El legado de Sebastián Piñera en el Biobío
De manera sorpresiva, y luego que capotara su helicóptero en el Lago Ranco, la tarde este martes falleció Sebastián Piñera Echeñique: dos veces Presidente de la República (2010-2014 y 2018-2022) y la figura más trascendental de la centroderecha en nuestro país y para parte de América Latina durante las últimas dos décadas.
La partida de Piñera a la edad de 74 años marcará el devenir de la política nacional, y también reforzará una de las obsesiones que tuvo durante sus ocho años como Jefe de Estado, y que prolongó con el tiempo: el legado.
La idea de transmitir ideas y que trasciendan en el tiempo tomará otra dimensión con el deceso del mandatario, y queda plasmado en hitos trascendentales que desde ya son recordados en una de las zonas que visitó de manera más fluida, en un promedio de cuatro veces por año excluyendo los años de la pandemia.
Uno de ellos, particularmente, lo vivió la Región del Biobío con el proceso de reconstrucción tras el terremoto y maremoto del 27 de febrero de 2010: la titánica tarea demandaba reconstruir las 164 mil viviendas que resultaron destruidas o dañadas, un millar de recintos educativos con alguna afectación pero también dar una nueva cara al borde costero que desapareció un momento a otro tras la tragedia ocurrida la madrugada de ese sábado, y sobre todo recupera el espíritu y alma de una zona devastada.
A catorce años de la tragedia, y ante la magnitud de los números, el proceso se puede calificar sin inconvenientes como exitoso, más allá de los desafíos pendientes de las escuelas modulares y la situación habitacional de Mirador del Pacífico en Talcahuano.
Un proceso que no se pudo llevar adelante sin la impronta de Sebastián Piñera, que no escatimó en esfuerzos para desplegar todos los recursos que fuesen necesarios, y que hoy permiten caminar por Dichato o El Morro con entornos incluso mejores que los existentes antes de 2010.
A ello se suma, y reconocido de forma transversal por el mundo político, el abordaje de la pandemia que tuvo en tiempo récord: la vacunación contra el covid-19 en gimnasios, centros de salud y oficinas públicas, además del rápido confinamiento que vivieron comunas como Hualpén, Penco o San Pedro de la Paz ante las alzas de contagios. La decisión manifiesta de avanzar en una estrategia enfocada tanto en la prevención como vacunación y seguimiento le permitió a esta región retomar parte de su vida diaria en un tiempo menor al inicialmente contemplado.
También Piñera tuvo una estrecha relación con el sector productivo y empresarial de la zona: habitual asistente a los encuentros que organizan espacios como Irade, en los que de forma sagrada una vez al año daba cuenta de los principales hitos y tareas de su gestión.
A la hora de sacar cuentas, dos tareas que quedaron pendientes de su labor como jefe de Estado, al entregar el cargo en marzo de 2022, están enmarcadas en temas de constante interés para esta Región.
Por un lado, la administración Piñera debió liderar el inicio del proceso de descentralización con la creación de las delegaciones presidencial y separación de las tareas de seguridad de los gobiernos regionales. Pero también el panorama que vive la, denominada en su periodo, Macrozona Sur con distintos hechos de violencia que, a su salida de La Moneda, se incrementaron obligando a la actual administración a redireccionar gran parte de sus esfuerzos en una tarea que no estaba en las prioridades.
Con todo y más, la figura de Sebastián Piñera Echeñique no dejó indiferente a nadie, ni mucho menos a los habitantes de esta Región, una que visitó más que otros jefes de Estado, donde dejó grandes amigos y camaradas, y donde siempre buscaba el lugar exacto donde se instaló la bandera del Bicentenario.
La figura de Sebastián Piñera Echeñique no dejó indiferente a nadie, ni mucho menos a los habitantes de esta Región, una que visitó más que otros jefes de Estado.