Por Leo Riquelme

Las que serían sus respuestas a tres preguntas de la prensa, se convirtieron ayer en 50 minutos y 14 segundos que el Presidente Gabriel Boric dedicó a explicar cómo abordó la denuncia por violación que afecta a Manuel Monsalve, y que le significó el jueves su salida de la subsecretaría del Interior, la misma cartera en que se desempeña su denunciante.

"Yo estoy acá contando todo, todo, lo que está en mi conocimiento", aseguró el mandatario.

Ante los medios, el mandatario confirmó que el médico socialista accedió a las cámaras del hotel en el que habrían ocurrido los hechos denunciados el lunes, pero que se habrían registrado entre el domingo 22 y 23 de septiembre.

"El subsecretario me dijo que había visto las cámaras del hotel para ver en qué condiciones habían entrado al hotel. ¿Qué se hizo con eso? Lo desconozco absolutamente", dijo.

La denunciante, quien trabajaba como asesora de Monsalve, afirma que ese domingo 22 ambos cenaron en un restaurant peruano de calle Matucana, donde habrían bebido pisco sour.

Según los antecedentes recabados en las últimas horas, la mujer de 32 años sostiene que despertó desnuda al día siguiente con Monsalve en la cama, con muestras de sangre y heridas en una muñeca.

Asegura que no recuerda nada de lo que ocurrió entre la comida y ese momento. Ayer, La Tercera informó que la ahora exautoridad dice lo mismo y que tendría una laguna mental de unas diez horas.

La PDI admitió que ese día el subsecretario estaba sin la escolta ordenada para proteger a las autoridades y que este tampoco usaba un vehículo fiscal.

En la última jornada también se supo que junto a la denuncia por violación, la Fiscalía Regional Metropolitana Centro Norte también indaga eventuales delitos de obstrucción a la justicia y a la Ley de Inteligencia ante la posibilidad de que Monsalve haya accedido a los registros ordenándoselo a funcionarios de la PDI o de haber utilizado el material registrado de alguna forma.

"Respecto a si hubo alteración de prueba u obstrucción a la justicia, no tengo ningún conocimiento de ello y se tiene que investigar", añadió el Presidente Boric, quien segundos antes había afirmado, que de ser cierto, le parecía "gravísimo".

Su relación de hechos

Enfrentándose incluso a su asesora de prensa, Nicole Vergara, quien en varias ocasiones intentó evitar que siguiera exponiendo, el Presidente se extendió para explicar ante los medios los antecedentes que manejaba y el actuar del Gobierno tras la denuncia.

El mandatario sacó incluso su celular para precisar que supo de la acusación el martes en la tarde a través de la ministra del Interior, Carolina Tohá, momento en que le envió un mensaje por la red Signal a las 16.27 horas al subsecretario, quien se encontraba en ese instante Valparaíso en el Congreso.

"Le escribo: '¿Vuelves a La Moneda?'. A las 5.43 le escribo: 'Recuérdame a qué hora llegas'. Me responde: 'Cerca de las 19.00 horas'… Yo diría que llegó más tarde de las 19.00 horas porque ya estaba oscuro cuando llegó y conversamos", repasó.

Boric aseguró que en ese diálogo Monsalve le dijo que había visto lo registrado por las cámaras.

El Presidente afirmó que le dijo que debía ponerse de inmediato a disposición del Ministerio Público y que, en función de los antecedentes que recabaran, su continuidad en el gabinete estaba en evaluación. Añadió que hasta hoy no conoce el contenido de la denuncia.

"Yo le exigí: 'Dígame toda la verdad' (...) Él me plantea que es inocente, pero no me corresponde hacer un juicio respecto a ello", añadió el jefe de Estado.

Boric planteó que el miércoles no tuvo comunicación con el subsecretario, aunque la víspera la ministra Tohá contó que le habían dado el día para que viajara a Concepción para contarle a su familia la denuncia.

El Presidente afirmó ayer que volvió a reunirse con Monsalve a las 14.00 horas del jueves para solicitarle su renuncia. Lo hizo después de que el subsecretario participara en una reunión con parlamentarios sobre el presupuesto de Interior para el próximo año. Varios congresistas se quejarían más tarde por esto.

