Siempre en el podio y con los astros alineados: las claves del tercer título de Huachipato
El segundo equipo más goleador y segundo menos goleado, con una base de jugadores previo a la pandemia: saluden al Campeón del Sur.
El volante Felipe Loyola rompe en llanto al ver a sus padres en medio del caos que rodeo al coloso de acero en Las Higueras: un abrazo a su madre y un beso a su padre, que tendrán que esperar largos minutos para posar con el título junto a una de las revelaciones de la temporada. "Se sacó la cresta y muy pocos saben todo lo que luchó para esto", cuenta su madre Daniela.
Gustavo Álvarez abre los brazos tras el pitazo final en Santa Laura, los reporteros gráficos lo rodean mientras busca en medio del mar humano a los suyos, que viajaron varios kilómetros para compartir la alegría con un hombre que nunca perdió la calma. "Es el final perfecto", dirá el entrenador minutos después de haber levantado la copa de campeón.
Mientras el presidente del club Victoriano Cerda corre y salta vallas papales para que los familiares puedan celebrar con los suyos, entre el público el exintendente Sergio Giacaman y la fiscal del Caso Convenios María José Aguayo miran impávidos lo que acaba de ocurrir al igual que los nueve mil presentes en el estadio; el senador Gastón Saavedra debía dejar varios segundos, producto de la emoción, para hilar las ideas en la sempiterna transmisión radial de Hombres de Acero.
Son miles las historias que se funden en acero tras el tercer título que logra Huachipato en sus 76 años de historia, el más austral de nuestro fútbol en consagrarse en la máxima categoría, el primero de todo el continente en volver a entrenar presencial en pandemia, el que descendió en cancha ante Copiapó y que dejó atrás los rumores y dudas para permitirse celebrar luego de que todos los astros se alinearan.
"Nosotros sólo pensábamos en la tarea que teníamos que hacer, el resto ya no dependía de nosotros y la verdad es que poco sirve dar una arenga, cuando tienes una motivación tan grande como salir campeón", contaría el capitán Claudio Sepúlveda, acompañado de sus hijos en medio del túnel de ingreso a la cancha, donde deberán pintar la tercera estrella.
Las claves del título
De principio a fin, Huachipato siempre estuvo en el podio para pelear el título y no lo soltó pese a las caídas y las dudas: logró 17 triunfos contra solo siete caídas, durante siete fechas fue puntero, fue el segundo equipo que más goles hizo (48) y menos recibió (30) a lo largo de toda la temporada.
A nivel de plantel, Gustavo Álvarez lideró un grupo de jugadores que la dirigencia sostuvo por varios años y varios otros que volvieron a un lugar donde supieron ser felices. De los 26 jugadores del plantel, al menos seis superan el centenar de partidos con la camiseta acerera (Claudio Sepúlveda, Cris Martínez, Nicolás Baeza, Jimmy Martínez, Nicolás Ramírez y Joaquín Gutiérrez), otros cuatro están por alcanzar la cifra en 2024 (Maximiliano Rodríguez, Gabriel Castellón, Benjamín Gazzolo y Brayan Palmezano).
Además, del total de integrantes de la plantilla al menos diez están en Talcahuano desde antes de la pandemia, y once se formaron en la cantera: destacados en ese ítem son los mencionados Gutiérrez y Baeza, junto a Rodríguez, pilar de la saga acerera con siete goles en el torneo.
A nivel de números de la temporada, quienes tuvieron mayor acción fueron Gabriel Castellón (2.586 minutos), Cris Martínez (2.354 minutos), Nicolás Ramírez (2.288 minutos), Claudio Sepúlveda (2.244 minutos) y Benjamín Gazzolo (2.182 minutos); caso especial fue el Cris Martínez, principal goleador (12) y asistidor del equipo en la temporada (7): suma 37 goles desde su llegada en 2019 y se ha convertido en un puntual de la escuadra.
Para este año, se sumaron piezas que lograron consolidar una idea de juego trabajada a lo largo de los años y que a nivel personal alcanzaron altos en su rendimiento: Felipe Loyola llegó de Fernández Vial para dominar la zaga y con menos de 20 partidos en Primera División llegar a vestir La Roja y el argentino Julián Brea jugó 26 encuentros y pese a convertir solo dos goles fue pieza clave en el armado de un Álvarez, que llegó desde Perú sin ser un nombre conocido dentro del fútbol nacional, y que logró darle una línea de solidez a un equipo que venía fogueado y que vio una oportunidad única para dar el campanazo a un Cobresal que se veía campeón.
Los protagonistas
Luego de desatar la locura, los protagonistas valoraron el trabajo realizado y también el nivel que mostró el equipo durante toda la temporada.
Brayan Palmezano recordó la compleja lesión que sufrió la rotura del ligamento cruzado anterior de su rodilla derecha el año pasado, y dijo que "jugamos todo el año, dominamos todos los partidos y perdimos algunos por detalles, y si hoy se nos daba el título íbamos a estar igual de orgullosos porque tuvimos un año espectacular".
Junto a ello, agradeció que "Huachipato ha confiado siempre en mí: yo venía de ser campeón en Venezuela, apostaron por mí y me esperaron para que pudiera madurar. Pasamos todo, pandemia, estallido social, lesión y ellos sabían que podía aportar a este equipo, algo que me pude ganar".
Jimmy Martínez en tanto dijo que "aún no me la creo del todo, pero fuimos los más regulares. Por algo somos campeones y desde el primer partido intentamos salir jugando desde el fondo. Metimos corazón y por eso somos justos campeones".
Para el capitán Claudio Sepúlveda, en tanto "este ha sido un lindo desenlace de nosotros. Hicimos el esfuerzo de principio a fin, no salimos nunca de los primeros puestos. Estábamos preocupados de ganar, pendientes de lo que hiciéramos porque si no ganábamos poco servía lo que pasaba en Santa Laura (...) Tuvimos un bajón en lo deportivo durante la temporada, pero nunca bajamos los brazos y logramos el objetivo".
Cientos de historias se urdirán tras el fin de una temporada histórica para Huachipato, como las del 1974 y 2012, con la convicción de un trabajo bien hecho de principio a fin.