Joven penquista es pionero del steel tongue drum y handpan en Chile
El abogado Felipe Inostroza lidera Steel Art Chile, una de las pocas empresas que fabrica este tipo de instrumentos en el país y el mundo, y un emprendimiento que hoy es su vida.
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En 2000, la compañía suiza PANart creó el handpan o hang. Seis años después el percusionista dominicano Felle Vega presentó un tambor metálico fabricado desde un cilindro de gas y que bautizó como tambiro.
Solo un año después, el estadounidense Dennis Havlena se inspiró en el hang suizo para crear lo que hoy se conoce como el steel tongue drum.
Por esos años, el joven penquista Felipe Inostroza tenía 16 años, veía videos en YouTube del instrumento y hasta disertó del handpan en el colegio. Es decir, se enamoró del instrumento.
"En ese tiempo solo había un fabricante en el mundo y era de Suiza. Para conseguir uno había que enviar una carta escrita a mano y entrar en una lista de espera de 2 años", recordó.
De tocar a construir
Cuando terminó la enseñanza media y entró a Derecho, en 2012, adquirió un steel tongue drum, y comenzó a tocar en las calles de Concepción para juntar dinero y fabricar su propio tambor de lenguas de acero.
En este contexto conoció a Francisco Benavente, músico y fabricante de instrumentos, quien lo ayudó con la elaboración del primero.
"Con el dinero que recaudamos compramos un cilindro de gas para construir el primer steel drum. No teníamos donde trabajar en ese entonces, por lo que utilizábamos el balcón de mi departamento y patios de amigos", rememoró.
A partir de ahí y luego de seis meses, nació el primer steel tongue drum originario de Concepción y fue entonces que el abogado decidió abrir un Facebook con su marca "Steel Art", el cual comenzó a obtener rápidamente seguidores.
Según recordó, "un día subí un video tocando en el baño, el video se viralizó y tuvo como 80 mil reproducciones, ahí subieron los seguidores de la página y empecé a tener más ventas".
Por esos mismos días, el joven tuvo su primera exportación a Vietnam, y decidió profesionalizar su negocio al incluir diseños personalizados con pintura acrílica en los instrumentos musicales, diseñados por la artista visual penquista Jazmín Bühring.
Con pedidos de España, Estados Unidos, Uruguay y Rusia, era él mismo quien iba a Correos de Chile y embalaba los tambores ahí mismo.
Con el negocio ya formalizado, arrendó una casa en 2016 y subarrendó las piezas para financiar la empresa.
"En ese entonces ocupaba como taller el patio de la casa, lo cual era bastante incómodo sobre todo en invierno cuando llovía. En ese sentido agradezco mucho a nuestro arrendador, Eduardo Márquez, quien nos ofreció una mesa, me enseñó a usar mejores herramientas, y con el tiempo, nos arrendó un espacio techado para poder trabajar", agregó.
Otro hito importante en la historia de "Steel Art" es el cambio de trabajar con cilindros de gas a "casquetes", la pieza en bruto.
"Conseguí el número de la empresa que fabricaba los cilindros de gas, y para lograr que me tomaran en serio le pedí a mi mamá que llamara haciéndose pasar por la secretaria de la empresa y que agendara una reunión", puntualizó Inostroza.
Dos semanas después Felipe viajó a Santiago con su instrumento, recordando que "el gerente se asustó un poco cuando me vio porque en ese entonces yo era un joven de 23 años, por lo que antes de explicarle lo que necesitaba saqué mi instrumento y empecé a tocarlo, quedó fascinado y me vendió 50 piezas".
Sin intenciones de ejercer como abogado, aunque haya terminado la carrera, el objetivo siempre ha sido la fabricación de instrumentos una forma -según aseguró- de luchar con la formalidad que impone la profesión.
De acuerdo al empresario, "creo mucho en la suerte, creo que en mi caso ha sido un factor fundamental haber tenido los papás que tengo, porque cuando me empezó a ir bien con mi negocio también me empezó a ir mal en la universidad".
"En ese momento mi papá conversó conmigo y me apoyó, me dijo que congelara y me dedicara a la música, que es lo que me gustaba, mi mamá lo mismo. Ese apoyo fue fundamental para haber llegado a donde estoy hoy", aseguró.
Con valores que comienzan en los $179 mil, "Steel Art" cuenta hoy con un equipo de más 10 personas, entre artistas, soldadores y pintores; habiendo fabricado más de 800 instrumentos y enviado a 13 países en estos 10 años.
Dentro del catálogo hay baquetas para steel tongue drum, mochilas, cursos e instrumentos de diferentes tamaños, diseños y hasta sin estos.
"Ha cambiado harto mi forma de trabajo, le he dado mucha más importancia con el tiempo a mostrar lo que uno hace, mostrar mi trabajo de forma creativa, antes me daba vergüenza exponer mi trabajo, siempre ha sido esa lucha", puntualizó.
Felipe compró su primer steel y comenzar a tocarlo en la calle.