Por Redacción

Luego de que el Tribunal Constitucional rechazara el jueves la indicación que buscaba validar la mutualización de la deuda de las isapres como parte de la ley corta que busca resolver la crisis de las aseguradoras privadas de salud, las miradas se volvieron hacia el Gobierno, único poder del Estado habilitado para ingresar una iniciativa en materia de seguridad social. Y ayer la subsecretaria de Salud Pública, Andrea Albagli se refirió al tema, y si bien no abordó directamente el punto en discordia, sí dio una señal respecto del ánimo de La Moneda en cuanto a reponer o no esta idea que se negó a los senadores.

El tema al que se refirió la autoridad fue la migración de cotizantes desde isapres al Fondo Nacional de Salud (Fonasa): durante 2023 fueron más de 300 mil personas que llegaron al sistema público, mientras que ese número es de casi 600 mil en los últimos dos años.

Frente a ello, Albagli explicó en radio Cooperativa que el hecho de que "muchas personas migren de isapre a Fonasa, no es lo mismo que decir que todas esas personas van a migrar desde el prestador privado al prestador público. Caracterizando a las personas que están teniendo esta migración desde isapre a Fonasa, son personas que muy probablemente van a seguir utilizando la red privada".

"Por eso uno de los elementos que tiene la ley corta de isapres es favorecer que esto siga ocurriendo, que todas las personas que están en Fonasa puedan atenderse con mayores facilidades en el sector privado si así es su elección", puntualizó.

Albagli fue enfática en que no existe riesgo de un colapso del sistema público: "No hay nada que anticipe que esta migración de personas de isapre a Fonasa vaya a poner más presión sobre la red asistencial pública. Al contrario, lo que va a hacer es fortalecer a Fonasa siendo capaz de recaudar más dinero".

Costo político

El exsuperintendente de Salud Salud Patricio Fernández, quien ejerció durante el segundo gobierno de Sebastián Piñera, expresó su visión respecto de que el Ejecutivo hoy no tiene voluntad de reponer la mutualización.

En la misma emisora, opinó que "el Gobierno no va a ceder en eso, desde un principio lo ha dicho, yo creo que tiene un tema con no asumir el costo político que significaría ser parte de una medida que implique rebajar la deuda (de las isapres), creo que eso lo complica mucho".

Añadió que para no asumir este "costo político", la administración del Presidente Gabriel Boric "dio razones jurídicas, en un primer minuto señalaron que la mutualización tenía un problema jurídico y que era contrario al fallo, ya que el fallo establecía que la situación debía ser persona a persona y la mutualización supone un tema de aplicación general".

De todas maneras, aseguró que "en definitiva el tema es político" y que por eso el Gobierno no cederá, por lo que se debe buscar otra alternativa, "quizás una salida intermedia. La mutualización no es la única forma, hay otras medidas (...) hay que desplegar un desarrollo intelectual, poder buscar medidas y también con voluntad obviamente llegar a acuerdos".

Pero fue categórico en descartar que con las prestaciones en instituciones privadas que pueda entregar Fonasa sea suficiente: "El Estado no está en condiciones de garantizar una continuidad de las prestaciones que están recibiendo las personas en isapres, sobre todo aquellas enfermedades más complejas, tratamientos en curso. Creo que ahí puede haber un problema sanitario complejo".

El embajador de Argentina en Chile, Jorge Faurie, negó haber emitido dichos contra una delegación nacional en el complejo fronterizo Cristo Redentor y también descartó un presunto desaire con el delegado provincial de Los Andes.

La Cancillería le manifestó al diplomático trasandino su preocupación por la situación, en la que Faurie dijo que "mi país ya era potencia agrícola mientras ustedes recién aprendían a comer". También habría ignorado al delegado Cristián Aravena.

En T13, Faurie negó haber dicho esas palabras:"Yo pregunté, digamos, cuando se me habló de la figura del delegado presidencial, en qué consistía, qué era, porque no la conocía. Punto".

Sobre los supuestos dichos sobre Argentina y Chile afirmó que "alguien construyó un diálogo que no es exactamente el que tuvo lugar. Si la frase mía les causó falta, sintieron, se sintieron molestos, bueno, habrá que pedir disculpas sobre esta vez particular. No eran con esta intención".

