Crisis en los centros de diálisis
Una complicada situación es la que viven los centros de diálisis a nivel nacional, debido a la escasez de recursos económicos que enfrentan y que podría significar el cierre de algunos de los establecimientos, lo que incluye aquellos que pertenecen a la Región del Biobío.
De acuerdo a lo que han planteado desde las distintas áreas invvolucradas, el problema central de la crisis que afecta a los recintos que entregan este tratamiento médico es la falta de financiamiento, por lo que pacientes, médicos y prestadores están abocados a solicitar una pronta solución a las autoridades del Ministerio de Salud, la que pasaría por el aumento del valor del arancel por parte de Fonasa para el año 2024, ya que se aseguran que los costos asociados al procedimiento están por sobre lo que actualmente paga el organismo.
Según datos entregados desde la organización Alianza Diálisis es Vida, que agrupa a quienes integran esta red de atención, a través de este tratamiento se atiende a más de 25 mil personas con Enfermedad Renal Crónica (ERC), que requieren de forma periódica someterse al procedimiento para contrarrestar el mal funcionamiento de los riñoñes.
Se estima, además, que cada año ingresan más de 5 mil pacientes a tratamiento de hemodiálisis, es decir, un 3,4% de crecimiento anual, de los que un 90% lo absorbe el sector privado, ya que no existen una oferta de la red pública que pueda atender a la totalidad de quienes tienen esta patología.
A esto se suma un reciente estudio realizado por la Universidad de Chile y que elaborado a petición de la Comisión de Salud de la Cámara de Diputados y Fonasa, el que reveló que durante el año pasado el precio de cada sesión de diálisis iba entre los $ 66.999 y $ 68.055, lo que equivale entre un 8,4% y un 10,05% por encima del arancel o precio licitado tope fijado por la aseguradora pública de salud, que corresponde a $ 61.780.
Esto significa que, sólo en el periodo analizado en el documento emanado de la casa de estudios, los centros de diálisis funcionaron con un promedio de 10% de pérdidas o más cada mes. Esta situación ha continuado durante el presente año reflejándose también en los centros de diálisis ubicados en regiones, en especial aquellos alejados de las capitales regionales o en sectores rurales donde no existen opciones de atención para los pacientes que requieren de este tratamiento, clave para mantener su calidad de vida.
Desde los centros han argumentado que uno de los periodos más complejos para concretar la atención de pacientes se registró durante la pandemia, es decir, a partir de 2020. Ese año los recintos debieron cumplir una serie de exigencias para continuar con los tratamientos, como adquirir insumos extras para protección y además reacondicionar las salas de diálisis, lo que incluyó algunos cambios estructurales al interior de los inmuebles con la respectiva inversión de recursos.
Si bien en abril de este año los aranceles subieron a $ 65.669 y $ 70.180, un nuevo cálculo realizado en base al mismo estudio de la Universidad de Chile advierte que los centros siguen funcionando con pérdidas, pues este año el costo de cada sesión está entre $ 67.813 y $ 74.343.
Una de las posibles soluciones planteadas por prestadores y pacientes tiene relación con que se discuta el tema en el Congreso, en el marco de la elaboración de la Ley de Presupuesto 2024, con el fin de evaluar un aumento de recursos para los aranceles destinados a quienes requieren el tratamiento. Si bien el porcentaje de alza planteado por los representantes del sector está en torno al 15%, para cubrir los costos de la atención, el análisis acabado de la situación podría ajustar esta cifra a un mayor o menor monto. Por ahora lo importante es que se busque una salida a la crisis y así se eviten mayores complicaciones, en especial para quienes dependen de estos procedimientos para continuar con su vida.
Desde los centros han argumentado que uno de los periodos más complejos para concretar la atención de pacientes se registró durante la pandemia, es decir, a partir de 2020.