A cinco décadas del golpe de Estado
El país recuerda hoy un nuevo aniversario del golpe de Estado ocurrido el 11 de septiembre de 1973, un hecho que pese a los cincuenta años que han pasado, aún genera fuertes divisiones y polémica, en especial a nivel de los líderes políticos y de opinión.
Por ser relativamente reciente en la dimensión histórica, entre los habitantes de nuestro país ni siquiera hay acuerdo respecto al período histórico que debe ser parte del análisis, algunos plantean sólo a partir solamente del día 11 de septiembre, algunos desde el inicio de la administración del Presidente Salvador Allende. Un grupo no menor, también ve con cierta indiferencia las discusiones que generan los hechos que marcaron los últimos 30 años del siglo XX a nivel nacional.
Tanto el clima de polarización y violencia que tenía el país, como los años posteriores donde se produjeron diversos atropellos a los Derechos Humanos, que incluyeron detenciones ilegales, secuestros y torturas, entre otros, son situaciones que no deben repetirse en Chile. Y para ello hay que fortalecer la democracia, el diálogo y sobre todo la discusión en un marco de respeto.
Nuestro país llega a la conmemoración de medio siglo del golpe que derrocó a Allende en un ambiente "eléctrico", según lo definió el Presidente Gabriel Boric, y "tóxico", como ha señalado hace unos días la expresidenta Michelle Bachelet.
Sin embargo, queda la impresión que los desencuentros respecto de este tema se dan más que nada a nivel de las cúpulas políticas, pues de acuerdo con la encuesta Pulso Ciudadano-Activa Research publicada hace unos días, sólo una minoría -uno de cada cuatro chilenos- está interesado o muy interesado en la conmemoración de los 50 años del golpe de Estado.
Entre quienes están poco o nada interesados en la conmemoración -un 56,5%- destacan los sectores populares, los mayores de 51 años, los hombres y las personas que se identifican con la derecha.
Casi tres cuartas partes (70%) consideran que este hito divide a los chilenos, cuando el país atraviesa una fuerte polarización política. A pesar de que la mayoría de los consultados cree hoy que el quiebre democrático de 1973 fue negativo para Chile, el 44% piensa que un golpe de Estado se justifica dependiendo de las circunstancias que viva el país, cuestión que es preocupante y que parece ir en sentido contrario a la declaración que hace unos días dieron a conocer cuatro expresidentes de la República, junto al actual jefe de Estado.
El documento, denominado "Compromiso: Por la democracia, siempre", fue impulsado por Presidente Boric y contó con el respaldo de los ex mandatarios Eduardo Frei Ruiz-Tagle, Ricardo Lagos, Michelle Bachelet y Sebastián Piñera, aunque no de todos los partidos políticos. En una síntesis, los exmandatario se comprometeieron a cuidar y defender la democracia; enfrentar los desafíos con más democracia, condenando la violencia; hacer un valor compartido la defensa y promoción de los derechos humanos; y fortalecer los espacios de colaboración entre Estados, a lo que se agrega un llamado a cuidar "la memoria, porque es el ancla del futuro democrático que demandan nuestros pueblos".
En esta nueva conmemoración, vale la pena volver a la reflexión familiar y social, a ejercer el respecto por el dolor de quienes sufrieron diversas situaciones, pero sobre todo a retomar el diálogo y ejercer los valores propios de una sociedad democrática, donde es posible llegar a acuerdos y condenar las formas violencia en todas sus formas. A cinco décadas del 11 de septiembre de 1973, la historia vuelve a ser parte de las conversaciones y las discusiones, que ojalá se tengan objetivos constructivos y de entendimiento para las nuevas generaciones.
Nuestro país llega a la conmemoración de medio siglo del golpe en un ambiente "eléctrico", según lo definió el Presidente Boric, y "tóxico", como ha señalado la expresidenta Bachelet.