"Quizás se podía haber hecho de otra manera, eso se podrá evaluar", admitió el mandatario ante estos cuestionamientos.

Boric insistió varias veces que hasta el día de hoy no conoce "el contenido" de la denuncia, que tampoco sabía que a la víctima en septiembre se le cambió de cargo en el gabinete y mejoró el sueldo y que Monsalve el 23 de septiembre no asistió a la entrega del balance de fallecidos en homicidios y accidentes de tránsito de las Fiestas Patrias. Ese día se supone que la denunciada y el denunciante despertaron juntos en el hotel.

"Yo estaba en la Asamblea General de la ONU, por supuesto no supe, no tenía información de quién asiste o no a una actividad particular. La pregunta me parece relevante, alguien debe saber la justificación (…) Yo no soy detective y no se me ocurren todas las preguntas (…) Insto a las policías y al periodismo a que averigüen todo", añadió, comentando que espera que el sumario interno ordenado antes que el subsecretario dejara su cargo aclare estas inquietudes.

"Yo no voy a realizar ningún tipo de acción que pueda constituir ni entenderse como obstrucción a la justicia. Yo estoy acá contando todo, todo, lo que está en mi conocimiento", dijo, asegurando que su prioridad es que se haga justicia, sin privilegios ni proteccionismos y con transparencia. "De parte del Gobierno no ha habido ningún ánimo de tapar, esconder u obstaculizar algo como esto. Esto me parece gravísimo", insistió.

Antes, Boric admitió que "en lo humano, obviamente que esto es devastador. Valorábamos el trabajo que estaba haciendo en materia de seguridad… pero creo que no es momento de hacer loas al subsecretario Monsalve, porque está en medio de una investigación y creo que ante una denuncia (…) sería de muy mal gusto e impropio para el momento. Todo lo que sucede es muy doloroso, pero hay que pensar primero en la víctima".

Tras sus comentarios, diputados de la UDI, RN y Republicano solicitaron a la Fiscalía que cite a declarar al Presidente en calidad de testigo en la causa.

"Si efectivamente el exsubsecretario Monsalve le reconoció al Presidente Boric que personalmente había revisado las cámaras del hotel donde supuestamente estuvo con la denunciante, lo que correspondía entonces es que el mandatario presentara estos antecedentes ante la Fiscalía, tal como se le exige a cualquier funcionario público, que tiene el deber de denunciar un delito. Lo que ha señalado públicamente el Presidente Boric es de la mayor gravedad", comentó el jefe de la bancada gremialista, Gustavo Benavente.

Una serie de incidentes se registraron ayer en la Región Metropolitana producto de los cinco 5 años del estallido social, que derivaron en desvíos de tránsito y problemas en el transporte público.

Según informó Carabineros en su cuenta de X, pasadas las 18 horas un grupo de sujetos encapuchado inició barricadas incendiarias en las inmediaciones de Plaza Baquedano, y a raíz de esto Carabineros de Control de Orden Público debió utilizar sus vehículos lanza agua para extinguirlas y evitar su propagación.

Asimismo, un grupo de personas ocupó el eje de la Alameda al oriente, interrumpiendo el tránsito en el lugar.

Cerca de las 12.30 horas un grupo de encapuchados cortó el tránsito en la intersección de la Alameda con calle Dieciocho, en la comuna de Santiago. Además, los sujetos lanzaron objetos contundentes contra la policía, lo que llevó a intervenir a personal policial a usar carros lanza agua para disuadir al grupo.

Debido a los incidentes de mediodía, Metro cerró las estaciones República y Los Héroes, que fueron habilitadas posteriormente.

Cerca de las 18 horas, Metro reportó el cierre de la estación Baquedano, L5 y L1, solo con combinación disponible, debido a las protestas en el exterior.

Balance del indh

El Instituto de Derechos Humanos (INDH) entregó un balance de las 3 mil 233 querellas presentadas por el organismo por denuncias de violaciones a los derechos humanos en el estallido social, de las cuales 42 han tenido sentencias condenatorias hasta julio de 2024.

De esta forma, y a cinco años de las movilizaciones, el 1,3% de las querellas presentadas por el INDHha tenido una sentencia condenatoria.

