Por Agencias

El Departamento de Estado estadounidense lanzó una recompensa de hasta 10 millones de dólares por información que conduzca a la interrupción de los mecanismos financieros del grupo terrorista Hamás y a la detención de figuras clave involucradas.

El Departamento, apunta un comunicado, busca información sobre varios "facilitadores financieros" de Hamás como Abdelbasit Hamza Elhassan Mohamed Khair, conocido como 'Hamza', quien desde Sudán ha gestionado numerosas empresas de la cartera de inversiones de Hamás y anteriormente estuvo involucrado en la transferencia de casi 20 millones de dólares al grupo.

La red utilizada por Hamza para lavar dinero y generar ingresos para Hamás incluye a la empresa Al Rowad Real Estate Development, con sede en Sudán, sancionada por el Departamento del Tesoro. Además, señala EE.UU., Hamza también tiene vínculos financieros de larga data con Al Qaeda y empresas vinculadas a Osama bin Laden en Sudán.

También se busca información sobre Amer Kamal Sharif Alshawa, Ahmed Sadu Jahleb y Walid Mohammed Mustafa Jadallah, quienes "son agentes de Hamás y forman parte de la red de inversiones de Hamás" en Turquía.

Alshawa es el director ejecutivo de Trend GYO y ha sido miembro de la junta directiva de varias empresas de cartera de inversiones de Hamás.

Jahleb se desempeña como secretario de la cartera de inversiones de Hamás y coordina diversas actividades para las empresas controladas por el grupo y sus funcionarios, mientras que Jadallah forma parte de las juntas directivas de varias empresas.

Otro de los investigados es Muhammad Ahmad Abd Al-Dayim Nasrallah, antiguo miembro de Hamás con vínculos con entidades iraníes, que ha estado involucrado en transferencias de millones de dólares a Hamás, también a su brazo armado, las brigadas de Ezzeldin Al-Qassam.

El Departamento de Estado de Estados Unidos designó a Hamás organización terrorista extranjera en octubre de 1997.

El Departamento de Estado detalla que se podrán otorgar recompensas por información que conduzca a la identificación y alteración de cualquier fuente de ingresos para Hamás o sus mecanismos clave de facilitación financiera.

También por información sobre donantes o facilitadores financieros, sobre instituciones financieras o casas de cambio que facilitan transacciones de Hamás, sobre negocios controlados por Hamás, así como "empresas fachada dedicadas a la adquisición internacional de tecnología de doble uso en nombre de Hamás".

Blinken en turquía

El secretario de Estado de EE.UU., Antony Blinken, llegó a Estambul en su primera escala de una gira por nueve países de la región, dedicada a la situación en Gaza, que ya cumple 93 días desde el ataque terrorista de Hamás contra Israel, y que durará hasta el jueves próximo.

Hoy será la reunión con su homólogo turco, Hakan Fidan, y se espera que el diplomático estadounidense también sea recibido por el presidente, Recep Tayyip Erdogan.

El principal tema en la agenda de Blinken, que continuará viaje a Grecia y luego a Jordania, Qatar, Emiratos Árabes Unidos, Arabia Saudí, Israel, Cisjordania y Egipto, es la situación de Gaza, la necesidad de llevar ayuda humanitaria a la Franja y la liberación de los rehenes en poder del grupo islamista Hamás.

El precio de transportar mercancías por vía marítima entre Asia y Europa se disparó durante la última semana, hasta triplicarse en algunas rutas, al aumentar los ataques de los rebeldes hutíes de Yemen contra barcos en el mar Rojo y en el golfo de Adén.

Una veintena de navieras decidieron evitar el Canal de Suez y rodear África para llegar desde Asia a Europa, un trayecto que alarga los viajes en torno a diez días. El 15% del comercio marítimo mundial pasa por el mar Rojo.

Aunque los ataques de los rebeldes hutíes, que buscan con sus acciones meter presión "para poner fin a la guerra contra Gaza y apoyar al pueblo palestino", comenzaron en noviembre, las subidas de los fletes habían sido moderadas hasta final de año. Sin embargo, las tarifas se multiplicaron en los primeros días de 2024.

El precio de un contenedor de 12,19 metros de largo, 2,44 metros de ancho y 2,59 metros de alto para transportar mercancía desde China y el este de Asia al norte de Europa a través del Canal de Suez ha pasado de 1.590 dólares el 29 de diciembre a 4.274 dólares ahora, lo que supone un incremento del 169%, según datos de la plataforma logística global Freightos.

En sentido contrario (desde el norte de Europa al este de Asia), el precio subió un 142% (de 312 dólares a 756 dólares).

En la ruta entre el este de Asia y el Mediterráneo, el precio pasó de 2.401 dólares por contenedor de 40 pies a 5.164 dólares en tan sólo una semana, un incremento del 115%.

En sentido contrario (desde puertos del Mediterráneo a China o países del este de Asia), la tarifa ha aumentado un 237% (de 169 dólares a 569).

