Manejo prudente de los créditos
En este período previo a las fiestas de Navidad y Año Nuevo, aumenta el endeudamiento de las familias que buscan recursos para financiar las celebraciones o para ir de vacaciones. Las personas tratan de obtener dinero, ya sea girando algunos ahorros -si es que los hay- o recurriendo a los créditos de consumo o a los avances que obtienen en financieras y multitiendas.
Sin embargo, el país no atraviesa por su mejor momento, por cuanto se ha registrado una alta cesantía, y una tasa de morosidad que va al alza. Un reciente informe de la Universidad San Sebastián y Equifax dijo que a nivel nacional hay 4.089.248 personas con compromisos impagos, manifestando con ello una tendencia al alza, debido a la pérdida de empleos y la inflación que ha elevado el costo de la vida, en especial de los alimentos, la salud y la educación.
Por ello, de no haber una adecuada planificación de la deuda, se podría afectar seriamente el presupuesto de los hogares, sobre todo en momentos de inflación, de elevadas tasas de interés y cuando los expertos pronostican un estancamiento de la economía, por lo que se estima que se generará una tasa de desocupación mayor a lo normal, lo que significará también una menor calidad del trabajo, debido al empleo informal, y que agravará el problema desde el punto de vista social. En consecuencia, lo más importante por estos días es mantener la prudencia financiera y no comprar con deuda, a menos que sea estrictamente necesario.
Se ha recomendado a las familias planificar bien su presupuesto; distinguir la necesidad de la compra; analizar formas de pago y evitar adquirir productos a crédito o recurrir a los avances en efectivo, para no aumentar la carga financiera. Hay que evitar el sobreendeudamiento, o el uso indiscriminado de las tarjetas de crédito o avances, porque son un tipo de deuda de la que cuesta salir.
Desde hace tiempo que se habla acerca del sobreendeudamiento de las personas, considerando que se toman decisiones apresuradas que al final desembocan en trastornos económicos, financieros y dramas familiares. Las opciones para acceder a fuentes de financiamiento son muchas, desde préstamos de consumo, tarjetas de crédito que ofrecen un amplio sistema de cuotas para la compra de bienes, aunque con elevados intereses, préstamos de las cajas de compensación, hasta los recurrentes avances de dinero que entregan los supermercados, las financieras y las multitiendas. Todos tienen una variedad de tasas de interés, de acuerdo con los plazos y el nivel de riesgo de la operación.
Es cierto que en las cifras de endeudamiento tienen una fuerte presencia los créditos hipotecarios para la compra de una vivienda, que representan para las familias probablemente la mayor inversión de su vida, pero también tienen incidencia los créditos de consumo, que permiten desde la compra de un vehículo hasta el financiamiento de las vacaciones y los gastos de las fiestas navideñas. Hay que considerar que vivimos en una sociedad donde los estímulos para consumir o viajar siempre están presentes.
Los expertos señalan que es necesario que las familias se pregunten si es estrictamente necesaria la compra que se quiere hacer por la vía del endeudamiento y si tienen la liquidez para pagar por varios meses las cuotas que demandará esta operación. Las tarjetas de crédito ofrecen un amplio sistema de cuotas, pero también los intereses terminan asfixiando a muchas familias. Entonces, se sugiere hacer un balance entre lo que tiene disponible y lo que piensa invertir, considerar los ingresos por remuneraciones y otros conceptos y los gastos fijos en dividendo o arriendo, alimentación, colegios, y cuotas de créditos. De esa manera sabrá de cuánto dispone y cuánto se podrá destinar a gastos. Sin embargo, hay que tener en cuenta que el hecho de que una de cada cuatro personas en esté en los registros de morosidad de Dicom es un síntoma de que la situación no marcha bien.
Un reciente informe de la Universidad San Sebastián y Equifax dijo que a nivel nacional hay 4.089.248 personas con compromisos impagos, manifestando con ello una tendencia al alza de la morosidad.