Atención de salud de adultos mayores
La medicina preventiva juega un rol clave en la salud de las personas durante parte importante de su ciclo de vida y, en especial, en los adultos mayores. Como resultado del progresivo envejecimiento de la pirámide poblacional chilena, se estima que más de 6 millones de habitantes, serán adultos mayores el año 2050.
El número de personas mayores de 65 años llega a 2,3 millones, que se distribuye mayormente en las regiones Metropolitana, Valparaíso y Biobío. Nuestra Región del Biobío tiene 205.720 adultos mayores, que representan el 12,4% de la población, pero las proyecciones para el año 2035, indican que habrá 361.725, que representarán el 21,2% del total regional.
Durante la pandemia de covid, las consultas médicas de urgencia de las personas mayores, disminuyeron 50,5% en nuestra Región, de acuerdo con un estudio que realizó el Observatorio del Envejecimiento para un Chile con Futuro, que surgió de la alianza entre la Universidad Católica y la Compañía de Seguros Confuturo. Esto se explicaba porque entonces los sistemas de salud estaban concentrados en atacar el coronavirus, y por el riesgo de contagio que significaba salir a controles durante esos tres años que duró la emergencia.
Ahora, las autoridades han planteado la importancia de enfrentar la salud, tanto referida a atenciones preventivas, de urgencia y controles de enfermedades crónicas. Es un desafío que se debe asumir a la brevedad, ya que por no ir a consultar a tiempo, las personas se pueden exponer a patologías que, sin una rehabilitación temprana, pueden tener consecuencias importantes en la salud, como es el caso de enfermedades cardiovasculares, accidentes cerebrovasculares, traumatismos encéfalo craneanos, y que si no se consultan a tiempo podrían terminar en una discapacidad.
Si bien hay un aumento en la esperanza de vida, es necesario preguntarse cómo están envejeciendo los chilenos, cuáles son las percepciones en torno a su salud, necesidades materiales y sociales, entre otros aspectos que afectan su bienestar.
La población de más de 80 años tiene menores ingresos económicos, mayor presencia de enfermedades crónicas y menor calidad de vida. Según el reporte de la Universidad Católica y Confuturo, siete de cada diez personas mayores de 80 presentan factores de riesgo o enfermedades crónicas, como presión alta, hipertensión, artritis, osteoartritis o reumatismo. El mayor temor de este segmento es la dependencia y, pese a que pueden influir muchos factores, el deterioro en la salud es determinante. La salud mental también es primordial en dichos esfuerzos preventivos, la sensación de soledad y las relaciones interpersonales influyen en la percepción de satisfacción vital. A pesar de que el 70,9% de la población octogenaria vive acompañada, el 42,4% manifiesta tener sentimientos de soledad e incluso falta de comprensión de sus cercanos.
La Sexta Encuesta Nacional de Calidad de Vida en la Vejez 2022, publicada en agosto de 2023, ha señalado que el 37% de los mayores en nuestro país consume hasta seis medicamentos diarios; el 30% toma entre uno y dos fármacos y el 16% consume más de seis. Entre las medicinas más requeridas para ese segmento de la población se encuentran los antihipertensivos, diuréticos, analgésicos, antiinflamatorios, ansiolíticos y vitamínicos.
Muchos se preguntan en qué condiciones se llega a la vejez. Es fundamental, entonces, hacer que los llamados años dorados sean efectivamente tales, a través de lo que se identifica como una vejez activa, que comprende el bienestar (con un concepto de salud integral), participación (desarrollo social en todas las áreas) y seguridad (legislación y políticas públicas). Se abre la opción de pensar en cómo puede el país seguir trabajando para ser más inclusivo con los mayores, y de qué manera se pueden generar políticas que garanticen su bienestar y calidad de vida.
Nuestra Región tiene 205.720 adultos mayores, que representan el 12,4% de la población, pero las proyecciones para el año 2035, indican que habrá 361.725, el 21,2% del total regional.