El impulso que nos dejó Impulsa
Álvaro Ananías, Presidente CPC Biobío, Karla Lara Vargas, Académica Trabajo Social, U. Central,
Transcurridas un par de semanas desde nuestro gran encuentro anual, y con la necesaria pausa para hacer una reflexión adecuada, quisiera compartir algunas conclusiones que hemos comentado en CPC Biobío sobre lo que observamos en Impulsa 2023.
Más allá de la gran capacidad de convocatoria de nuestra multigremial, la alta asistencia registrada de principio a fin en la actividad nos evidenció dos cosas.
En primer lugar, comprobamos que existe interés y preocupación transversal por el porvenir social y económico de la Región del Biobío y sus habitantes. Pareciera de toda lógica, pero también podría darse que la gente estuviese saturada de información o tal vez fuese indiferente al escenario que enfrentamos. Y en un momento que asoma como trascendental para Chile y nuestra zona, se hizo patente que las personas quieren ser protagonistas de nuestro futuro.
La amplia concurrencia también nos confirmó que las conversaciones que planteamos son pertinentes y están conectando con los diversos sectores que representamos y también a nivel de opinión pública. Recordemos que en su quinta versión, Impulsa se enfocó en ahondar sobre lo fundamental que es la colaboración entre varios actores claves de los ámbitos público y privado, para recuperarnos como región y país.
En pocas palabras: no faltó nadie. Estuvo el gobernador regional, la delegada presidencial, alcaldes, los parlamentarios, los académicos y -por supuesto- el sector privado. Es decir, llegaron todos los que quieren construir una pujante y mejor Región del Biobío.
Respecto a la industria privada, hubo amplia presencia del sector productivo tradicional de nuestra región, lo que llamamos nuestras "empresas ancla". Además de su relevancia en términos históricos y de volumen, existió consenso sobre la importancia de cuidar sus condiciones para evitar lo que se denomina "suma cero", en que no se puede compilar desarrollo social y productivo si a las nuevas actividades se van restando las que siempre han estado tirando del carro como la forestal, pesquera y manufactura.
También contamos con una alta presencia de emprendedores, muchos de ellos quienes buscan progresar en la industria basada en conocimiento y tecnología. Ahí, el convencimiento que nos quedó es que se debe aprovechar esa masa crítica y el gran talento regional, a través de políticas públicas pro desarrollo y crecimiento de empresas medianas escalables e internacionalizables desde Biobío.
Como conclusión de las señales y mensajes que observamos, podemos afirmar que hay un terreno fértil para que florezca una actitud renovada y distinta, tanto pública como privada, para atraer inversiones a la región en un momento bisagra para nuestro futuro.
Tenemos que promover que los buenos proyectos avancen, no frenarlos, todos empujando para que se dinamicen las iniciativas que agregan genuino valor al Biobío.
La diferencia entre un sueño y un objetivo es una fecha. Debemos empezar a actuar hoy. Ese es el impulso que hoy necesitamos como región.