Además, la jefa del INDH de la Región Metropolitana, Beatriz Contreras, señaló que desde el primer informe entregado, el organismo ha recomendado al Estado que debe dar cumplimiento a sus obligaciones en materia de verdad, justicia, reparación y garantías de no repetición.

"El Estado aún no cumple con su obligación de implementar un plan de reparaciones integrales, las medidas aisladas que se puedan haber tomado hasta hoy no sólo no son satisfactorias, sino que no responden al estándar internacional que se exigen para estos casos", aseguró.

Por su parte, el jefe de ONU Derechos Humanos en América del Sur, Jan Jarab, señaló ayer que a cinco años del estallido social, "las causas estructurales del malestar social siguen vigentes, sobre todo la profunda desigualdad en el acceso a los derechos económicos, sociales, culturales y ambientales".

Mediante un comunicado, la autoridad de la organización señaló que "el vandalismo y otras formas de violencia son inaceptables. Pero lo que más debe interpelarnos son las violaciones de derechos humanos cometidas por agentes del Estado".

Mientras, en fallo unánime, la Corte de Apelaciones de Santiago rechazó ayer los recursos de nulidad interpuestos en contra de la sentencia que absolvió al carabinero Sebastián Nicolás Zamora Soto, acusado de homicidio frustrado y apremios ilegítimos tras las protestas del 2019, específicamente en el Puente Pío Nono.

"La batalla cultural para reescribir y basurear la historia del estallido a la pinta de las élites está en marcha", escribía hace dos años el exconvencional Jorge Baradit. Acostumbrado a usar la historia como arma de guerra, no podía imaginar que la ciudadanía misma fuera a ir cambiando su percepción de lo que había ocurrido; algún agente oscuro tenía que estarla empujando en esa dirección. El hecho, en todo caso, es que esa percepción ha cambiado dramáticamente. Ha cambiado el ánimo y las prioridades, y también la relación con el vandalismo y saqueo que asoló las principales ciudades del país.

El asunto es palpable y además está bien documentado en los varios estudios de opinión de las últimas semanas. En la mirada retrospectiva predominan la rabia y la tristeza, pues la degradación del país -que obviamente ya existía- se ha acelerado en lugar de dar un giro. Por lo que respecta a las prioridades, la economía y la seguridad han devorado el resto de la agenda, también eso movido por estallido y sus coletazos (como el creciente poder del crimen organizado). El caso de la violencia es algo menos nítido, pero también aquí el cambio es importante. Es cierto que un tercio de la ciudadanía, según muestra un estudio de Criteria, sigue aferrado a que solo mediante ella era posible hacerse oír. Buena parte del actual oficialismo quisiera además dar vuelta esta página sin haber hecho jamás una autocrítica a la altura de su responsabilidad. Pero al margen de estos significativos grises, en el grueso de la población se ha expandido el rechazo a esos notorios actos de los que algunas comunas no han podido recuperarse. Pocos hitos, en efecto, han envejecido tan rápido y tan mal como el 18 de octubre.

¿Se salvan, en cambio, el 25, "la marcha más grande de Chile" y otros momentos comparables? Así lo quisieran recordar algunos: una minoría violenta que naturalmente hay que condenar, pero una mayoría que se volvió consciente de las tensiones del país. El error de esa mirada no está en su reconocimiento de los severos problemas del país, patentes entonces como ahora. Su punto ciego, más bien, es que la violencia física está lejos de ser el único modo de acción política que degrada la vida en común hasta hacerla imposible. Y las restantes formas de degradación -mal que pese a algunos- fueron igualmente protagónicas durante el estallido. El aspecto festivo, que muchos asocian con el viernes 25 y otros episodios, no escapa a eso. El espíritu del 25 se resiste tanto como el del 18 a la mediación política, a la democracia representativa y el debate razonado. Se resiste tanto como el del 18 a mirar el pasado de manera diferenciada, se opone tanto como el 18 al ejercicio de la autoridad, hoy indispensable en todos los ámbitos de la vida social.

A cinco años de distancia tal vez sea este el punto en el que más se deba insistir. El rechazo al vandalismo y la violencia política es un mínimo ciertamente esencial. Pero una política del voluntarismo entusiasta y del slogan fácil son parte igualmente constitutiva de nuestra degradación y se encuentran en el corazón del hito recordado esta semana.

Manfred Svensson

Universidad de los Andes