Comunicación y cuidado para los adolescentes
Varios son los resultados que llamaron la atención del Servicio Nacional para la Prevención y Rehabilitación del Consumo de Drogas y Alcohol (Senda) en relación a la última encuesta Juventud y Bienestar, instrumento que es aplicado de forma periódica cada dos años desde 2019 y a estudiantes de enseñanza media.
En el caso de la Región del Biobío, el sondeo se concretó en 32 de las 33 comunas de la Región, con la participación de 6 mil 795 jóvenes de entre 15 y 16 años, todos ellos pertenecientes segundo año medio de escuelas particulares, municipales y particular subvencionadas. Del total de participantes, 3 mil 466 fueron hombres, 3 mil 116 mujeres y 213 no declaró género.
Algunos de los temas abordados en el cuestionario incluyeron ámbitos como el pilar familiar de los estudiantes, el establecimiento educacional, sus grupos de pares, el tiempo libre y el bienestar en general, los que fueron contrastados con los indicadores de prevalencia del consumo de sustancias, como alcohol, tabaco y drogas.
Los datos centrales del estudio reflejaron que respecto de la relación con padres o tutores el 44,1% de quienes respondieron aseguró que no puede tener conversaciones sobre temas personales con ellos.
Además, y en lo relacionado con el control parental, el 10,7% de los jóvenes indicó que cuando hay ausencia de éste o es bajo optaba por el consumo de tabaco, el 11,2% se emborrachó en los últimos 30 días y el 23,9% consumió marihuana. Al contrario, cuando hay un alto control de sus padres sólo un 4,1% consumió tabaco, 6,4% se embriagó y 14,2% consumió marihuana.
Respecto de aspectos emocionales, la recepción de cariño por parte de sus progenitores también tiene influencia, ya que un 25,6% de los que consumió drogas afirmaron que les era difícil recibir afecto de sus padres, mientras que el 13,8% que consumió si recibía fácilmente calidez.
El análisis de la dirección regional de Senda plantea que las cifras releverían que cuando hay un alto control parental y los padres saben temas tan cotidianos como dónde están sus hijos, además de mostrar preocupación por sus estados de ánimo y en general mayor comunicación, conversan y dialogan, el consumo de sustancias es dos veces menor. Así también, cuando el cariño entre ellos se manifiesta el consumo es 2,5 veces menor.
Por otro lado, la relación con las amistades también es un factor relevante en la vida de los adolescentes e influye en conductas que derivan al consumo de sustancias. En la misma encuesta un 8,3% consume tabaco diario si amigos también lo hacen, al contrario, si sus pares no lo hacen sólo un 1,1% lo consume. En drogas como la marihuana, un 32,3% consume si sus amigos lo hacen y sólo 3,8% consume cuando sus amigos no.
En el ámbito del bienestar, un 17,9% afirmó que el futuro le parecía sin esperanza, 26,3% se sentía triste o decaído, 26,3% se sentía solo y 26,9% sentía poco interés en hacer cosas. Además, 44,2% se sintió identificado con la frase "tiendo a sentir que soy un fracaso" y 49,8% concordó con la oración "pienso que no soy bueno o buena en nada".
La realidad emocional y conductual que revela la encuesta respecto de quienes están en la etapa de la adolescencia no es fácil, pero el análisis realizado por Senda es correcto al plantear la necesidad de contar con políticas públicas integrales y una actitud familiar de mayor protección y comunicación .
El propio director regional de Senda, Bayron Martínez, sostuvo: "Cuando tenemos niños bien cuidados, queridos, controlados, con límites claros, con confianza, con escuelas y comunidades involucradas, la relación de consumo de sustancias y otras vulnerabilidades es infinitamente menor".
La realidad emocional y conductual que revela la encuesta no es fácil, pero el análisis realizado por Senda es correcto al plantear la necesidad de contar con políticas públicas integrales y una actitud familiar de mayor protección y comunicación.