"Nosotros siempre tuvimos agenda y compromiso en materia de seguridad"
De visita en Concepción, abordó junto a Diario EL SUR los dos años de Gobierno a nivel local, los avances y desafíos en materia de crimen organizado, y las últimas contingencias a nivel industrial vinculadas a Huachipato y Puerto Coronel.
El lanzamiento del Plan Maestro Ferroviario para el Biobío, un dialogo ciudadano con dirigentes vecinales y un gabinete regional ampliado fueron algunas de las actividades que tuvo la ministra secretaria general de Gobierno, Camila Vallejo en su visita a Concepción este viernes.
Tras ello, la secretaria de Estado abordó junto a Diario EL SUR distintos temas de interés local, calificando a la Región y al Gran Concepción como "una zona con una población muy activa, con capacidad de organización, capacidad crítica, de empuje, y no es por nada que, en estos años, donde la situación país atravesó dificultades bien grandes en materia económica y por la pandemia, hayan aparecido situaciones que vuelven al conflicto y a plantear temas país importantes".
"Es una zona con harto empuje, vocación productiva y con potencial en materia de puertos, energética, industria agroforestal, pero que le falta una mano para poder dar un salto a un desarrollo más sostenible, justo e inclusivo", suma.
-Usted dice que en la Región falta una mano para dar un salto hacia un desarrollo sostenible. ¿Por dónde iría esa mano que falta?
-La articulación del Estado en alianza con los privados, gobiernos locales y sus organizaciones. Eso pasa en los proyectos de conectividad, donde tenemos una mesa de trabajo, un plan de desarrollo para trenes y otros servicios de transporte, para infraestructura porque sabemos que debemos apuntalarla y no solo respecto a caminos sino también a servicios hospitalarios, y también en seguridad.
Sobre lo último, dice que "logramos disminuir en la Región más de un 50% la violencia rural, y en la provincia de Arauco logramos una disminución significativa, y vamos a retomar esa senda en la medida que hagamos justicia por el asesinato de los tres carabineros", en alusión al hecho ocurrido en Cañete hace tres semanas.
-¿Y qué rol le corresponde al Gobierno? La administración a nivel regional ha carecido de regularidad con más de una decena de renuncias en el gabinete, y el Presidente Boric solo en una ocasión ha visitado de manera oficial la zona, siendo las demás a la luz de emergencias o contingencias.
-El Gobierno está para las situaciones de normalidad como también para las urgencias y emergencias. De eso se trata gobernar, y que un Presidente esté para las contingencias habla de un Gobierno que está en las buenas y en las malas. Pero, además, la presencia del Gobierno no está solo en un Presidente, que ha sido uno de los pocos presidentes que -en poco tiempo- ha visitado todas las regiones del país, sino que también están nuestros ministros y ministras visitando las regiones para lograr conectar mucho más con la realidad territorial respecto al nivel central.
Respecto a los reiterados cambios de gabinete, explica que "las evaluaciones son permanentes y cuando hay que cambiar, hay que cambiar. Al final, esto no se trata de mantener en el cargo a alguien solo por demostrar estabilidad o continuidad, sino que lo que necesitamos son autoridades que efectivamente estén haciendo el trabajo para la gente, que el Presidente les mandata", y enfatizó que Biobío si es importante para el Ejecutivo: "La Región aporta mucho al país, y por tanto el país le debe aportar a la Región".
Seguridad y macrozona
Tras destacar los avances en las cifras de hechos violentos en las provincias de Arauco y Biobío, la vocera de Gobierno explica que "todo lo que hemos promovido y empujado, tanto en leyes nuevas como en gestión y recursos en el marco de seguridad, responden al fortalecimiento y actualización de las capacidades del Estado en su conjunto para enfrentar el tipo de criminalidad que viene evolucionando en Chile desde 2018".
Sobre la evolución de los delitos, la secretaria de Estado apunta al crimen organizado -"detrás de la violencia, hay homicidios, sicariato y robos con violencia, hay negocios tanto por control territorial como por enriquecimiento ilícito"- y admite todas las acciones adoptadas no son suficientes, "pero aquí necesitamos que la política nacional contra el Crimen Organizado y el Plan Calle Sin Violencia -que ha tenido detenidos, incautado armas y mantiene en curso juicios- puedan apuntar y priorizar el tipo de crimen organizado presente en la zona".
Respecto a las tareas pendientes, dijo que "es clave sobre todo para el negocio de la madera que puede estar relacionado con otro tipo de negocio, es el proyecto de ley de Inteligencia Económica: si queremos ver como se mueve el dinero en esto, quienes están detrás de este negocio, debemos tener la posibilidad de levantar el secreto bancario (…) Sé que hay sectores de la oposición que no quieren levantar el secreto bancario, pero para los fines investigativos lo que más necesitamos es llegar a identificar de donde viene este negocio".
-¿Le costó al Gobierno llegar a la convicción de que la crisis de seguridad debía abordarse así? Queda la sensación que, en los primeros meses de gestión, la consigna era otra y esta cambió sobre la marcha.
-Por un lado, nosotros siempre tuvimos agenda y compromiso en materia de seguridad, pero tuvimos que llegar a fortalecerlos, incorporando más medidas, porque cuando llegamos al Gobierno nos dimos cuenta de que las policías no tenían ni siquiera vehículos para moverse. Cuando hablamos de reformar y modernizar la institución, apuntamos a que tengan las capacidades a la altura del siglo 21 para que puedan salir a la calle a enfrentar la violencia y el crimen organizado.
Lo segundo, creo que estuvimos por mucho tiempo mareados con recetas fáciles, que sacaban buenos titulares y se potenciaban en materia de elecciones. La típica frase de "delincuentes, se les acabó la fiesta", pero poco de sustantivo y concreto; lo que tuvimos que hacer -y creo que nos hace mucho sentido- es que la agenda de seguridad no es patrimonio de los sectores conservadores de nuestro país, sino que es una agenda de derechos fundamentales, y que se debe abordar del punto de vista del Estado.
En último lugar, yo diría algo que algunos les puede molestar, pero que tiene mucho de verdad: prefiero a alguien crítico de la institución de Carabineros, pero que con hechos concretos hace mucho más para fortalecerla y mejorar sus capacidades de trabajo y operativas, que alguien complaciente con la institución y hace poco y nada con su fortalecimiento. Nosotros como Gobierno, nos sentimos más identificados con el primer grupo.