El regreso de las fiestas costumbristas
Con la llegada del verano es tradicional que una parte de la oferta turística de la Región del Biobío esté constituida por las denominadas fiestas costumbristas, actividades que se realizan en torno a una comuna rural y que suelen tener como origen algún tipo de actividad productiva o producto característico de la zona, a partir del cual se va suman la oferta gastronómica, artística y hasta económica del lugar que la promueve.
El valor de las fiestas costumbristas se encuentra en su arraigada identidad, que las transforma en un hito dentro del verano no sólo para quienes asisten a ellas, sino también para quienes son parte de su oferta y apuestan por la venta de productos y servicios locales. Se trata, además, de actividades que ayudan especialmente a la actividad económica de la comuna, dan un impulso productivo y turístico a partir de lo que mejor saben hacer sus habitantes.
Este año la realización de estos eventos tiene mayor importancia, ya que la planificación realizada para el verano de 2023 se vio bruscamente interrumpida por las emergencias derivadas de los incendios forestales ocurridos durante los meses de enero y, en mayor parte, febrero. Los siniestros echaron por tierra la posibilidad de realizar numerosas actividades, lo que se tradujo en un golpe más para las zonas rurales que buscaban llamar la atención de los veraneantes y que no pudieron hacerlo por las consecuencias que trajeron estas emergencias.
Este verano existe un extenso calendario que comenzará la próxima semana y que incluye a comunas Santa Juana, Florida, Hualqui, Tomé y Arauco. En paralelo, los municipios avanzan en la preparación frente a la posibilidad de que se produzcan nuevas emergencias forestales, en conjunto con autoridades y privadas e integrando a las comunidades, con énfasis en la prevención. Además, los eventos se enmarcan en el proceso de recuperación económica tras los siniestros de 2023.
Algunas de las fiestas costumbristas más reconocidas son la tradicional Fiesta del Choclo, que se realizará a partir del viernes 26 de enero en la comuna de Hualqui, y se extenderá durante diez días. Según lo informado, contará con exposiciones de artesanía y shows artísticos. La Plaza de Armas será el punto de encuentro al aire libre y el municipio también tiene planificadas actividades en Talcamávida, Unihue y Quilacoya, para que los turistas puedan optar por conocer las distintas localidades.
En Santa Juana, comuna que tuvo enormes efectos por los incendios forestales del verano pasado, contará con una semana especial desde el 17 al 22 de enero, y posteriormente tendrá lugar la Fiesta de la Miel, el fin de semana del 9 y 10 de febrero. Del mismo modo, se está evaluando la posibilidad de repetir la Fiesta de la Cerveza Artesanal, tras el éxito de su primera versión.
En relación con las jornadas culturales, en Florida se realizará la trilla a yegua suelta, el sábado 27 de enero, en el Sector San Lorenzo, mientras que el 5 de febrero se iniciará la semana floridana. En Arauco, la programación inicia el 15 del próximo mes, y culminará a fines de febrero. "Se pretende hacer 3 shows centrales y otro de eventos en las localidades, por ejemplo, la Fiesta del Marisco, del Carapacho, del Cochayuyo, de la Tortilla. La programación está lista para empezar a ejecutarse", reveló la alcaldesa Elizabeth Maricán.
Para Tomé destaca el retorno de la semana tomecina, que convocará a artistas locales, regionales y nacionales, y se debería concretar a inicios de febrero, desde el municipio esperan contar con 40 puestos de artesanía y gastronomía local. El apoyo a las comunas rurales es fundamental para la reactivación económica, además de reforzar la identidad local e impulsar el reconocimiento a los pequeños productores regionales.
El valor de las fiestas costumbristas se encuentra en su arraigada identidad, que las transforma en un hito dentro del verano no sólo para quienes asisten a ellas, sino también para quienes son parte de su oferta y apuestan por la venta de productos y servicios locales.