El presidente ruso, Vladimir Putin, clamó ayer venganza contra los responsables del atentado terrorista del viernes en una sala de conciertos en las afueras de Moscú, que cobró la vida de al menos 143 personas, una cifra que aún podría aumentar.

"Todos los autores, organizadores y los que encargaron este crimen recibirán un merecido e irremediable castigo, sean quienes sean e independientemente de que los hayan enviado", dijo Putin durante un mensaje a la nación transmitido por la televisión rusa.

En la alocución, que duró cinco minutos, Putin destacó que ya se detuvo a once personas en relación con el ataque terrorista, el mayor que ha sufrido Rusia desde la matanza de Beslán, hace veinte años.

Pero, además de detener a los cuatro terroristas y sus siete cómplices, todos ellos extranjeros, Rusia sigue investigando la tragedia para dar con quienes les ayudaron con el transporte, itinerario para la fuga y escondite para el armamento y la munición.

La mano negra

Putin no especuló sobre los autores intelectuales del atentado, aunque sí mencionó que los cuatro terroristas detenidos intentaron huir a través de la frontera ucraniana.

"Intentaron darse a la fuga y se dirigían a Ucrania, donde, según datos preliminares, les habían preparado una ventana del lado ucraniano para cruzar la frontera", explicó.

La Presidencia ucraniana negó nuevamente ayer, de manera categórica, que Kiev tenga algo que ver con el atentado en territorio ruso, refutación respaldada por Estados Unidos.

Mientras, el grupo terrorista Estado Islámico (EI) difundió ayer una imagen de los cuatro presuntos responsables del atentado del viernes a través de la agencia Amaq, el principal canal propagandístico de la organización, y en ella aparecen cuatro personas con media cara tapada, gorra y los ojos pixelados delante de una gran bandera del Estado Islámico.

De acuerdo con Amaq, tres de estos supuestos terroristas "comenzaron a disparar contra la multitud" en la sala de conciertos Crocus City Hall, mientras que el cuarto le prendió fuego a la instalación "utilizando bombas incendiarias que habían sido preparadas de antemano para este propósito".

Amaq apuntó que durante el atentado se emplearon ametralladoras, una pistola, bombas incendiarias, y cuchillos que se utilizaron para "degollar a varios dentro de la sala y en los pasillos", e indicó que los supuestos yihadistas apuntaron a la cabeza de los asistentes al evento.

Rusia se blinda

El presidente ruso destacó que las autoridades ya han reforzado las medidas antiterroristas en la capital, la adyacente región de Moscú, donde tuvo lugar el siniestro, y el resto del país.

"Lo principal ahora es impedir que quienes están detrás de este baño de sangre cometan un nuevo crimen", aseveró y adelantó que el domingo será día de luto nacional.

Putin, que llegó al poder en 1999 con la mano dura contra el terrorismo como tarjeta de presentación, lamentó que entre las víctimas figuran niños, adolescentes y mujeres y aseguró que Rusia saldrá más fuerte de ese desafío.

Simultáneamente, las autoridades extendieron la cancelación de todos los actos masivos. En particular, fue suspendido el partido amistoso entre las selecciones rusa y paraguaya, programado para mañana en el estadio del Dinamo de Moscú.

Víctimas

Conforme avanzaba el día aumentaba también el número de las víctimas mortales, que pasó de 40 a 143 en menos de 24 horas, a lo que hay que sumar de un centenar de heridos, la mitad graves.

Los equipos de rescate comenzaron a encontrar más cuerpos de víctimas entre los escombros de la sala de conciertos, destruida por el incendio provocado por los atacantes.

A su vez, las autoridades admitieron que la cifra de muertos puede aumentar "considerablemente" según avanzan las labores de búsqueda en el edificio incendiado, que se extenderán por varios días más.

Según los investigadores, la causa de la muerte de los asistentes al concierto son tanto heridas de bala como la asfixia por humo.

En tanto, miles de moscovitas acudieron a centros médicos para donar sangre para las víctimas de Crocus City Hall.

Los habitantes de la capital rusa formaron colas de varios kilómetros y esperaron varias horas antes de poder acceder a algunos de los centros, tal y como recogen los medios rusos, que destacan que algunas instituciones tuvieron que ampliar el horario para poder atender a todos los congregados.