Sudamérica en alerta: calor extremo y El Niño se sienten como nunca antes
En Colombia se secan los ríos, Uruguay y Argentina tienen zonas con sobre 40 grados de calor y Chile suma incendios.
Agencias / Redacción
Altas temperaturas y una intensa sequía propias de esta época del año, agravadas por el fenómeno de El Niño, han llevado a las autoridades de varios países sudamericanos, especialmente Chile, Colombia, Argentina y Uruguay, a alertar sobre los efectos nocivos para la salud de la exposición al sol y a la necesidad de protegerse de los golpes de calor.
Ya no son solo los incendios. "Las elevadas temperaturas que en este momento están experimentando muchas regiones del planeta obedecen a la confluencia de dos fenómenos", explica a Efe el médico y experto en cambio climático Camilo Prieto, profesor de Sostenibilidad y Salud Ambiental de la Universidad Javeriana, de Bogotá.
Según Prieto, uno de esos fenómenos "es el cambio climático, que es un evento de fondo que se caracteriza por ser creciente, por ser progresivo", y el otro es el de "variabilidad climática coincidiendo en este momento con el fenómeno de El Niño".
"Entonces, la sobreposición de los dos eventos hace que en algunas zonas del planeta se eleven las temperaturas y eso fundamentalmente ocurre porque en estos meses, lo que es enero y febrero, tenemos un momento de alta intensidad de expresión de El Niño", que se espera empiece a "decrecer en marzo-abril", señala Prieto.
En Colombia, donde las lluvias de los últimos días apagaron incendios forestales y suavizaron las temperaturas que estuvieron sobre los 38 grados Celsius, hay ríos y arroyos que se han secado completamente, lo que compromete el abastecimiento de agua potable en parte del país.
"Al momento, 233 municipios de 16 departamentos presentan desabastecimiento de agua potable. De estos, 16 ya tienen racionamiento del líquido y hay 602 más con susceptibilidad de sufrir afectaciones", advirtió la Unidad Nacional de Gestión de Riesgo de Desastres.
Termómetros en rojo
Un intenso calor azota también a Chile y Argentina, donde los termómetros marcan temperaturas récord en muchos casos.
En la Región Metropolitana el termómetro marcó el miércoles 37,3 grados Celsius, la tercera temperatura más alta registrada en los últimos 55 años y un grado por debajo de la máxima histórica, los 38,3 grados en enero de 2018.
La temperatura más alta que ha registrado Chile desde que hay registros son 42,2 grados el 2017 en Los Ángeles.
No obstante, las regiones de Valparaíso y O' Higgins sufren la propagación de incendios forestales con más de 35 grados, un viento costero que aporta velocidad al fuego y una escasez hídrica que lleva 15 años.
En Uruguay se proyectan 40 grados a la sombra hasta el martes y, en Argentina, la ola de calor se siente especialmente en la zona oeste del país.
"Desde el norte de Patagonia hasta el norte de Argentina habrá temperaturas máximas entre los 35 y 42 grados Celsius y temperaturas mínimas entre los 22 y 26 grados Celsius", dijeron a Efe fuentes del Servicio Meteorológico Nacional (SMN).
La ola de calor, en general, va a "persistir al menos hasta martes o miércoles de la semana que viene", agregaron con preocupación, pues el viernes el incendio forestal que afecta desde hace 10 días al Parque Nacional Los Alerces, Patrimonio de la Unesco desde 2017, y a la provincia de Chubut, ya había calcinado 2.835 hectáreas.
Golpes de calor
El SMN alertó de "temperaturas extremas" en 21 provincias argentinas, lo que puede poner en riesgo la salud de las personas, mientras que en Chile, el Servicio Nacional de Prevención y Respuesta ante Desastres (Senapred) puso a todos los efectivos en alerta y lanzó una batería de consejos para evitar los golpes de calor y los efectos de largas exposiciones.
"En Sudamérica, particularmente Argentina y Chile, tienen ese riesgo, de que se produzcan olas de calor", explica Prieto, quien dice que "son un fenómeno atmosférico que cuando llega a los seres humanos se puede expresar como un golpe de calor. Eso es lo que sufre nuestro cuerpo y es un riesgo cardiovascular y también un riesgo para nuestro sistema nervioso, que puede causar la muerte".
La confluencia de la crisis climática y de El Niño representa además "un riesgo muy relevante para la salud de todos los ecosistemas, lo cual es evidente por las sequías, pero también para la salud humana", subraya el especialista.