Por Redacción

Ayer se concretó la presentación de una acusación constitucional contra el ministro de Vivienda, Carlos Montes, por parte de parlamentarios de oposición que lo responsabilizan del caso Democracia Viva y los millonarios traspasos de recursos desde la repartición que encabeza a fundaciones, lo que actualmente es investigado por la Justicia.

El libelo contiene cinco capítulos, en los que se acusa al titular del Minvu de faltas a la probidad, no hacer valer las leyes y de tener la responsabilidad política por faltas al control jerárquico en el caso que dio origen al escándalo de los convenios.

El documento fue presentado por diputados del Partido Republicano, la UDI, Renovación Nacional, el Partido de la Gente, parte de la bancada Social Cristiana e independientes.

Agustín Romero (Republicanos) aseguró al presentar el libelo que "cada día nos enteramos de más aristas dentro de este caso. Por un lado, parientes, amigos, amigotes de diputados. Por otro lado, autoridades que no hicieron su rol. A nuestro juicio y al juicio de todos los firmantes y nuestras bancadas, merece un reproche político. Aquí veremos quiénes están contra los que merecen un reproche político y quiénes quieren defender esta impunidad".

Comisión revisora

Pese a que habían dicho que quizás apoyarían una acción de este tipo, legisladores de la Democracia Cristiana y Demócratas decidieron bajarse de esta acusación, mientras Evópoli no la firmó, pero apuntó que sí apoyará con sus votos esta acusación.

El jefe de bancada DC, Eric Aedo, dijo que "la gente nos ha dicho es: por favor, déjense de tonterías, abóquense a lo que nos importa: seguridad, desarrollo económico, resuelvan la crisis de salud y déjense de perder el tiempo como clase política".

"La Democracia Cristiana no va a dar sus votos para una acusación constitucional a Montes (...) Dado el cuadro político a partir del domingo, creo que no están las condiciones", añadió.

Durante la tarde quedó conformada la comisión revisora del libelo en la Cámara a través de un sorteo: Cristián Labbé (UDI), Natalia Romero (independiente-UDI), Víctor Pino (exPDG), Tomás Hirsch (Acción Humanista) y Emilia Nuyado (PS).

Montes reacciona

El ministro Montes respondió a la acusación: "Nuestro desafío principal es producir viviendas. Acusaciones constitucionales son parte de los instrumentos con que cuenta el Parlamento (...) A veces llevar parte de la atención hacia otras situaciones, como la acusación, nos quita energía del trabajo que es principal".

Además, dijo que esta es la "primera vez que alguien hace referencia a temas de probidad. Aquí lo que se ha hablado es otra cosa, los temas de probidad están muy focalizados en situaciones que han ocurrido en algunas regiones, particularmente en Antofagasta". Respecto al tema del control, reconoció que "efectivamente uno siempre puede hacer mejor o peor control".

Finalmente, expresó que "estoy aquí porque me lo pidió el Presidente Boric, y si el Presidente Boric estima que no debo seguir, yo no voy a seguir. Yo no soy de aquellos que al primer problema parte para otro lado".

El ministro Segpres, Álvaro Elizalde, aseguró que "esta es una acusación que carece de fundamento. Las causales que establece la Constitución son claras y precisas. Creo que se está abusando de un instrumento de fiscalización y creo que, lamentablemente, se produce una distracción en una pelea política inconducente respecto de lo que debiera ser la principal prioridad del Congreso".

Tras la aparente unidad que se generó en el oficialismo antes del Plebiscito constitucional, ayer volvieron las fricciones entre lo que se ha llamado "las dos almas" que respaldan al Gobierno: Apruebo Dignidad y el Socialismo Democrático. La razón fueron las expresiones de la presidenta del Partido Socialista, Paulina Vodanovic, contra la continuidad de Miguel Crispi (Revolución Democrática) como jefe de asesores del Presidente Gabriel Boric.

En CNN, la senadora afirmó que "es compleja la permanencia" del exdiputado en el equipo del Mandatario, debido a los cuestionamientos que ha sufrido por el Caso Convenios y su eventual conocimiento de los hechos que hoy tienen a dos exmilitantes de su partido en prisión preventiva por el escándalo de Democracia Viva.

"Cuando están estos casos en que volvemos y volvemos sobre los temas, finalmente quienes están ocupando estos cargos están sujetos a la crítica y no los dejan trabajar, entonces yo creo que es un problema para él", dijo Vodanovic.

El presidente de RD, Diego Vela, respondió que "no corresponde que la presidencia de un partido de gobierno opine sobre la composición del equipo más íntimo del Presidente cuando las energías deben estar en retomar la agenda de pensiones y tributaria para beneficio del país".

