Por Nicolás Martínez Ramírez

Justo en el día en que se conmemoraron los 50 años de la desaparición de Bautista Van Schouwen, el Ministerio de Bienes Nacionales concretó la concesión del Sitio de Memoria El Morro de Talcahuano, a la corporación mutual, que lleva el nombre del desaparecido fundador del MIR.

Con un acto simbólico de traspaso, realizado en la Diagonal Pedro Aguirre Cerda de Concepción, la ceremonia tuvo la participación de la subsecretaria del Patrimonio, Carolina Pérez, además de la delegada presidencial, las seremis de Culturas y Justicia, el seremi de Bienes Nacionales, el de Deportes y el alcalde de Concepción.

Este paso permitirá a la Corporación administrar el espacio ubicado en Talcahuano, municipio que no participó de la actividad, con el objetivo de preservar la memoria histórica y transformar el lugar en uno de interpretación.

De acuerdo al representante de la entidad, Patricio Troncoso, para ellos es importante tener la administración de este sitio. "Para hacer educación en derechos humanos necesitamos un espacio que este adaptado y adecuado, sin riesgo para los visitantes. Eso se hace con dinero", indicó.

Tener la concesión, acotó, les permite participar de proyectos o subvenciones que puedan entregar el Estado. "Esto, para ver temas de seguridad, planes de trabajo y todo lo que implica tener un espacio adecuado para hacer educación en derechos humanos y memoria. Ese es nuestro compromiso, es lo que hacemos desde hace mucho tiempo como organización", detalló.

En esa línea, la subsecretaria Pérez detalló los avances del Gobierno en materia de Derechos Humanos. Aseguró que "hay un compromiso irrestricto por saldar las deudas del Estado, de muchísimos años, con diversas agrupaciones de derechos humanos".

"Quedan muchas por saldar y hoy lo hacemos con una muy importante como ésta. Una lucha de muchos años, que han llevado muchísimas personas desde la mutual por muchas generaciones. Estamos muy contentas, pero siempre con un poco de pudor, porque representamos al Estado y a veces ha llegado tarde en estas materias", reconoció.

Proyecto importante

Teniendo su origen en el antiguo Fuerte San Agustín, parte de las fortificaciones costeras ubicadas en la Bahía de Concepción durante el siglo XVIII, el Fuerte El Morro fue reestructurado a inicios del siglo XX como instalación de la Armada.

En ese contexto, desde 1973 a 1985, fue utilizado por la dictadura para concentrar y torturar a dirigentes sociales, trabajadores, pobladores, campesinos y estudiantes. Las cámaras de tortura e incomunicación estaban ubicadas en los subterráneos del recinto y en los túneles en el cerro.

Gracias al trabajo de la Corporación Mutual Bautista van Schouwen Vasey el lugar fue declarado -en 2017- Monumento Histórico y Sitio de Memoria.

Para recuperar este espacio olvidado y abandonado, la Subsecretaría de Derechos Humanos el Ministerio de Justicia y Derechos Humanos, financió la creación del "Plan Maestro de Intervención Progresivo del Sitio de Memoria El Morro de Talcahuano".

Plan maestro

Con un costo cercano a los $15 millones, el proyecto también permitió la creación de una maqueta, donde pueden observarse lo que será una futura área de estacionamientos, un nuevo acceso peatonal, un mirador, una ruta de la memoria y la creación de un museo de sitio.

"Esto se enmarca dentro del trabajo de la Mesa por los 50 años, donde junto a la seremi de las Culturas y de Justicia, pudimos sacar adelante un proceso que venía trabado desde hace muchos años y en sólo meses poder entregar esta concesión. Esto les permitirá avanzar en cómo conseguir el financiamiento para desarrollar obras en este sitio", señaló el seremi de Bienes Nacionales, Eduardo Pacheco.

En esa línea, la seremi de las Culturas, Orly Pradena, destacó el trabajo de la mesa -que lidera su cartera- en torno a las actividades

"Esto es un logro, una meta que teníamos que cumplir, pero que también abre desafíos importantes. No solamente en temas de memoria y derechos humanos, sino que en la articulación del Gobierno para que el Estado siga estando presente en estos sitios. Estamos comprometidos para seguir trabajando, porque hay un Plan Maestro y tenemos que recuperar este sitio en su totalidad", destacó.

La semana pasada los trabajadores y trabajadoras de la Subsecretaría del Patrimonio, agrupados en dos entidades, depusieron el paro que se extendió por cerca de un mes.

