"Gente de la aurora oscura": es el tiempo de un Lota histórico
Con dos funciones programadas mañana y el sábado, la obra cruza la danza y el teatro para internar al público en un universo colmado de diferentes capas.
Del elenco original de los 13 artistas escénicos que hace 23 años fueron parte del estreno de "Gente de la aurora oscura", en este regreso participan dos intérpretes: Alisandro Retamal y Eduardo Aguilera. Ambos han continuado su trayectoria como bailarines y contaron que -felices- aceptaron formar parte del remontaje de esta obra producida por el centro cultural Calaucalis fundado como tal en 2018 (la compañía se formó en 2010).
Un montaje que, luego de presentarse exitosamente en Lota, en julio, llega ahora con dos funciones al Teatro Biobío (TBB). Están programadas mañana, a las 20 horas, y el sábado, a partir de las 17 horas, en la Sala Principal del espacio (entradas en www.teatrobiobio.cl y ticketplus).
"La invitación es a encontrarnos para disfrutar de una obra cargada de memoria histórica, movimiento y visualidad, en un viaje estético, que promete envolverte en un viaje dentro del universo minero de Lota", es la apuesta del elenco que presentará el resultado del trabajo de los creadores y los propios protagonistas.
Agregaron que serán dos pases básicamente por temas de agenda con el Teatro. En todo caso, acotaron, eso fue lo que se planteó cuando se presentó el proyecto ante el Fondart, dos funciones en Lota y dos en Concepción.
"Adicionalmente y fuera de la programación inicial, se han hecho breves muestras en el IV Congreso Internacional e Interdisciplinario de Patrimonio Cultural (2023) y en el Centro Cultural de Chiguayante para la Corte de Apelaciones en la celebración de los 174 años de la corte el año pasado", contaron.
Universo minero
"Gente de la aurora oscura" cuenta con argumento y guion del escritor local Alexis Figueroa quien, además es el director artístico del título, cuya dirección y creación coreográfica tiene a Paola Aste.
En su narrativa, desarrollada en 60 minutos, se presenta el universo minero a través de una mirada que cruza la danza y dramaturgia. En ese sentido, ambos creadores sienten que han logrado una propuesta patrimonial.
"Se compone de aspectos históricos mezclados con elementos de la danza moderna ligada a la escuela de Patricio Bunster", indicaron, lo cual es apoyado por la banda sonora creada especialmente por Cuti Aste.
"La música cumple una triple función. Por un lado, 'cuenta' de otra forma y complementa la noción argumental del guion. Por otro, contribuye al manejo de la emoción escénica y, finalmente, es otro de los pilares que, junto al argumento, aportan a la construcción coreográfica, la elaboración del tiempo y relato escénico que se constituye en la obra total", explica Alexis Figueroa.
- En este contexto ¿cómo se da el cruce entre danza y dramaturgia?
- Ésta ocupa el mismo sistema de trabajo de creación usado por las obras "largas" de Calaucán", entre ellas "Disecta membra", "Oreja ojo de Radioteatro" y "Selknam o el espejo de hielo". Se comienza con una idea concreta, que permita un tratamiento metafórico y de posibilidades escénicas, para luego desarrollar una investigación al respecto. Luego se realiza el guion que abarca argumento, apuntes escenográficos, musicales y de vestuario, con el fin de tener una estructura básica para la coreografía. Después se desarrolla la creación musical, que avanza con la coreografía, retroalimentándose mutuamente.
En el caso de "Gente de la aurora oscura", explica, el guión establece la presentación del estrato mineral del carbón.
"Luego la presencia del pueblo de Lota, formado de un estamento inicial campesino y aglutinado en la religiosidad popular. Posteriormente, tenemos 'estampas de la vida cotidiana', que nos presentan la vida familiar, el trabajo en la mina, los lavaderos comunes como núcleo del mundo femenino, la fiesta popular como instancia de vida y socialización y, por cierto, la presencia de la muerte, una constante en el espíritu del pueblo minero", ilustra Figueroa, respecto a una propuesta creada teniendo en mente el fin de una era, el cierre de las minas de Lota y los esfuerzos de reconversión laboral.
"De hecho, cuando fue presentada hace 23 años, en ese tiempo se montó en el recién recuperado Teatro de Lota Alto, a sala llena y con la presencia de muchos sindicalistas mineros", recuerda el autor del guion.
- Y ahora es otro momento, o sea, han pasado dos décadas.
- Han pasado 23 años y los tiempos cambian: el Lota de hoy, ya no accede a su pasada historia con comodidad y tampoco lo siente como el eje significativo de su historia. Y acaso, antes de signar esto en forma negativa y descalificadora, debemos entender que son otros los tiempos y son otras sus novedades. Sin embargo, bien podemos considerar que la memoria social, cultural, histórica, brinda riqueza y valor al espíritu humano. Esto es, precisamente, lo que busca esta obra en su justo accionar.