"Los cambios son necesarios para objetivos claros y esos ya los delineó el Presidente: son las reformas que generan protección y certezas. No podemos tomar decisiones de cambios a partir de la amenaza de la derecha: ha quedado demostrado que no se logra nada con eso", sostuvo el jefe del partido oficialista.

Los dichos de la timonel PS también tuvieron una respuesta desde La Moneda: la ministra vocera, Camila Vallejo, dijo que "lo entiendo como una preocupación y le agradezco la preocupación, pero nuestro gobierno sigue avanzando firme y mirando hacia adelante porque tenemos hartas tareas que enfrentar en lo inmediato".

No tiene sentido examinar el resultado del domingo que recién pasó aisladamente, separado de lo que ocurrió en el anterior plebiscito u olvidando lo que ha ocurrido en los últimos cuatro años.

Luego de octubre del año 2019, se propuso lo que podría llamarse la solución constitucional.

La solución constitucional no fue solo la propuesta de un nuevo texto y el rechazo del entonces vigente, sino que fue la portadora de un diagnóstico acerca de la trayectoria del Chile contemporáneo y un intento derogatorio de la forma de hacer política que hasta ese momento lo había conducido.

Es un error creer, entonces, que lo ocurrido este domingo y lo que ocurrió en el plebiscito que lo antecedió, fue el rechazo de una propuesta jurídica. Fue eso, desde luego, aunque es difícil creer que esa propuesta haya sido conocida de la mayoría; pero fue sobre todo la manifestación de una disonancia entre la cultura espontánea de la mayor parte de la ciudadanía, por una parte, y la idea acerca de la trayectoria y la política de Chile de las últimas décadas de que era portadora como la solución constitucional, por la otra.

¿Significa eso que se ha tratado de un despilfarro, un simple dispendio de recursos y de tiempo?

No.

Lo anterior no significa que el proceso de todo este tiempo haya sido inútil o un simple despilfarro.

Solo significa que fue erróneo. Podría llamársele incluso un error útil.

Porque, en efecto, puede pensarse (usando lo que la literatura llama un contra fáctico) que la situación pudo ser dramática si este proceso no se hubiera iniciado y si las fuerzas políticas no se hubieran dejado envolver por la fantasía de que una nueva constitución era posible y además deseable. Puede sostenerse también que este proceso tuvo, después de todo, un valor terapéutico algo así como lo que en los inicios del psicoanálisis se llamó abreacción que consistía en provocar en el paciente angustiado o desorientado una especie de desahogo emocional. El proceso entonces puede creerse, evitó un abismo o favoreció la liberación de pulsiones emocionales. Y desde ese punto de vista habría sido útil.

Pero una utilidad de esa índole no puede ser el criterio final en política. Todavía se requiere que las ideas o conceptos que las fuerzas políticas persigan sean verdaderos.

Por supuesto la verdad en política no es lo mismo que las verdad en materia de matemáticas o en cuestiones estrictamente empíricas.

Es de otra índole.

Se trata de una similitud entre lo que ocurre en el subsuelo de la vida social que se llama cultura, ese ámbito donde las personas forjan sus expectativas, establecen su identidad y elaboran su memoria, y el conjunto de las ideas, valores o puntos de vista que el político promueve. Ahora bien, en el caso de la solución constitucional promovida en los últimos cuatro años, esa verdad no se configuró. Esas ideas, relativas como se dijo a la trayectoria del Chile contemporáneo, se revelaron políticamente erróneas, es decir, no mostraron concordancia con la sensibilidad y la forma en que la mayor parte de las personas conciben la trayectoria de Chile y lo más probable su propia trayectoria.

Las ideas en política -vale la pena insistir- son verdaderas no cuando son moralmente correctas, ni cuando responden a una concepción global moral o de otra índole como creyeron la Convención primero y los republicanos, después, sino que su verdad se mide por su consonancia o coherencia o su compatibilidad con la normatividad y las expectativas que, de hecho, existen en la vida social. Si esa consonancia no existe, la política riñe con la realidad o lo que es lo mismo con la verdad de la vida social.

Es lo que ocurrió a la solución constitucional: resultó falsa.

Carlos Peña

Luego de que el exconsejero republicano Luis Silva cuestionara a Evelyn Matthei porque "entró tarde al partido" en la campaña del A Favor para el Plebiscito, la alcaldesa de Providencia respondió al emplazamiento y aseguró en radio Infinita que "claramente, entre tarde. Más aún, en algún momento pensé en votar En contra". La jefa comunal agregó que "los chilenos se dieron cuenta que la Constitución no era algo que les iba a cambiar la vida y, por lo tanto, lo que están pidiendo es que nos ocupemos de gestionar todos los problemas que nos están complicando".