Herbario UdeC cumple 100 años de trabajo y resguardo patrimonial
Con ya un siglo de labor ininterrumpida, el espacio dependiente del Departamento de Botánica, constituye una de las colecciones en su área más importantes y completas de todo el país.
"Tú coleccionas esto para saber qué tienes, cuánto, qué cosa es única, dónde crece, de dónde hasta dónde. Hay un conocimiento total de la flora del país, es la especialización de este herbario", señala la curadora del Herbario UdeC, Alicia Marticorena.
Y es que -fundado en 1924 por el profesor de Botánica y médico, Alcibíades Santa Cruz- primero estuvo ubicado en la Facultad de Farmacia, justo al frente de su actual emplazamiento en la Facultad de Ciencias Naturales y Oceanográficas de la U. de Concepción.
Recorrer sus estantes, revisar sus carpeta de colecciones y tener la sola posibilidad de observar sus casi 200 mil especies registradas, es un privilegio.
Esto no sólo por sus 100 años de trabajo ininterrumpido y colección. Una que crece gracias a académicos, investigadores y estudiantes, destacando por su gran valor científico e histórico abarcando casi la totalidad de las especies de flora que componen el territorio continental e insular del país.
Es aquí donde existen especies de líquenes, briófitas, pteridofitas, gimnospermas, angiospermas, cactáceas, trepadoras, gramíneas, orquídeas, diatomeas, hongos, pólenes y maderas, entre otros.
"Ésta no es una colección muerta, es viva. Todo el material ingresado está en una base de datos, entonces si quieres saber cuantas plantas crecen en Hualpén puedes saberlo. Es información valiosísima para cualquier trabajo que tenga que ver con conservación o distribución. Esto es un patrimonio mundial, cada carpeta es una obra de arte única e irrepetible", valora Carlos Baeza, director del Herbario UdeC.
Desafíos y valores
Parecisamente, para este último uno de los grandes problemas que experimenta el lugar en su primer siglo de vida es el espacio, ya que "estamos hacinados con millones de promesas y no pasa nada hace 30 años. Es la cruda realidad".
Con constantes donaciones, el Herbario se mantiene -como dicen sus directivos- "como circo pobre". En esa línea, contar con un nuevo lugar o una ampliación, además de la llegada de más personal resulta fundamental. Es una forma de subsanar viejos compromisos adquiridos por la universidad con el lugar.
Aquí, precisamente, el proyecto de Museo UdeC asuma como una opción.
"Debemos sacarnos el sombrero con todos quienes se organizaron e hicieron grandes excursiones, a nosotros nos dieron la torta lista. Hoy lo vemos como el tratar de mantenerse sin pegar un salto que nos haga sentir que lo que hacemos es productivo. Hay mucha gente que se fue esperando mejoras sustanciales que nunca llegaron y eso es frustrante", refiere Baeza,
"Le ponemos todo el corazón y al final estamos orgullosos de nuestro Herbario, es el más grande del país, el más actualizado, respaldado por la flora de Chile, con un catálogo online", valora Alicia, quien es hija de destacado botánico Clodomiro Marticorena, fallecido en 2013.
Si bien el Herbario cumple este 2024 su primer siglo de trayectoria, lo cierto es que su material es de larga data.
Por ejemplo, cuenta con un ejemplar de piqueria colectado en 1810 en Chillán y muchas especies ya extintas a lo largo de todo el territorio de Chile continental e insular.
Muchos de sus primeos ejemplares corresponden a plantas medicinales europeas, que son la mayoría de las utilizadas hoy y que eran usadas por los médicos a inicios del siglo pasado.
"Hay mucho material, un 5% o un 8%, que aún no podemos determinar. Sé que hay especies nuevas, que no se ha dado la oportunidad de describirlas como tal", reconoce Baeza.
Actualmente, el Herbario cuenta con un equipo de tres personas que trabajan dedicadamente en él, sin contar a las y los docentes e investigadores que realizan trabajos y proyectos con su amplia y basta colección.
Habiendo sido visitado por destacados profesionales del mundo y con grandes próceres de la botánica que han pasado por la casa de estudios como docentes, hoy el lugar constituye un gran patrimonio natural e histórico para el centro de educación, la ciudad, región y el país.