El pasado jueves 4 de enero, la Empresa de los Ferrocarriles del Estado cumplió 140 años desde que fuera creada bajo la administración del presidente Domingo Santa María, en 1884. Ese hito marcó un proceso de modernización e industrialización del país que llegó a cada uno de los rincones de Chile.

En el caso de la Región del Biobío, el impulso por el desarrollo ferroviario vino unos años antes, de la mano del ingeniero penquista, Pascual Binimelis, quien visualizó la ejecución de una conectividad entre Talcahuano-Concepción y Chillán, materializada, con el primer viaje, el 18 de septiembre de 1874.

Después vino la construcción de obras de infraestructura nobles que han sido testigo del crecimiento y desarrollo del Gran Concepción: El puente ferroviario sobre el río Biobío, inaugurado en diciembre de 1889, que potenció la actividad carbonífera y que actualmente, sigue uniendo a los habitantes y empujando al sector productivo del Biobío.

Recordar la historia del ferrocarril y de EFE no sólo evoca nostalgia, también nos da la oportunidad de proyectar los enormes desafíos que hoy tiene la empresa en el país y, particularmente, en el Biobío, como un medio de transporte de vanguardia y eje estructurante del sistema público de transporte y de carga.

Durante 2023, el Biotren alcanzó cifras récord de pasajeros, consolidándose como un medio de transporte sustentable por excelencia y que, pese a las dificultades enfrentadas, respondió a la necesidad de conectividad de los habitantes al sur del río Biobío.

La preferencia y cariño de nuestros usuarios y usuarias, nos demanda doblegar nuestros esfuerzos para avanzar aceleradamente, pero de forma responsable en aquellas iniciativas que permitan ampliar la cobertura del tren, mejorar la calidad de vida de las personas y atender de forma segura a quienes son pasajeros del Biotren y al entorno.

La cartera de proyectos que EFE tiene en la zona es amplia y desafiante para este 2024: La conexión a Penco; el fortalecimiento de la red eléctrica de la Línea 2 y la ampliación de su capacidad; el diseño (ingenierías) y los estudios ambientales del proyecto a Lota; la licitación del estudio de prefactibilidad del trazado Concepción-Los Ángeles; la construcción del cruce Santa Sofía, en Chiguayante, y las desnivelaciones de pasos ferroviarios en torno a la Ruta 160 junto al plan Más Movilidad; las obras del nuevo puente ferroviario; y la compra de dos nuevos trenes para reforzar los servicios del Biotren, entre otras.

Todas son tareas de suma trascendencia, tal como lo fueron para Pascual Binimelis hace un siglo y medio atrás. Todas iniciativas de infraestructura que se irán concretando a la par del trabajo diario que realizamos por asegurar la excelencia operacional de nuestros servicios entre Concepción y Coronel y entre Talcahuano y Laja, porque tenemos la convicción que lo que estamos avanzando hoy, nos permite mirar con optimismo, certeza y responsabilidad el futuro.

¿Qué sabemos sobre el cáncer? Mucho se ha avanzado en su conocimiento en los últimos 50 años, no obstante, no se vislumbra una cura definitiva.

Lo primero es decir que no existe solo un tipo de cáncer, sino que muchas enfermedades distintas, cuyo origen es un grupo de células que pierde su capacidad de autorregulación para contener su crecimiento e invade el tejido desde el que se originan (lo que le da el nombre específico al tipo de enfermedad tumoral). Estas células pueden eventualmente viajar a otros sitios del cuerpo, generando las llamadas metástasis que agravan aún más la condición del paciente.

También sabemos que en su origen se encuentran involucrados los genes, con múltiples formas de mal funcionamiento, que van dañando la estructura celular y perpetuando la estirpe tumoral.

¿Qué causa la alteración genética? En algunos casos se ha determinado la asociación a infecciones virales, en otros la exposición a mutágenos ambientales, como la radiación ultravioleta, y especialmente a sustancias presentes en los alimentos. Mas en muchos tipos de enfermedad neoplásica no es posible reconocer el factor causal.

Asimismo, la reacción de nuestro organismo, especialmente del sistema inmunológico, puede modificar la expresión de la neoplasia, lo que hace que cada paciente oncológico, si bien comparte características con otros, es único en su relación con la enfermedad.

