Se han hecho frecuentes las balaceras y otros hechos delictivos, como robos, portonazos y asesinatos por ajustes de cuentas, en los cuales los atacantes actúan armados, dejando en su actuar a víctimas fatales y heridos.
La delincuencia se potencia por la gran cantidad de armas que están en manos de antisociales y, sobre todo, de bandas de narcotraficantes. Ya no son extrañas las balaceras entre traficantes que pugnan por el control de los barrios, y los ajusticiamientos en los cuales aparecen las víctimas maniatadas o desmembradas. También han caído víctimas inocentes, incluso niños, como resultado de las "balas locas". Se entiende entonces la preocupación que existe entre los habitantes, por la extremada violencia en las poblaciones y muchas veces tiene que ver con el consumo y tráfico de drogas. La inseguridad se ha transformado en una constante en algunos barrios. Estas situaciones obedecen a la conducta delictual y finalizan de manera violenta, con lo que aumentan la sensación de inseguridad de la gente.
La reciente encuesta "Chile nos habla", realizada por la Universidad San Sebastián, reveló que la percepción de seguridad futura no es positiva: el 70,2% cree que la delincuencia aumentará a nivel nacional; 69,0% a nivel regional; 65,8% a nivel comunal y 60,7% a nivel de barrio. Donde las personas se sienten más inseguras es en los cajeros automáticos en la vía pública (80,9%), en las micros (75,9%), en paraderos de locomoción colectiva (75,1%) y en terminales de buses (73,2%).
Un 70% de las personas dice sentir mucho miedo con la actual situación, y un 78% de los chilenos indica que cambió sus hábitos de vida por seguridad, como evitar salir de noche, ajustar horarios de salida, modificar los lugares que frecuentaba y las rutas de traslado. En el hogar han instalado cámaras de seguridad, rejas, cercos, refuerzos de las chapas o incluso han adquirido un arma.
De acuerdo con los autores del estudio, se ha reafirmado la sensación de que Chile hoy es un país que tiene miedo, que siente que la delincuencia se ha tomado nuestra vida cotidiana y que ve con temor el futuro si no se toman medidas de mayor fuerza e impacto.
Los reportajes que se realizan sobre el tema en los medios de comunicación permiten a la ciudadanía desahogarse, al relatar el temor con que viven en sus casas y la sensación de que el tráfico de drogas avanza por todos los rincones. La comunidad tiene conciencia de todo el esfuerzo que realizan las policías, pero también es legítimo que la gente se exprese para requerir la ayuda cuando ven que los delitos comienzan a mostrar un aumento desmedido, sobre todo en niveles de violencia. Sus quejas deben ser tomadas en cuenta, porque la prevención es muy importante para atacar el problema.
Si se realiza un seguimiento de las informaciones sobre delitos graves que se publican en los medios de comunicación, se llega a la conclusión de que muchos de estos son cometidos por reincidentes y sujetos que habían pasado por los tribunales pero fueron dejados en libertad. Por una parte, se aprecia una mayor violencia en los delitos, y por otra, la participación de menores de edad, que saben que resultarán inimputables o tendrán bajas penas, amparados en leyes que los protegen. La inquietud pública ante la delincuencia se acrecienta cuando quienes delinquen son niños o adolescentes que quedaron al margen de sus familias, de la escuela y del Estado. Por el contrario, hay mayores probabilidades de que estos jóvenes reincidan y con creciente violencia.
Los temores de la gente ante la espiral de delincuencia son justificados. Hay hechos violentos y con más sensación de impunidad. Y eso lo perciben las familias detrás de los cercos electrificados y de las protecciones de fierro de sus casas. Los chilenos han decidido cuidarse de la delincuencia, encerrados en sus casas, porque nadie les puede asegurar su vida y las de sus familiares frente a delitos que se cometen cada vez con mayores niveles de violencia.
La reciente encuesta "Chile nos habla", realizada por la USS, reveló que la percepción de seguridad futura no es positiva: el 70,2% cree que la delincuencia aumentará a nivel nacional.