Consultada sobre la situación en particular, la subsecretaria Carolina Pérez aseguró que acabaron de salir de un proceso de movilización exitosamente

"Logramos algo bien importante para nuestro sector, que es un sistema de mejoras salariales a tres años plazo", señaló.

En ese sentido acotó que el 60% de los funcionarios del Servicio del Patrimonio Cultural, de aquí al final del Gobierno, van a recibir algún tipo de mejora.

"Esto responde a problemas estructurales al que nos enfrentamos en este sector", señaló la autoridad.

En esa misma línea, comentó algunos de los problemas de implementación que ha tenido el joven ministerio creado en 2018 con el traspaso de la antigua Dibam al Servicio del Patrimonio Cultural y la llegada de la pandemia.

"No sólo logramos este plan de mejora, sino que además contamos también con un presupuesto para el Ministerio que crece un 6,8%, más que la gran mayoría de ministerios. Además, crece en temas relevantes como el fortalecimiento del Consejo de Monumentos Nacionales, los recursos para sitios de patrimonio mundial, los programas de mejoramiento para bibliotecas municipales y museos", ilustró.

Luego de un mes y medio de residencia, el coreógrafo y bailarín penquista Cristóbal Santa María, presentará los resultados de esta investigación en danza contemporánea, con el título escénico de "Resonar: adentro hay un enigma".

Con dos muestras programadas hoy y mañana, a las 19 horas, en la Sala de Artes Escénicas de la Casa de la Cultura de Chiguayante (Orozimbo Barbosa 294); el público tendrá acceso gratuito para apreciar los resultados elaborados por los intérpretes/screadores.

"Básicamente, son premisas y pautas coreográficas que se originaron en el marco conceptual que nos convoca, que es la construcción de un cuerpo deformado, de un nuevo lenguaje e identidad de algo oculto que está dentro de nosotros", apuntó Santa María, señalando que la información es la que está resonando al interior del cuerpo.

A partir del proceso creativo, acotó, nacen preguntas, guías, improvisaciones, juegos y dinámicas, para "desarrollar un lenguaje en común". De ahí su nombre, ya que hace alusión a la elaboración de un nuevo discurso coreográfico a partir de aquello que tenemos dentro y desconocemos.

"Desde la idea de lo desconocido, hay un universo enorme e infinito de imágenes, recuerdos, sensaciones, y más. Es un ejercicio interno de reactivar ese espacio creativo interior de la memoria, del sueño, de un inconsciente y consciente que va adquiriendo un sentido coreográfico y escénico. El enigma está lleno de sorpresas y es lo que se trabajó mucho dentro del proceso de creación de la residencia", afirmó el coreógrafo.

Esto va más allá

Si bien las dos presentaciones producidas en Chiguayante resultan claramente relevantes para los resultados y cierre del proceso creativo de esta etapa temporal, el formato de residencia apunta mucho más allá de lo propiamente investigativo, apuntando a la posibilidad de intercambiar experiencias y vivencias como aspecto central.

"Éste es un formato que no es muy común y habitual, pensando en que la mayoría de este tipo de investigaciones escénicas están asociadas a un proceso de producción definitivo, en este caso no. Si bien hay una muestra, un hito de apertura a la comunidad, lo más relevante para nosotros es posicionar los procesos creativos, levantar archivo coreográfico, generar una micro comunidad de artistas, que elaboran saberes en común, y cómo esos saberes también quedan en sus experiencias de vida. Las residencias son intercambios de conocimientos y compartir desde la creatividad de la danza y el movimiento", explicó Santa María sobre el concepto y fin al que apunta la propuesta escénica de "Resonar: adentro hay un enigma".

Varios aportaron

En las aguas de la danza contemporánea propiamente tal, esta iniciativa está liderada por Cristóbal Santa María, contando con Natalia Jorquera como asistente de dirección, mientras que el diseño y realización sonora estuvo bajo la supervisión creativa de Cristian Reinas.

"Las y los performers participantes de la residencia y muestra coreográfica son Camila Díaz, Jennifer Sánchez, Felipe Utreras, Fernanda Coloma, Camila Lara, Francisca Aravena y George Swaneck", contó el director.

En tanto, la realización de la residencia, cuya convocatoria abierta se realizó en octubre pasado, a través de redes sociales dirigidas, especialmente, a los artistas escénicos con cierta experiencia; se efectuó en la Corporación Cultural Artistas del Acero, Casa de la Cultura de Chiguayante en colaboración con el Centro Cultural Escénica en Movimiento.

El proyecto general tuvo como colaborador en el financiamiento al Fondo de Artes Escénicas, en su convocatoria ministerial correspondiente a este año.