Violencia intrafamiliar contra las mujeres
Pese a las insistentes campañas que se han desarrollado durante los últimos años, los ataques a mujeres por parte de sus maridos, parejas, convivientes o pololos no han cesado, incluso hasta llegar al femicidio, que es la forma más extrema de violencia y una muestra de que en algunos sectores de nuestra sociedad todavía se cree que los hombres tienen derecho a controlar la vida de las mujeres.
Según la legislación chilena (ley 20.480), un femicidio es el asesinato de una mujer realizado por quien es o ha sido su esposo o conviviente. Las penas para los autores van desde los 15 años y un día de cárcel hasta la cadena perpetua, pero muchas de estas acciones son difíciles de comprobar en los tribunales, porque quedan en la intimidad del hogar. Entre los factores de riesgo que se deben considerar para frenar a tiempo este delito, se encuentran la violencia física, la amenazas de muerte o de suicidio por parte del agresor, la presencia de armas, los episodios de celos constantes y en aumento, el abuso de alcohol y de drogas, la manifestación de la intención de terminar la relación por parte de la mujer sin concretarla, el excesivo control, los acto de dominación, la violación o sexo forzado e intentos de ahorcamiento, entre otros.
En lo que va de 2023, se han registrado 21 femicidios en Chile, de los cuales tres corresponden a la Región del Biobío, y 137 femicidios frustrados, según el Servicio Nacional de la Mujer y Equidad de Género.
El Ministerio de la Mujer y la Equidad de Género implementó a inicios de la pandemia el teléfono 1455, destinado a orientación sobre violencia intrafamiliar. Entonces se señalaba que en períodos de cuarentena las mujeres podían verse expuestas a más situaciones de violencia, al estar en casa todo el día con su marido o pareja. Ese número telefónico funciona desde las 08:00 hasta las 24.00 horas, excepto los festivos. Sin embargo, en el caso de mujeres que se encuentran en peligro inminente por situaciones de violencia de género, deben denunciar y dar aviso al 133 o al 149 de Carabineros.
Las mujeres que llaman al 1455 buscan principalmente aclarar si la situación que viven es o no violencia así como recabar información sobre procedimientos a seguir en casos determinados. Por ello, se han reforzado los canales de atención y ha ampliado la red de apoyo a quienes son víctimas de violencia de género, con refuerzo de los turnos diarios y nocturnos en el servicio de orientación telefónica. También se mantienen las citas en centros de atención a mujeres y las casas de acogida para quienes estén en riesgo o bajo amenaza de muerte, y entró en funciones un canal de atención por mensajería de texto o whatsapp 56997007000 para mujeres que necesitan denunciar pero temen que el agresor las escuche. Su objetivo es brindar información, orientación y contención emocional a quienes estén viviendo situaciones de violencia o sean testigos de ella. Es un sistema anónimo ya que no utiliza nombre ni perfil institucional para evitar riesgos de represalia. Puede ser utilizado también por vecinos o familiares de la víctima que están en conocimiento de las situaciones de violencia.
Los celos, la incomprensión y la violencia se conjugan en la génesis del problema, primero como una agresión sicológica, para luego dar paso a los golpes y, en situaciones extremas, terminar con una vida.
Algunos de esos femicidios consumados o frustrados son cometidos por personas que tenían prohibición dispuesta por los tribunales para acercarse a la víctima. Sin embargo, esas medidas cautelarse no se cumplen a cabalidad, porque los controles policiales son más bien aleatorios.
Hay también casos frustrados y en los tribunales se tramitan miles de causas sobre violencia física. Lo que importa es que esta situación debe denunciarse a tiempo y puede superarse con la colaboración de todos, partiendo desde la formación de los niños, acerca del respeto a todas las personas.
En lo que va de 2023, se han registrado 21 femicidios en Chile, de los cuales tres corresponden a la Región del Biobío, y 137 femicidios frustrados, según el Servicio Nacional de la Mujer .