"Uno siente resignación, pero también tranquilidad por lo logrado para los trabajadores"
El dirigente abordó el trabajo del último año, a pocas horas de que se concrete el apagado del Alto Horno, un hito para el cierre de la empresa tras 74 años de vida.
Hoy la Siderúrgica Huachipato vivirá uno de los hitos que marcará su cierre con el paulatino apagado del Alto Horno, que comenzará a las 18 horas con la última carga y terminará cerca de las cinco de la madrugada del lunes con las últimas coladas de arrabio.
"No puede haber tanta gente en ese proceso, porque como se realiza con carga completa se producen muchos fenómenos. Se están cumpliendo todos los procesos, después viene el de la planta de coque que se detiene el 15 de octubre, y después de eso, ya para el 31 estarán todos los equipos parados", cuenta Fernando Orellana presidente del sindicato número 2 de trabajadores de Huachipato.
El trabajador por 39 años de la empresa como parte de la planta de la coquería, y dirigente por una década, mezcla sentimientos durante la conversación con Diario EL SUR en horas clave para el futuro de los casi 20 mil trabajadores relacionados a la empresa.
"Uno siente resignación, pero también estoy contento por lo logrado en la última ida al holding donde pudimos conseguir bonos para los trabajadores, sobre todo de 50 años para arriba, que iban a tener un mayor problema para reinsertarse", dice junto con lamentar el complejo escenario que se dio en los últimos meses: "Nunca pensamos que íbamos a negociar cesantía, porque siempre negociamos contratos colectivos para mejoras".
-En el último año como trabajadores de Huachipato pasaron de todo, desde las gestiones previas al primer anuncio del Grupo CAP en enero del cierre paulatino de operaciones, el proceso en la comisión antidistorsiones, los acercamientos con La Moneda y el revés que significó el anuncio de cierre en agosto.
-Recuerdo la primera vez que vino el ministro Grau a una visita a la zona y atendió a don Héctor Medina, presidente del sindicato número 1, a través de una reja, y a mí eso me dolió mucho.
Pero al final mi sindicato fue el que logró llegar a La Moneda por primera vez e hicimos ver que necesitábamos ayuda, y al final el Gobierno entendió que la salvaguardia podía ser una solución, logramos los porcentajes que se requerían, pero los dueños del holding dijeron que se debía cerrar considerando las pérdidas que venían, las diferencias con MolyCop y además de las empresas que traían acero de afuera que estaban estoqueadas.
-Con la distancia del tiempo, y mirando en retrospectiva, ¿qué evaluación realiza usted del actuar que tuvo el Grupo CAP?
-Siempre me puse en el lugar de ellos, pensando que son empresarios y los grandes accionistas mandan. Ellos dijeron que no querían seguir perdiendo dinero acá, pese a que se había hecho una inversión de 60 millones de dólares en el Alto Horno que está funcionando y dio resultado.
Sumando y restando se dieron cuenta que la decisión de la salvaguarda llegó muy tarde, y lo mejor era olvidarse de este negocio. Incluso, nos dimos cuenta de que cuando se dijo que Huachipato cerraba, automáticamente las acciones de CAP se dispararon porque ya no estaban perdiendo plata con una empresa que no era rentable.
-Usted me señaló que terminaron negociando cesantía, algo que no estuvo en la mesa a la hora de que se tomara esa decisión…
-Lamentablemente, este es un tirón de orejas para el Estado porque tenemos una Comisión Antidistorsiones que es muy lenta, demora 18 meses en dar una respuesta cuando tú dices que hay dumping y en ese tiempo se puede estar reventando cualquier empresa, como ocurrió en el pasado con el calzado, Paños Tomé o Fanaloza. El Estado debe modificar eso, tiene que ser como los gobiernos que no tienen trabas al comerciar con China y en forma automática ponen aranceles para defender sus empresas.
Las expectativas
Solo un par de horas después que se apague por completo el Alto Horno, y a pocos kilómetros de distancia, el ministro de Economía Nicolás Grau presentará el plan estratégico que el Ejecutivo diseñó con múltiples actores para mitigar el efecto del cierre en la economía regional
Para Fernando Orellana, es clave el rol que ha jugado la mesa de Defensa al Empleo y la Industria Regional, y anticipó que "como sindicatos, esperamos que los empresarios firmen también porque de repente a ellos puede que no les guste este plan. Nosotros firmaremos, el Gobierno también y estamos en la duda si ellos lo firman o no. Si el Gobierno quiere bajar la cesantía de la Región pongámonos las pilas todos, sentémonos a conversar y es la única forma de salir adelante. Huachipato ya murió, la cesantía se viene, y el Estado está buscando la forma de afrontarlo".
-El objetivo resulta es aplacar el impacto que puede generar el cierre tan acelerado de 20 mil puestos de empleo.
-Nosotros en Huachipato teníamos empleos de calidad, no somos la industria del carbón y eso es lo complicado para el Estado, el ver cómo revertir esto porque incluso en las empresas contratistas no tenían malos sueldos. De ahí se pueden proyectar grandes problemas sociales para la Región.
En paralelo, el dirigente destaca el presente que han vivido los trabajadores y las perspectivas que se han generado apenas se conoció la decisión del Grupo CAP a inicios de agosto.
"Nos hemos dado cuenta de la calidad de trabajadores que había, y el valor que tienen ellos, que los están llamando y ofreciendo entrevistas de trabajo. Es una empresa donde aprendiste muchas cosas y tienes muchas capacitaciones, entonces hoy día hay varios compañeros que solo esperaban que se terminara de negociar el bono de salida porque ya tenían ofrecimientos y se están yendo, incluso adelantando su ida", cuenta.
Junto a ello, detalla que "hay varios trabajadores que se han acercado a la empresa a pedir adelantar sus bonos y se ha accedido pagando lo que corresponde. Eso nos hace sentir tranquilos al haber cerrado el proceso como sindicatos".
-Entiendo que también se está trabajando en una forma de mantener conectados a quiénes pasarán a ser extrabajadores de la empresa.
-Estamos trabajando en la Corporación de Extrabajadores de Huachipato. Somos dos sindicatos, pero una vez fuimos uno, y aquí hay muchos bienes en propiedad que generan recursos. Se está formando la corporación para entregar beneficios y ayudas sociales, estudios, licencias a los trabajadores; el sindicato se está asesorando para formar esta corporación, porque además si se cierra esto, los bienes pasarán al Estado.
Mientras eso ocure, Orellana anticipa que en su caso dejará la empresa junto a sus compañeros, sin perder la esperanza en un mejor futuro: "El holding CAP habla de que en 2028 o 2030 se pude avanzar con el acero verde, y así invertir en una nueva siderúrgica distinta a la integrada que tenemos ahora, sin Alto Horno ni la coquería. Ojalá que esos proyectos conversados se materialicen".