta efectiva por parte del Estado. Reforzar las instituciones y recuperar la confianza ciudadana no es sólo una tarea impor-tante, sinourgente, porque sólo así recuperaremos la seguridad.
El 76% de los chilenos cree que hay un alto nivel de corrupción. Tráfico de influencias, pagos ilícitos y mal uso de los recursos fiscales son los casos más mencionados por la gente.