Chile cuenta con una Política Nacional de Inteligencia Artificial desde octubre de 2021, la cual fue confeccionada ante la importancia que estaba adquiriendo esta tecnología en el futuro, ya sea en la cultura, economía y muchos otros ámbitos de desarrollo. Esto se suma a la necesidad de adaptarse a los cambios producidos por la masificación de esta herramienta.

Este documento nació tras un proceso participativo, que involucró a expertos, al sector productivo y a la sociedad civil, impulsado desde la institucionalidad pública.

En una de sus primeras páginas, esta política entrega una definición de lo que es la Inteligencia Artificial (IA), basada en la elaborada por la Universidad de Montreal. "El conjunto de técnicas informáticas que permiten a una máquina (por ejemplo, un ordenador, un teléfono) realizar tareas que, por lo común, requieren inteligencia tales como el razonamiento o el aprendizaje", se indica.

En la misma política nacional se expresa que la IA tendrá un impacto muy importante en el futuro. Se estima que el Producto Interno Bruto (PIB) será un 14% mayor en el 2030, a causa del acelerado avance de esta tecnología. Desde la mirada del Estado, es una oportunidad de brindar mayor calidad de vida a los habitantes, pero se hace la salvedad que para las naciones latinoamericanas el esfuerzo será mayor para aprovecharla.

PRINCIPIOS

La Política Nacional de Inteligencia Artificial cuenta con cuatro principios transversales. El primero es "IA con centro en el bienestar de las personas, respeto a los derechos humanos y la seguridad". Este punto se refiere a como esta tecnología contribuye a otorgar una mejor calidad de vida a los habitantes, siempre abordando los posibles riesgos e impactos negativos de pudiera acarrear.

Un segundo principio es "IA para el desarrollo sostenible". Este aspecto apunta a cómo se puede aprovechar en los países emergentes la Inteligencia Artificial para diversificar la matriz económica y que la producción sea mayor, siempre fomentando un desarrollo sostenible en el país.

"IA inclusiva" es un tercer principio mencionado en esta política. Se refiere a que no puede ser utilizada en perjuicio de algún grupo específico y debe trabajarse bajo la perspectiva de género y diversidad sexual; además de incluir a conjuntos relegados históricamente, como los pueblos originarios, personas con capacidades limitadas o miembros de sectores más vulnerables de la economía. También se le da especial relevancia a niños y jóvenes, desde una mirada de "protección, provisión y participación".

Finalmente, un cuarto principio es "IA globalizada y en evolución". Hay que considerar que Chile es parte de un concierto internacional, en el que tiene conexión con otros países. También se alinea con lo que el país ha suscrito siendo parte de la OCDE.

EJES

De igual forma, el documento habla de tres ejes: uno son los "Factores habilitantes", referidos a ciertas condiciones que se requieren para que la IA avance en Chile, como el desarrollo de talentos, infraestructura tecnológica y datos.

"Desarrollo y adopción" es otro eje, referido al espacio en donde crece la IA, como la academia, el Estado, la sociedad civil y el sector privado.

Por último, está el eje "Ética, aspectos normativos y efectos socioeconómicos". Todo lo relacionado con la interacción humano-máquina y el sistema socio-técnico es abordado por este acápite.

Inteligencia Artificial en el Biobío:

una puerta abierta al desarrollo

Cada vez más, tecnologías que cuentan con Inteligencia Artificial (IA) están ayudando a mejorar la productividad y la vida en diferentes ámbitos del quehacer humano. La Región del Biobío no está ajena a esta revolución y suma rápidamente experiencia en su aprovechamiento.

La IA es definida en el documento como "El conjunto de técnicas informáticas que permiten a una máquina realizar tareas que, por lo común, requieren inteligencia tales como el razonamiento o el aprendizaje".

fue el año en que se lanzó la Política Nacional de Inteligencia Artificial.

2021