Afiliados voluntarios al sistema de pensiones caen 10% en doce meses
La merma la experimentan con más fuerza las mujeres. Académicos dicen que esta baja responde a un tema de "incentivos".
A junio de este año, la Región del Biobío contabilizaba 876.252 afiliados al sistema de pensiones, una cifra que representa el 7,5% del total nacional. En un año, la cantidad de afiliados locales creció marginalmente, lo que dista, por ejemplo, de lo que ocurre en el caso de las personas que se han suscrito al sistema de manera voluntaria, según remarcan datos de la Superintendencia de Pensiones. Allí, la Región evidenció una baja de 10%, es decir, pasaron de 1.572 a 1.415 en doce meses, escenario que dista de los afiliados dependientes, que crecieron 0,8%, y de los afiliados independientes, que vieron un incremento de 1,3%.
Al hacer zoom al caso de quienes se han adscrito voluntariamente, es posible ver que de los 1.415, un total de 469 corresponden a hombres, mientras que 946 a mujeres. Este último grupo registra la caída más importante, ya que experimentó una merma anual de 13,1%. El sector masculino cayó sólo en 2,9%.
Cuestión de incentivos
Carlos Smith, economista del Centro de Investigación de Economía y Sociedad de la Universidad del Desarrollo, plantea que la baja de afiliados voluntarios al sistema de pensiones puede obedecer a la existencia de un incentivo a no cotizar de forma voluntaria. El académico cree que a través de herramientas como la Pensión Garantizada Universal (PGU) o las mejoras que se quieren concretar al sistema -acción en la que destaca el componente de solidaridad impulsado por el gobierno- hacen que la gente se pregunte "¿para qué voy a cotizar si igual recibiré un monto determinado?".
"Por lo tanto, que yo aporte más o menos no hace mucho la diferencia y pierdo entonces todo el incentivo a la cotización voluntaria, ya que finalmente tendré un monto asegurado y cada vez más grande, según se pretende", recalca.
Agrega que el gran problema que todo esto acarrea seguirá en las pensiones. "Lo que se generará es que finalmente el Estado, todo nosotros, vamos a tener que recaudar y destinar más plata a eso, y ahí hay un costo oportunidad, es decir, destino más plata para pagar pensiones, lo que implica destinar menos plata para entregar un montón de otros servicios a todas las personas, ya sea en salud o educación", ejemplifica Smith.
Su par del Departamento de Administración de la Universidad de Concepción, Juan Saavedra, plantea que la caída regional de afiliados voluntarios, que llega al 10% anual, se explica por el "factor de espera".
"Todo indicaba que había que esperar (por la mala situación económica), y muchas personas que estaban en condiciones de terminar su período laboral, finalmente dijeron para qué vamos a seguir esperando, por lo que dieron por terminado su sacrificio de haber prolongado el tema (...) Siempre se pensó que estaban complicados los fondos, sobre todo los fondos fijos que han tenido pérdidas y pérdidas, pero hubo un momento en que mejoraron y la gente aprovechó ese envión para retirarse e ir a la jubilación", subraya.
Baja en mujeres
Respecto a la repercusión mayor que se observa en el caso de las mujeres que se afilian de manera voluntaria, los académicos indican que la merma responde a la idea de que ese grupo, al jubilarse de forma más temprana y vivir más años, debe recibir una compensación para eliminar las brechas, es decir, "también se generan ahí ese tipo de incentivos", según Carlos Smith.
Desde el punto de vista de Juan Saavedra, lo que ocurre acá es un fenómeno que se vive a nivel país, "en donde las mujeres se han ido retirando más, porque muchas no tienen la necesidad de seguir hasta tan prolongada edad; tienen más salvavidas".