¿Qué papel pueden tener las emociones o pensamientos sobre la génesis de la enfermedad tumoral? No es posible saberlo, ya que estudios al respecto son muy complejos de hacer y pueden tener reparos éticos importantes. Sin embargo, en la observación de muchos casos de pacientes con enfermedad tumoral, se advierte una relación entre la disposición anímica y la evolución de aquella, por ejemplo, en la reaparición de una enfermedad que parecía controlada luego de una situación de alteración psíquica importante. Por otra parte, durante los tratamientos de quimioterapia es conocida la buena evolución de aquellos pacientes con una actitud proactiva y serena.

No es posible asociar la aparición de una enfermedad tumoral a un determinado tipo de personalidad o a una específica disposición del ánimo, o a la presencia de conflictos emocionales; más cuando la enfermedad ya se encuentra presente, estos fenómenos pueden influir en su evolución.

Es evidente constatar que la disposición espiritual le aporta, a aquellos que son creyentes, una forma especial de enfrentar este trance, pero también algunas personas que no reconocen algún tipo de creencia logran sobrellevar con entereza y serenidad la enfermedad.

Quizás el encuentro con una de las enfermedades más devastadoras de nuestros tiempos coloca a los pacientes en una situación misteriosa y paradojal, donde se puede advertir que muchos perdonan su enfermedad, dándole un sentido. No nos olvidemos nunca de pedir y dar perdón. Puede ser la única terapia efectiva cuando la ciencia no puede aportar más respuestas.

En un paso significativo hacia la consolidación de la democracia y la promoción de la equidad de género, Chile marcó un hito histórico hace exactamente 75 años con la publicación de la Ley que establece el Sufragio Pleno Femenino, un 14 de enero de 1949. Este acontecimiento no solo abrió las puertas a la participación política de las mujeres, sino que también sentó las bases para una sociedad más justa e inclusiva. Cabe precisar que esta ley las facultaba para votar en elecciones parlamentarias y presidenciales, pues en 1939 se había aprobado el voto femenino, pero exclusivamente para las elecciones municipales.

Las implicancias de esta legislación fueron profundas y trascendieron más allá de las urnas electorales. El sufragio femenino no solo se trata de emitir un voto, sino de empoderar a las mujeres, brindándoles una voz activa en el espacio público y en la construcción de políticas estatales y en la conformación del destino nacional. Esta inclusión política contribuye a la diversidad de perspectivas y experiencias en la toma de decisiones, enriqueciendo la calidad de la democracia.

Así, desde 1949, somos testigos de un progreso constante en términos de participación femenina en la política chilena. Por ejemplo, en las pasadas votaciones en diciembre de 2023, el padrón electoral en Chile (sin considerar voto en el extranjero) sumó un total de 15.278.800 de personas habilitadas para emitir su sufragio, con un desglose de 7.456.459 de hombres y 7.822.341 de mujeres, esto según datos del Servel. De esta forma, las cifras hablan por sí mismas: el aumento sostenido de mujeres en cargos políticos, tanto a nivel legislativo como ejecutivo, demuestran el impacto positivo de la ley de sufragio femenino. La representación equitativa es esencial para garantizar que las políticas reflejen las necesidades y aspiraciones de toda la sociedad, independientemente del género.

Sin embargo, el camino hacia la plena equidad de género está lejos de completarse. A pesar de los avances, persisten desafíos en términos de igualdad salarial, acceso a oportunidades, la erradicación de estereotipos de género arraigados, como también el trabajo desde la educación con áreas y profesiones aun fuertemente masculinizadas. El Informe Global de Brecha de Género 2023 del Foro Económico Mundial indica que, al ritmo actual de progreso durante el período 2006 -2023, se necesitarán 162 años para cerrar la brecha de género de Empoderamiento Político, 169 años para la brecha de género de Participación Económica y Oportunidades, y 16 años para la brecha de género de Logro Educativo. El tiempo para cerrar la brecha de género en Salud y Supervivencia sigue sin definirse.

Es crucial destacar que la equidad de género no solo beneficia a las mujeres, sino que fortalece a la sociedad en su conjunto. La diversidad de perspectivas y la inclusión de todas las voces, independientemente del género son fundamentales para abordar los desafíos complejos que enfrenta Chile y el mundo. A medida que celebramos este hito, es imperativo recordar que la lucha por la igualdad de género es continua y que debemos seguir trabajando juntos para superar los desafíos que aún persisten en nuestra búsqueda de una sociedad más justa e inclusiva.