Una imponente impresora industrial 3D de gran escala, adquirida a través de un proyecto apoyado por el Programa de Equipamiento Científico y Tecnológico de la Agencia Nacional de Investigación y Desarrollo, FONDEQUIP, inauguró hace algunos días la Universidad del Bío-Bío. El equipo instalado en el campus universitario de Avda. Collao refrenda el trabajo en construcción aditiva en hormigón que un grupo de académicos y académicas lleva adelante desde 2018. Se integra a las capacidades de la Universidad en materia de calidad y sustentabilidad de la edificación, consolidando su posición de liderazgo en investigación y transferencia tecnológica en el área de la construcción sustentable.

Con la nueva impresora podemos pensar en soluciones reales, reducción de brechas tecnológicas territoriales, acortamiento de tiempos de desarrollo constructivo, disminución del déficit y mejoramiento de la calidad de las viviendas. El nuevo equipamiento abre posibilidades inéditas a nivel regional, nacional y continental y nos sitúa en una posición de vanguardia en el país y Latinoamérica. Representa, igualmente, una valiosa oportunidad para la transferencia de conocimiento e incorporación del desarrollo tecnológico al sector construcción, un objetivo que congrega al mundo público, privado y académico y muestra cómo esta triada puede contribuir al desarrollo regional y nacional.

Para las empresas, esta asociatividad constituye un aporte para la transformación e innovación de procesos, la disminución de brechas de productividad y la activación de la industria de la construcción sustentable. A la Universidad, le ayuda en la docencia de pre y posgrado, la investigación, desarrollo e innovación y reafirma su objetivo esencial de convertir la creación de conocimiento en un bien colectivo. Al mundo público, le permite promover la introducción de nuevas tecnologías y mejoras para el desarrollo sostenible del país y las regiones. El trabajo colaborativo nos demuestra además que tenemos metas en común y que juntos podemos cumplirlas. Hay confianzas y experiencias acumuladas que pueden constituir la base para seguir trabajando en conjunto y emprender nuevos desafíos.

Por su envergadura y alcances, la nueva impresora fue bautizada como Atenea, Además -como lo destacó la Seremi de Ciencia, Tecnología, Conocimiento e Innovación en el acto inaugural-, quien lideró el proyecto FONDEQUIP que posibilitó su compra fue la Dra. Claudia Muñoz Sanguinetti, una de las pocas mujeres en la dirección de este tipo de iniciativas, particularmente en este ámbito. En la mitología griega, Atenea es la diosa de la sabiduría y la justicia, poderosa por su inteligencia, estrategia y fuerza. Son estas las capacidades que este equipamiento pone ahora al servicio del desarrollo de las ciencias y tecnologías que se requieren para mejorar los productos y servicios de un sector clave para el país y nuestras regiones.

Han pasado algunos días del segundo Plebiscito Constitucional y cada actor político está sacando sus propias conclusiones. En este contexto, planteo cuatro aprendizajes del ciclo constitucional recién cerrado.

Primero. La ciudadanía tiende a rechazar las ideas más radicales. La propuesta anterior era muy progresista y la última era muy conservadora. Después del domingo se valoran los acuerdos amplios que no excluyan a un sector en particular. Hoy vale mucho la fotografía de los grandes acuerdos con todos los actores políticos, volviendo a ser útil la fórmula de la "democracia de los consensos", de los primeros 30 años posdictadura.

Segundo. Después del voto obligatorio tenemos un nuevo grupo de electores, que es muy cambiante. En una lectura rápida del primer Plebiscito, algunos actores concluyeron que el nuevo votante era más proclive a las ideas de la derecha. Luego, en la última votación, más de alguno habrá concluido que el mismo grupo elector es más proclive a la izquierda. Eso es un error. El nuevo votante es ideológicamente infiel y puede moverse a lo largo del arco político con mucha fluidez, dificultando los cálculos políticos. No debemos descartar a un elector que va "enfadado" a las urnas y que rechazará cualquier propuesta independiente de su origen y contenido.

