Proyecto convirtió más de 20 toneladas de mascarillas en diversos productos
Se trata de una iniciativa de la Unidad de Desarrollo Tecnológico de la UdeC, en la que se recolectaron, trataron y reciclaron los cubrebocas. Tras el fin de la alerta sanitaria, hoy trabajan con empresas.
Por Estefany Cisternas Bastias
Uno de los proyectos que nació para combatir la contaminación producida en pandemia fue el de la Unidad de Desarrollo Tecnológico (UDT) de la Universidad de Concepción, el que reunió mascarillas desechadas para transformarlas en nuevos productos. La iniciativa partió en junio de 2020, como una investigación en el marco del plan de proyectos covid-19 impulsado por el Ministerio de Ciencia, Medioambiente y Corfo, abriéndose a empresas e instituciones.
Desde sus inicios hasta este año recaudaron 5 millones de unidades de mascarillas, el equivalente a 20 mil 500 kilogramos, es decir, más de 20 toneladas. "Fue un proyecto súper exitoso, pudimos superar todos los desafíos que implicaba manejar un producto que estaba en contacto directo con el virus. Y pudimos demostrar a partir de todo lo que hicimos que hay muchos plásticos que a primera vista puede parecer que no se pueden reciclar, pero con un poco de ingenio, esfuerzo e interés si se puede", expresó la subdirectora del Departamento de Consultoría e Innovación de UDT, Carla Pérez.
Fin de alerta sanitaria
Los cubrebocas que han recibido corresponden a un convenio firmado con 92 empresas e instituciones públicas como municipalidades, en su mayoría de la Región del Biobío, quienes también han financiado el reciclaje del material plástico. "Estas instituciones y empresas nos entregaban sus mascarillas, nosotros las procesábamos y entregábamos productos determinados", detalló el director de la UDT, Alex Berg.
Una de las empresas que accedió al convenio, por ejemplo, fue el Grupo Marina, quien instaló contenedores de mascarillas en el Mall del Centro Concepción. Estos implementos se retiraron tras el anuncio del fin de la alerta sanitaria y la falta de obligatoriedad en el uso del cubrebocas, lo mismo ocurrió en otras instituciones donde ya no era requerida esta protección.
"Sin embargo seguimos trabajando con algunas empresas, principalmente hoy en día con empresas pesqueras que utilizan mascarillas no por razones de la pandemia, sino sanitarias, porque el proceso lo obliga", informó Berg.
Las mascarillas, compuestas de diminutas fibras de polipropileno difíciles de degradar, son retiradas por la unidad en los recintos colaboradores, al llegar a la planta son sanitizadas y convertidas en pellets que sirven de materia prima para la fabricación de productos plásticos por inyección, como bandejas, posavasos, maceteros, basureros, entre otros.
Aprendizajes
"Un material que se suponía no tenía ningún valor, y era un problema ambiental, se pudo manejar y transformar en un producto que puede estar contigo incluso varios años, disminuyendo la carga de residuos que van a vertedero y contaminación ambiental", reconoció Pérez.
La subdirectora sumó que todo el trabajo con las mascarillas permitió visualizar las necesidades que hay para poder abordar el reciclaje del plástico, que las empresas visualicen que hay que invertir en recursos y en investigación, y seguramente después se tendrá que invertir en infraestructura.
Además, este comienzo les permitió ampliar su desarrollo tecnológico, por lo que ahora están buscando soluciones para también procesar otro tipo de plásticos, no solo las mascarillas. "Estamos desarrollando y trabajando junto con empresas para buscar qué poder hacer con este tipo de plásticos residuales", reveló Berg reconociendo la importancia de encontrar nuevas soluciones a los desecho de la Región.
5 millones de unidades de mascarillas fueron reunidas por la Unidad de Desarrollo Tecnológico con este proyecto.
92 contratos con empresas, municipalidades, escuelas y otras instituciones se lograron por medio de esta iniciativa