Por Sebastián Grant Del Río

Motivar, participar, ser parte de una verdadera fiesta cultural, con mucha atención a las expresiones locales; es lo que busca el Festival Arte y Memoria del Carbón (Famca), cuyo centro de acción es Curanilahue, ciudad emblemática de la Cuenca del Carbón.

Sebastián Valencia, director de la iniciativa que este año realiza su tercera versión, explica que la razón de hacerlo ahí nació por una necesidad de realizar un cambio sociocultural en los habitantes de esta comuna.

"En Curanilahue, al no ser capital regional ni provincial, el arte nos es algo que se pueda apreciar de forma regular, y como consecuencia los artistas tampoco tienen muchos espacios para mostrar sus trabajos, tampoco ser contratados para realizar funciones o exposiciones de manera recurrente", apunta el gestor del Famca cuya primera versión se realizó entre los años 2021 y 2022.

El nombre, Festival Arte y Memoria del Carbón, pretende recordar un festival de la misma naturaleza que se hacía en la localidad como "Festival del Carbón", y que dejó de realizarse en dictadura.

Por ello, uno de los objetivos basales es fomentar el arte local, para que "la gente tenga panoramas para disfrutar, dialogar y que los artistas tengan más espacios y ofertas laborales para desarrollarse profesional y artísticamente".

Cultura y sociedad

Con actividades programadas hasta la segunda mitad de octubre -los días 22 y 23 se realiza el "Marianopalooza", festival musical en el Liceo Mariano Latorre- para esta tercerca versión se programaron actividades relacionadas con artes visuales, teatro, música, baile y propuestas urbanas.

En este contexto, la próxima cita está agendada el 27 de septiembre, con la tercera Galería de Arte Famca, a las 18:30 horas, en el Centro Cultural Eduardo Pinto Rodríguez.

"En esta galería (exposición) contaremos con la participación de artistas locales que exploran temáticas de identidad, memoria y territorio", adelanta Valencia, señalando que las obras que se van a mostrar invitan a reflexionar sobre el pasado y el presente de la Cuenca del Carbón.

"La idea es ofrecer un espacio para la conexión entre el público y los creadores", explica sobre alternativas que en estos tres años han logrado consolidarse como un referente en la Cuenca del Carbón. "Reunimos artistas, gestores culturales y vecinos en torno al arte, la memoria y la identidad de la región", ilustra, explicando que por lo mismo en esta versión 2024 la convocatoria de hizo en todo el Biobío, traspasando así las fronteras comunales.

Contando con escenarios principales el centro cultural Eduardo Pinto Rodríguez, y en Liceo Polivalente Mariano Latorre; el público se muestra agradecido de la instancia, desarrollada a través de mediaciones, visitas guiadas, conversatorios y eventos en vivo.

"En estos años hemos recibido una retribución muy positiva y emotiva de la gente, donde nos expresan su apoyo para que este festival se siga manteniendo en el tiempo, ya que es algo único en Curanilahue", indica el director del festival al cual asisten creadores venidos de Los Álamos, Cañete, Coronel y Concepción.

- La mirada general, digamos, está puesta en el aporte local.

- Claro, se trata de poner en valor nuestro arte, generar dinamismo cultural en la comuna, fomentar el turismo, el arte y la cultura en Curanilahue. Ahora, creemos que crear nuevas audiencias es un proceso largo, pero que el aporte en el futuro será muy beneficioso, ya que los habitantes tendrán el habito de saber donde y cuando poder ver un concierto, o una obra de teatro.

- Y colabora -sin duda- a la descentralizar de Concepción.

- La descentralización del arte es un tema recurrente, y creo que como festival lo estamos logrando, ya que los artistas de Curanilahue y de la cuenca del Carbón muchas veces son invisibilizados en las capitales, por lo que este festival deja en claro que en las provincias también hay artistas de calidad. Esperamos que en el futuro este festival sea tan reconocido, que artistas de otras regiones u artistas de otros países quieran venir a ser parte de este evento.

- Considerando que septiembre es el Mes de la Patria, no programaron nada alusivo a estas fechas. ¿Responde a una cuestión editorial?

- Mira pensamos realizar actividades, pero dado que el único espacio que cuenta con auditorio es el centro cultural Eduardo Pinto Rodríguez, que es municipal, resultaba muy difícil realizar algo en paralelo, ya que la municipalidad tiene sus propias actividades en otros sectores de la comuna, por lo que necesitan gran parte de su equipo que se encuentra en este lugar. Ahora, esperamos en el futuro poder contar con un teatro propio -en Curanilahue- y tener más autonomía para realizar nuestra programación.

La música y sus tendencias son presencia en el evento comunal.

En estos momentos el equipo liderado por Sebastián Valencia está planificando la creación de una corporación cultural, con el objetivo de acceder a otros fondos y recursos, para no depender exclusivamente del Fondart (el apoyo de éste para hacer el Famca es de caso $29 millones). Como responsable principal, Valencia, señala que el equipo está conformado por siete personas, desde producción a comunicaciones.

- Una vez terminada la respectiva versión, sienten que logran visibilizar a los artistas de la Cuenca del Carbón.

- Totalmente, y te cuento que cada vez que termina el festival, los artistas ya están preguntando cuando comienza la siguiente versión. Ciertamente, los entiendo, ya que como artista creo que es importante que en cada ciudad haya un espacio y una programación anual establecida para mostrar nuestros trabajos.

La versión 2024 del Famca suma seis actividades, desde su inauguración el 17 de agosto pasado, con la Primera Galería. "La asistencia oscila entre 40 y 70 personas por evento", anota, por lo que estiman en alrededor de 500 personas las han participado, considerando que los conciertos se transmiten por radio.

Con un importante presencia de ritmos y bailes extranjeros instalados en el país, la cueca sigue siendo el baile representativo de las Fiestas Patrias.

En este contexto, Chile suma una amplia diversidad de danzas típicas, las que varían según el territorio de origen, pero que, se ha visto, han ido perdiendo protagonismo en estas celebraciones, según Humberto Castillo, académico de Educación y Ciencias Sociales de la U. Andrés Bello.

Castillo señala que muchas de estas danzas han ido desapareciendo por diversos factores, entre los que anota como uno de los más relevantes el auge de géneros como el reguetón o la cumbia, ya bien instaladas en fondas y ramadas. "Los jóvenes se sienten más identificados con estas nuevas formas de música y movimientos. En lugar de las danzas tradicionales, prefieren ritmos y estilos que expresan mejor sus gustos, intereses y estilo de vida", señala en sintonía con la época.

En todo caso, argumenta, éste es un fenómeno global, en que el sincretismo ha jugado un rol en la evolución de las festividades.

"Con las influencias musicales que nos llegan desde fuera, la migración y la interrelación de diversas culturas, algunas danzas han ido modificándose o fusionándose con estilos más contemporáneos, lo que puede diluir la esencia de las formas originales".

Sostiene que, en algunos casos, puede ser que las versiones más tradicionales de estas danzas se vean como algo pasado y, por tanto, "menos interesantes para las nuevas generaciones".

Un factor clave en ello, cree, es la falta de educación formal sobre los bailes tradicionales. "Existen esfuerzos aislados por parte de instituciones y profesores para enseñar danzas como la cueca o la sajuriana, pero no siempre se integran de manera efectiva en los programas educativos", explica, sosteniendo que en muchos casos hay desconocimiento.