Tercero. Hay que tener cuidado con las trampas del lenguaje. Si hacemos memoria tenemos algunos ejemplos: "el gobierno de los mejores" o "nuestra escala de valores y principios dista de la generación que nos antecedió", etc. En esta oportunidad el eslogan "si Boric vota en contra, Chile vota a favor", claramente fue desafortunado. Hoy es muy fácil hacer un silogismo y concluir, a la rápida, que el 55% de los chilenos apoya el actual gobierno, lo que seguramente va en contra de los pensaron o financiaron dicha frase. En este caso, el error fue no pensar en el día n+1 de la elección. Es pertinente suavizar los juicios lingüísticos en campaña y mirar cómo funcionan estos después de cerrada la contienda electoral.

Cuarto. Resulta fundamental ver el proceso como un todo. Para algunos fue una pérdida de energía ciudadana. Muchos lo han visto como una derrota del sistema político. Sin embargo, debemos recordar que la vía constitucional fue la respuesta al estallido social del 2019. Si lo miramos desde un punto de vista práctico, el proceso fue una salida a una crisis, por lo tanto, funcionó para encauzar democráticamente las energías que estaban en las calles.

Es probable que cuando pasen algunos años volvamos inevitablemente a la discusión de una nueva Constitución. Lo que hemos vivido entre el 2019 al 2023 será una experiencia fundamental para no repetir los errores cometidos en el pasado. Más que una vuelta en 360°, lo sucedido nos deja importantes aprendizajes para enfrentar los muchos desafíos políticos que se nos vienen.

Si bien hace varias décadas se viene hablando de la necesidad de mejorar el sistema de gestión de residuos en nuestro país, las medidas adoptadas en los últimos años no han sido suficiente para hacer un giro irrevocable a la manera de gestionar aquello que aún llamamos basura.

El año 2016 se publica la Ley de Responsabilidad Extendida del Productor (REP) que, recién durante el Gobierno del Presidente Boric, cobra efectividad tras la publicación de algunos de los 2 de los 6 reglamentos necesarios para operativizar las metas de reciclaje de dicha ley. Igualmente, hace ya algunos años se han publicado otras leyes que prohíben los plásticos de un solo uso, las denominadas bolsas de supermercado, entre otros materiales de similar naturaleza.

Tras la situación crítica vivida por municipios cómo Hualpén y Talcahuano que respecto a la disposición final de sus residuos, hoy nuestra región se encuentra en un momento fundamental que lo enfrenta a la siguiente pregunta: ¿agilizamos el tranco hacia una región pionera en la implementación de economía circular o continuamos ese camino al ritmo de los procesos legales y reglamentarios? Para responder en parte a esta pregunta, hay que hacer referencia al Programa Regional de Reciclaje, ejecutado por la Seremi de Medio Ambiente, pues fue visionario al dejar a 31 municipios mejor preparados para enfrentar las metas de la ley REP gracias a la dotación de más de 5.000 metros cuadrados de infraestructura, varias decenas de recicladores base certificados para la implementación de la ley, lo que se traduce que durante la operación de este programa se alcanzó a triplicar lo reciclado en la región en comparación a lo que se hizo en los años sin este programa.

La idea de este proyecto y su ejecución surge desde la Seremi de Medio Ambiente y contó con el financiamiento del FNDR del Gobierno Regional, permitiendo avanzar a un ritmo más ágil que al tranco de leyes y reglamentos, logrando descentralizar en la región la necesidad de avanzar hacia un modelo distinto en la gestión de residuos, a través de la dotación de infraestructura, equipamiento y capacidades humanas necesarios para ello. Estos esfuerzos regionales se suman a los realizados por el Gobierno del Presidente Gabriel Boric que tienen por objeto contar con un marco normativo macizo y una gestión administrativa nacional más moderna en la gestión de los residuos, que es un pilar fundamental en ese nuevo modelo de desarrollo al que el Presidente Boric nos ha mandatado avanzar.

La crisis de contaminación y los efectos del cambio climático nos demandan un avance apresurado para la construcción de un modelo de producción y consumo sostenible en el amplio marco de la economía circular. No se trata solo de una cuestión ambiental, sino de la forma de desarrollo bajo el cual le damos una mejor calidad de vida a los habitantes de la Región del Biobío, al cual el Programa Regional de Reciclaje hizo un aporte fundamental.