Empleo femenino aún no se recupera
Algunas heridas dejadas por la pandemia parecen estar lejos de cerrarse, según ha revelado el reciente estudio "Cicatrices de la pandemia en el mercado laboral femenino", del Centro Latinoamericano de Políticas Económicas y Sociales de la Universidad Católica (Clapes UC).
Establece que unas 148.000 mujeres aún necesitan regresar al trabajo para alcanzar los niveles de participación que existían antes de la emergencia sanitaria por el covid. Esta partida abrupta se relacionó fundamentalmente con la necesidad de dedicar más tiempo a las tareas domésticas y al cuidado de los demás.
Es evidente que aún no se recupera la situación del empleo femenino en el país. Los informes indican que la crisis económica que se derivó de la emergencia sanitaria afectó especialmente a la ocupación de las mujeres, lo que significó un retroceso en los avances que se habían logrado en materia de participación laboral.
En 1990, la fuerza laboral femenina en Chile alcanzaba un 31% y previo a la pandemia de covid 19 promediaba el 48%, aunque fue uno de los segmentos más afectados por el desempleo y las alteraciones que sufrió el mercado laboral con la crisis sanitaria. El estudio revela que las mujeres dedican un promedio de 5,6 horas diarias a las tareas del hogar y al cuidado de terceros, más del doble de lo que dedican los hombres (2,6 horas). Los autores del informe estiman que esto podría no ser solo una decisión propia de la mujer, sino que otra opción es que sean las empresas las que hayan impulsado este cambio, o porque hay un mayor sesgo contra las mujeres a la hora de contratarlas.
Se estima que durante la pandemia unas 900 mil mujeres salieron del mercado laboral y fueron las más afectadas por los despidos. El efecto fue de tal magnitud que hizo retroceder las ganancias en términos de participación laboral femenina, que había mostrado una tendencia creciente hasta antes de la llegada del covid 19. Y la evidencia muestra que la reintegración al trabajo ha sido más lenta para las mujeres que para los hombres.
Además, persiste la brecha laboral y salarial, ya que las mujeres reciben en promedio un ingreso 29% menor respecto de los hombres, en igualdad de funciones. Las mujeres muestran mejores tasas de escolaridad que los hombres, incluso en las áreas más rurales y deprimidas, y que tienen menor deserción en el nivel escolar y en educación superior, pero por paradoja, al llegar a analizar el empleo, se presenta una diferencia desfavorable para ellas. Las mujeres acceden a trabajos más precarios y peor pagados. Las causas detrás de esto revelan un problema social, ya que aún en algunos sectores son percibidas como menos capaces para la realización de trabajos como para aspirar a cargos de mayor responsabilidad.
Las autoridades han tratado de dar prioridad a reforzar las políticas de empleo y asegurar una mayor participación a las mujeres en sectores que dinamizan la economía, así como abordar la pérdida de ingresos de ese segmento de la población.
Hay áreas en las cuales la participación femenina es menor que la de los hombres, como es el caso de las ciencias y las empresas ligadas a las tecnologías. Con el fin de obtener información relevante sobre la participación de mujeres en el área de tecnología e identificar las capacidades requeridas, ONU Mujeres encargó a la consultora E&Y el desarrollo del estudio "Radiografía de las mujeres en el sector tecnológico en Chile: Diagnóstico y recomendaciones".
En una encuesta a empresas que usan tecnología en Chile, se determinó que el 81,4% de ellas declara tener menos del 40% de mujeres en el área tecnológica, a la vez que se determinó que pocas empresas cuentan con políticas de igualdad de género en el reclutamiento y selección.
Un estudio de la U. Católica establece que unas 148.000 mujeres aún necesitan regresar al trabajo para alcanzar los niveles de participación que existían antes de la emergencia sanitaria por el covid.