Cueca recolectada por Violeta Parra en la zona es clave en exposición de EFE
En los 140 años de la empresa de ferrocarriles, la muestra también suma las vivencias de Condorito con el tren, obra del penquista René Ríos, "Pepo".
Entre noviembre de 1957 y julio de 1958, Violeta Parra desarrolló una prolífica labor investigativa en la Región del Biobío.
Si bien ya había visitado Concepción, al alero de la UdeC, en mayo y agosto de 1957, sería desde fines de ese año que lo haría contratada por la casa de estudios, gracias a las gestiones del poeta Gonzalo Rojas y el rector David Stitchkin.
Dando vida al Museo de Arte Folclórico, muy estrechamente relacionado con la recopilación del folclore de la zona rural, a mediados del verano de 1958, la folclorista ya había recorrido más de 800 kilómetros en la zona recopilando canciones populares, tonadas y diversas cuecas. Al respecto, y según se cuenta, fue aquí donde aprendió a andar a caballo para lograr la hazaña.
Aprendida de María Alejandrina Tapia, la cueca "Por la línea corre el tren" es la que da nombre a una exposición que celebra los 140 años de la Empresa de Ferrocarriles del Estado, en el Centro Cultural La Moneda, en Santiago.
Versando, "Por la línea corre el tren, por el alambre la palabra, que llegando a la estación el afligido es el que habla", el equipo de curadores - Amarí Peliowski y José de Nordenflycht- tuvieron noticias de las transcripciones que hizo Gastón Soublette de las recopilaciones que Violeta hizo en la zona rural del Biobío, gracias a la investigación del profesor de la UdeC, Fernando Venegas Espinoza.
Una de las informaciones más importantes que obtuvieron es que muchos de estos escritos estaban bajo la custodia del Museo Pedro del Río Zañartu.
"Cuando pudimos visitar su depósito con mucha emoción pudimos acceder a esos originales y en particular al registro oral transcrito de la cueca 'Por la Línea corre el Tren', aprendido por Violeta de María Alejandrina Tapia. La primera estrofa es conmovedora y apunta al centro de la imbricada relación entre nuestra cultura y el despliegue del ferrocarril", destacó el equipo curatorial.
En la zona
Autor del libro "Violeta Parra en Concepción y la frontera del Biobío: 1957-1960", Venegas -quien es doctor en Historia, señaló que hizo un trabajo de recopilación bien amplio y significativo en diferentes lugares del Biobío, especialmente, en Hualqui.
"Hay un señor, de apellido San Martín, que es quien organiza el Museo Pedro del Río, y primero las cosas se llevaron a otro museo y luego a este espacio junto con diversos objetos", explicó.
Esta cueca y parte de lo que alcanzó a dar vida al extinto Museo de Arte Folclórico, es custodiada hoy por el museo en Hualpén. Un inventario de 1983 del lugar ya da cuentas de su existencia en el lugar. Sin embargo, se sabe que fue una donación anterior.
Además de fotografías del Archivo Fotográfico UdeC y obras de la Pinacoteca, otro de los penquistas presentes en la exposición es René Ríos, "Pepo", creador de Condorito (1949).
Y es que, precisamente, el célebre pajarraco -a lo largo de sus vivencias- tiene una amplia vinculación con el tren.
De acuerdo al periodista e investigador, Luis Yáñez, Pepo nació a dos cuadras de la Plaza España, por consiguiente, de la Estación de Ferrocarriles de Concepción. "Él vio y usó el tren como todos quienes viajaban a Santiago en aquellos años, puesto que el avión no existía y luego fue un lujo".
"Casi todos los primeros números de Condorito tenían como referencia el uso del tren para trasladarse a todas partes del universo de Pelotillehue y hacían chistes. En la tira cómica que está en la exposición es primera vez que se usa el término Pelotillehue en Condorito. Antes había aparecido en revistas picarescas", agregó.
Durante las primeras seis décadas del siglo XX, precisamente, el tren era la principal vía de conexión entre la capital del Biobío y Santiago. Lo mismo ocurría con Concepción y localidades aledañas. Es aquí donde Ríos pudo apreciar la indumentaria de los campesinos, algo que -finalmente- le serviría para dar vida a diversos personajes de la historieta.
"Como recuerdo emotivo, quienes viajaban desde Concepción o Chillán a Santiago era típico que a los niños les regalaban revistas Condorito para que se fueran leyendo por todas las horas que duraba el viaje. Eso está muy presenta en la retina de los sub 40 y sub 50, entre quienes me incluyo", reconoció Luis Yáñez.