Aunque más moderada, esta fuerte subida se aprecia también en el índice global que elabora Freightos (Global Container Freight Index) y que tiene en cuenta otras rutas, por ejemplo las del Pacífico.

El índice pasó de 1.341 dólares a final de 2023 a 2.490 dólares ahora, lo que implica un ascenso del 85%.

La naviera danesa Maersk, una de las principales empresas mundiales en transporte marítimo de contenedores, anunció que todas sus rutas por el mar Rojo serán desviadas por el sur de África durante el "futuro inmediato".

Maersk -que forma parte de A.P. Møller-Mærsk, el principal grupo industrial de Dinamarca- había informado hace tres días de la suspensión indefinida de esas rutas debido al ataque sufrido el pasado fin de semana por una de sus embarcaciones.

Hace muchos, muchísimos años, hice un largo recorrido en micro. Al lado mío iba un señor bastante mayor; al menos así me parecía, porque con seguridad tenía menos años de los que tengo ahora. Desde el primer momento advertí dos cosas: la primera, es que él sentía una necesidad irresistible de conversar; la segunda, se refería a su mirada: era un poco rara. No era extraña como la de una persona con una perturbación mental, sino que simplemente no me gustaría mirar así. Soy incapaz de explicar más.

Nos pusimos a conversar. En realidad, él ponía las palabras y yo simplemente escuchaba. Hablaba y hablaba, pero no contaba anécdotas o algo semejante, sino distintas cosas que mostraban que él sabía mucho, que lo había leído todo. En un momento me dijo: -"Lúzcase, lúzcase. Lea y estudie mucho, porque hay que lucirse". ¿Has oído un comentario más raro que ese?

Todos tenemos nuestros defectos; sin embargo, ese señor tenía una vanidad patológica, que se traducía en su mirada. Y no de cualquier tipo, sino una vanidad intelectual. Él no leía historia para saber cómo era el pasado o de dónde venimos; no había abierto las páginas de la Apología de Sócrates con el propósito de aprender de ese hombre que sólo sabía que no sabía nada; ni se había admirado de la cadencia y riqueza de la lengua castellana en las Alturas de Machu Pichu, de nuestro Pablo Neruda. No, él los leía simplemente para que todos supiéramos que los había leído.

¿Era ese señor una persona culta? Si "cultura" viene de "cultivar", ese pobre hombre era un completo inculto: en su cabeza tenía simplemente una aglomeración de informaciones agrupadas sin ningún sentido. Quizá había metido cosas en su cerebro, pero no se había cultivado él.

¿Por qué ser una persona culta? Si alguien busca ser culto para lograr otra cosa (en este caso ridículo, para ser admirado), entonces nunca será culto. En efecto, no se habrá dado cuenta que cosas como la historia, el arte o la literatura ¬-si realmente son buenas- valen por sí mismas, no porque sirven para otro fin, como un martillo es útil para clavar.

Por supuesto que saber historia, por ejemplo, nos presta un servicio, aunque de manera indirecta. Nos ayuda a entender el mundo en que vivimos, a orientarnos en la existencia, para no cometer los mismos errores de las generaciones anteriores. Puede que alguien se relaje si va a Valparaíso y tiene la oportunidad de ver un cuadro de Somerscales, donde aparece un buque a vela que lucha contra una tempestad. Sin embargo, esa pintura no vale por sus propiedades tranquilizantes, supuesto que las tenga. Importa por sí misma, simplemente porque es bonita.

Una persona culta tiene un mundo más amplio que aquella que está restringida a la inmediatez de aquello que la rodea. Si un empresario ha leído las novelas de Dickens debería, en principio, ser más sensible a las necesidades de sus subordinados. Si un político se ha adentrado en Macbeth o en Ricardo III de Shakespeare debería ser más cauto a la hora de ejercer el poder. Y si un estudiante ha tenido la oportunidad de deleitarse con La granja de los animales, de George Orwell, será muy difícil que los grupos radicales lo manejen como un monigote en las asambleas estudiantiles. Tendrá algunos puntos de apoyo para distinguir entre el diálogo político y la manipulación.

Por su parte, las Cartas del diablo a su sobrino, de C. S. Lewis, te harán reír por momentos, pero al mismo tiempo te llevarán a las profundidades del espíritu humano. Muchas veces sentirás que Escrutopo, el diablo viejo, le dice cosas a Orugario, su joven discípulo, que bien se aplican a ti.

Lo mismo pasa con el cine o la música, si tienen calidad. Nadie sensato dirá que no le interesa escuchar el Requiem de Mozart porque ya lo oyó una vez. Lo propio de una buena obra de arte es que uno puede aproximarse a ella muchas veces y siempre la gozará, incluso más que en las ocasiones anteriores.

Por tanto, no confundamos a una persona culta con esos arrogantes que posan de sabios. Ella simplemente ha cultivado bien su espíritu para conocer el mundo que la rodea y tratar de conocerse a sí misma. Si lo consigue al menos un poco, sabrá que no tiene mucho de qué ufanarse.

Joaquín García-Huidobro